Ismael Pérez Vigil 26 de octubre de 2024
@Ismael_Perez
–
Resistencia Política.
26 de
octubre de 2024. Historia y política se entrelazan para mostrarnos el camino,
la vía, la forma en que diversas sociedades han luchado contra la invasión, la
opresión y el colonialismo, en la búsqueda de la libertad, la justicia y el
desarrollo de la democracia. A lo largo de la historia, existen cientos, miles
de ejemplos; durante varias semanas hemos revisado algunos de ellos, haciendo
referencia a la lucha de los franceses contra la invasión nazi, de los
argelinos por conquistar su independencia del imperio colonial francés, de los
checos para resistir la invasión soviética, de los norteamericanos contra el
racismo y por los derechos civiles, y de los sudafricanos por librarse del
ignominioso apartheid.
Hagamos ahora un repaso de algunas de las lecciones aprendidas en estos procesos, resaltando las que, en mi criterio, son algunas de las más importantes lecciones que nos dejan, sin pretender agotar el tema y sin que el orden implique prioridad, pues siempre se combinan varios factores para lograr el objetivo de resistir.
1) En
cuanto a conceptos, recordemos que nos aproximamos al tema de
manera simple con lo que nos dicen dos diccionarios importantes: el de la Real
Academia Española, que en su tercera acepción define resistencia como: “Conjunto
de las personas que, generalmente de forma clandestina, se oponen con distintos
métodos a los invasores de un territorio o a una dictadura”; y el Oxford
English Dictionary, que define el término como: “oposición organizada a
un invasor”. La resistencia política, entonces, sería un término genérico
que se refiere a personas organizadas, usualmente de manera clandestina, en
cualquier país, que se oponen a los invasores o a las tiranías. Con esto en
mente, continuemos con otras de las lecciones de los procesos descritos.
2) La
existencia de una causa es fundamental; por ejemplo, la lucha por la
libertad y la resistencia al invasor, como en el caso de la resistencia
francesa a la invasión nazi y la resistencia de la sociedad civil en
Checoslovaquia a la invasión soviética. Sin embargo, la causa también puede ser
la lucha contra la segregación y el racismo, como ocurrió en los Estados Unidos
con la lucha por los derechos civiles de la población negra, o en Sudáfrica,
contra la segregación y el apartheid. En ocasiones, una motivación adicional
puede estar impulsada por una inspiración ideológica, un objetivo político o
una creencia religiosa, como fue el caso de la religión musulmana para
identificar y unificar al pueblo argelino en su lucha por la independencia.
3) La
“unidad” en esa causa es un factor clave de éxito, y
mantenerla es decisivo incluso después de haber logrado el objetivo principal.
Sin excepción, en todos los procesos descritos se logró un impulso definitivo
hacia el objetivo cuando los diferentes factores, partidos u organizaciones de
la sociedad civil dejaron de lado sus objetivos particulares y se unieron en la
causa común. De esta manera, encontraron una fórmula para unificar criterios y
vías para alcanzar sus metas.
4) El
apoyo popular o ciudadano y su incorporación activa en la lucha por esa causa, así
como el respaldo a quienes lideran el movimiento, son decisivos. No cabe duda
de que el pueblo francés participó activamente en ayudar a la resistencia
contra los nazis; sin ese apoyo, que aunque esperable no siempre se da de forma
automática, la resistencia armada en Francia no hubiera sido posible sin el
apoyo de los franceses. De igual manera, la revuelta argelina por la
independencia no habría tenido el mismo impacto si el pueblo argelino no se
hubiera sumado a las tareas de rebelión, movilizaciones, huelgas, etc., que
crearon el ambiente indispensable para alcanzar la independencia de Argelia.
