Laureano Márquez P. 18 de enero de 2024
No sé
si es verdad, pero vale la pena especular sobre el tema, porque en este mundo
tan particular en que vivimos, como diría Campoamor, ya nada es verdad ni es
mentira. Leo por ahí, en las redes sociales, un par de críticas a la
película La sociedad de la nieve que merecen comentario. Una
de ellas acusa a la película de machista porque ninguna mujer se salva, en tal
sentido la crítica apunta a que el largometraje pretende dar a entender que el
hombre es más fuerte que la mujer. La otra crítica argumenta que la película no
visibiliza al veganismo puesto que su planteamiento es que la fuerza proviene
del comer carne.
Vamos por partes, la aclamada película se fundamenta en un hecho real conocido como la tragedia de los Andes y, luego de la aparición de los sobrevivientes, como el milagro de los Andes. Se trata de un accidente aéreo ocurrido en la mencionada cordillera el 13 de octubre de 1972 de un vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya, con 40 pasajeros (entre ellos 19 miembros de un equipo de rugby uruguayo) y 5 tripulantes, cuyo destino era la capital chilena.
Entre
la colisión, las heridas, el frío y una avalancha murieron 24 de los pasajeros
y el resto sobrevivió durante 72 días usando como refugio lo que quedo del
fuselaje del avión. Para alimentarse, agotados los pocos suministros y
agobiados por el hambre, tuvieron que recurrir a la antropofagia con los
cadáveres de las víctimas mortales.
Una
historia muy dura como se ve, una decisión difícil en condiciones extremas para
sobrevivir, cosa que lograron 16 personas, todos de sexo masculino. Esto
último, obra del azar, no producto de alguna fuerza misógina de la naturaleza,
de la nieve o de quien asignó los puestos en el avión.
La
gran pregunta es: ¿debemos tergiversar las historias reales para contarlas
según la corrección política de los tiempos? Surgen algunas preguntas al
respecto: ¿Ha debido el film omitir la antropofagia y en su
lugar decir que se alimentaron de frailejones al gratén con queso uruguayo? ¿Se
debe suprimir el cine histórico cuando exponga actitudes que colidan con las de
nuestro tiempo? O quizá lo pertinente es realizar una advertencia al estilo
Disney en cada una de las películas, algo como esto: «El contenido que usted va
a presenciar contiene elementos históricos. La historia humana es una
calamidad. Si los hermanos Wright no hubiesen inventado los aviones que destruyen
el medio ambiente una tragedia como la de los Andes nunca habría sucedido». No
podemos hacer futurología del pasado. Nuestra historia personal y nacional es
como es, somos producto de ella. Yo no puedo cambiar mi pasado, pero si la
manera como lidio con él.
Y lo
interesante de la película es justamente como lidia con el pasado. La sociedad
de los andes nos deja un mensaje final conmovedor que nos recuerda la
interdependencia que tenemos los seres humanos unos con otros, el valor de la
solidaridad y la entrega por nuestros semejantes, también nos habla de la
fortaleza del alma humana en las condiciones más adversas.
Numa
Tucatti, el último en morir antes del rescate, representado por el actor Enzo
Vogrincic, es uno de los pasajeros que, gracias a su fortaleza física y a su
carácter abnegado, tuvo destacada actuación en las primeras expediciones tras
el accidente. Al final, una herida en la pierna causo una infección que acabó
con su vida. En la película, al morir, tiene un trozo de papel en sus manos en
el que, parafraseando el evangelio de San Juan (15:13), se lee: «no hay amor
más grande que el que da la vida por sus amigos». Este es el mensaje de la
película y también, sin duda, el de la historia real.
Lo que
sí parece claro es que si este trágico accidente en vez de en 1972 se hubiese
producido en el tiempo actual, la historia quizá habría tenido un desenlace sin
sobrevivientes: habríamos acabado unos con otros discutiendo necedades en la
montaña.
Laureano
Márquez P.
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