A partir del 7de julio del presente año, Colombia dará un paso significativo en la gestión ambiental con la implementación de la Ley 2232 de 2022, que busca eliminar siete productos plásticos de un solo uso, además de que el establecimiento que produzca o comercialice algún tipo de estos plásticos recibirá una multa correspondiente. Bogotá 5 de julio del 2024. FOTO MAURICIO MORENO CEET EL TIEMPO @mauriciomorenofoto
Estos plásticos pueden afectar el sistema nervioso, la salud reproductiva, e incluso provocar varios tipos de cáncer.
Por DANIELA GUTIERREZ MUNAR
En el contexto actual de creciente preocupación por la sostenibilidad y la seguridad alimentaria, la discusión en torno a los plásticos y su impacto en la salud humana adquiere una relevancia crucial. Teniendo en cuenta que a partir del pasado domingo 7 de julio empezó a regir la Ley 2232 del 2022 que prohíbe los plásticos de un solo uso en Colombia.
La clasificación numérica de los plásticos proporciona una guía fundamental para entender su composición y los potenciales riesgos que pueden representar para quienes los utilizan.
Plástico de un solo uso será regulado en Colombia.
Plástico número 3: vinilo o policloruro (V/PVC)
El plástico número 3, conocido como PVC, es ampliamente utilizado en una variedad de aplicaciones debido a su durabilidad y versatilidad. Sin embargo, contiene aditivos tóxicos como ftalatos y cloruro de vinilo, los cuales se liberan especialmente cuando el plástico está expuesto a cambios de temperatura.
Estos compuestos son reconocidos como disruptores endocrinos, capaces de interferir con el sistema hormonal humano. Estudios científicos han asociado la exposición prolongada a ftalatos con efectos adversos en la salud reproductiva, desarrollo fetal y aumento del riesgo de ciertos tipos de cáncer.
En su informe de 2008, titulado "Ftalatos y evaluación de riesgos acumulativos", la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NAS) determinó que había suficiente evidencia para concluir que la exposición prenatal a siete ftalatos resultaba en efectos adversos comunes en el desarrollo reproductivo masculino, dando lugar a lo que se denomina "síndrome de ftalatos", similar al "síndrome de disgenesia testicular" en humanos. El informe señala:
“Algunos ftalatos, como DBP, BBP, DEHP y DINP, pueden alterar la diferenciación sexual masculina al interferir en la biosíntesis de andrógenos”, señaló el informe.
Una evaluación de riesgo acumulativo más reciente llevada a cabo por el Panel Asesor de Riesgos Crónicos (CHAP) de la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor concluyó que en los EE. UU., el 10% de las mujeres embarazadas y el 5% de los bebés están expuestos a niveles peligrosos de ftalatos.
Con base en los datos disponibles, los expertos del CHAP determinaron que la exposición acumulativa a cinco ftalatos representa un riesgo inaceptable de toxicidad masculina para aquellas mujeres embarazadas y bebés que están expuestos a los niveles más altos de estos compuestos.
Plástico número 6: poliestireno (PS) o styrofoam
El Poliestireno, comúnmente conocido como Styrofoam, es otro plástico de preocupación debido a su liberación de sustancias como estireno y benceno cuando se expone al calor. Estos compuestos son neurotóxicos y se ha demostrado que afectan negativamente el sistema nervioso central y periférico, así como otros órganos vitales en estudios de exposición prolongada.
La Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU. (EPA) ha identificado al poliestireno como un compuesto que puede causar efectos en el sistema nervioso, como somnolencia y retraso en el tiempo de reacción, cuando se inhala en altas concentraciones durante períodos prolongados.
Además, el Programa Nacional de Toxicología (NTP) ha clasificado al estireno como un posible carcinógeno humano, destacando su potencial para causar daño genético y ciertos tipos de cáncer.
A pesar de su uso extendido en envases desechables y productos cotidianos, su impacto ambiental y los riesgos para la salud han generado llamados a reducir su uso y buscar alternativas más seguras.
Plástico número 7: misceláneo (policarbonatos, poliamidas, poliuretanos, etc.)
El grupo de plásticos designados con el número 7 incluye una variedad de resinas plásticas que no encajan en las categorías anteriores. Entre ellos se encuentran el Policarbonato (PC) y el Bisfenol-A (BPA), conocidos por su capacidad de liberar sustancias químicas tóxicas cuando se exponen al calor. El BPA, en particular, ha sido identificado como un disruptor endocrino que puede interferir con el sistema hormonal humano, con posibles implicaciones para el desarrollo infantil, la reproducción y la salud cardiovascular.
Un estudio de la Harvard School of Public Health encontró que las personas que bebieron de botellas de policarbonato durante una semana mostraron un aumento significativo en los niveles de BPA (compuesto sintético que se usa en la fabricación de plásticos ) en la orina, lo que sugiere que este compuesto se libera del plástico y se absorbe en el cuerpo humano. La exposición a BPA se ha asociado con efectos negativos en el desarrollo reproductivo, enfermedades cardiovasculares y diabetes.
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Aunque algunos productos han comenzado a etiquetarse como "libres de BPA", el grupo de plásticos número 7 en general sigue siendo motivo de preocupación debido a la incertidumbre sobre su composición exacta y los riesgos asociados.
Plástico de un solo uso
Impacto en la salud y el medio ambiente
La exposición continua a estos plásticos tóxicos plantea riesgos significativos para la salud humana y el medioambiente. Desde la contaminación de alimentos y bebidas hasta la acumulación de residuos plásticos en ecosistemas naturales, las consecuencias son amplias y preocupantes.
En particular, la contaminación por plásticos en los océanos ha alcanzado proporciones alarmantes, afectando la vida marina y potencialmente la seguridad alimentaria humana a través de la cadena alimenticia.
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Recomendaciones y alternativas seguras
Para mitigar estos riesgos, se puede evitar el uso prolongado y la exposición directa a los plásticos identificados con los números 3, 6 y 7, especialmente si estos plásticos se exponen a altas temperaturas. En su lugar, se deben considerar alternativas más seguras como recipientes de vidrio, acero inoxidable o plásticos identificados como PEAD (número 2), PEBD (número 4) y PP (número 5). Estos tipos de plásticos son menos propensos a liberar toxinas y representan opciones más seguras para el almacenamiento de alimentos y bebidas.
La elección informada y consciente de materiales de envasado y almacenamiento no solo protege la salud personal, sino que también puede contribuir a la reducción de la contaminación plástica y promueve prácticas más sostenibles para un futuro más saludable y limpio.
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