Aunque
la resistencia del pueblo checo no fue exitosa de manera inmediata, la sociedad
civil checa obtuvo logros importantes, a pesar de enfrentarse desarmada a uno
de los ejércitos más poderosos del mundo en esa época. La lucha por los
derechos civiles en los Estados Unidos ganó profundidad y extensión a medida
que el conflicto racial se dio a conocer nacional e internacionalmente y miles
de ciudadanos, tanto negros como blancos, se incorporaron a esa causa. El
pueblo sudafricano, disperso en guetos, pueblos y razas, fue decisivo para
lograr la libertad de Mandela y, avanzado el proceso de negociación, para llevarlo
a la Presidencia del país y consolidar la eliminación del apartheid.
En los
casos donde lo esencial no fue la lucha armada −como lo fue en la resistencia
francesa y la lucha por la independencia de Argelia− una lección de varios de
estos procesos es que la sociedad civil puede organizarse y resistir, y solo es
posible contenerla temporalmente bajo una fuerte represión de tropas tan
entrenadas o tan fuertes como las soviéticas. Los pueblos, cuando se
organizan, más temprano que tarde, se libran de la opresión.
5) Un
ambiente internacional permisivo, neutral o propicio es crucial. El
contexto bélico de la Segunda Guerra Mundial y la lucha internacional contra el
nazismo fueron factores determinantes en el triunfo de la resistencia francesa.
De igual manera, la valoración internacional en contra del racismo y la
segregación fue decisiva en la lucha por los derechos civiles en los Estados
Unidos.
En
contraste, el ambiente de la “guerra fría” en Checoslovaquia impidió que la
sociedad civil y los partidos liberales lograran sus objetivos hasta 27 años
más tarde, cuando cayó el Muro de Berlín, colapsó la Europa Comunista y
finalizó la “guerra fría” con el triunfo de los valores democráticos de la
sociedad occidental.
El
caso sudafricano también es un buen ejemplo: el proceso clave de la liberación
de Mandela y la consolidación de la negociación para eliminar el apartheid solo
se logró a partir del final de la “guerra fría”, cuando las grandes potencias
dejaron de financiar y apoyar a los grupos en conflicto que sostenían la
llamada “guerra de la frontera” (ver: https://bit.ly/3BRP1Ez)
, obligando al gobierno sudafricano a emprender la negociación para eliminar el
apartheid.
6) La
existencia de un liderazgo personal u organizativo es clave para
unificar y llevar adelante la negociación interna entre los grupos que apoyan
la resistencia a los invasores externos, la independencia o la lucha contra la
segregación y el racismo. Personajes clave de estos liderazgos fueron, entre
muchos otros, Charles De Gaulle en Francia, Ahmed Ben Bella y Houari Boumediene
en Argelia, y, por supuesto, Martin Luther King Jr. y Nelson Mandela en Estados
Unidos y Sudáfrica, respectivamente.
En el
caso de Checoslovaquia, no tenemos un ejemplo similar en el momento de la
invasión soviética, aparte de Alexander Dubcek, quien por obvias razones
permaneció en silencio. Sin embargo, no cabe duda de que la presencia de Václav
Havel en los años siguientes a la invasión fue un factor importante para el
establecimiento definitivo de la democracia en Checoslovaquia. En 1993,
Checoslovaquia se dividió en la República Checa y Eslovaquia, sin conflictos
significativos.
7) La
importancia de la “clandestinidad” de los líderes y organizaciones permitió
su actuación, así como la de buena parte de la población, en cada uno de estos
procesos, sin correr riesgos innecesarios. La actuación clandestina de la
“resistencia francesa” fue vital para su actividad armada, al igual que lo fue
para los líderes argelinos que condujeron la lucha por la independencia de
Argelia. Igualmente, importantes fueron los varios años de actividad
clandestina de Nelson Mandela y otros líderes sudafricanos en la lucha contra
el apartheid.
De
igual manera, aunque no lo analicé en el artículo respectivo (https://bit.ly/3YkiQFk), fue
importante la actividad clandestina de algunos dirigentes checos —periodistas,
artistas, intelectuales, estudiantes— durante la invasión soviética y,
naturalmente, los años de lucha clandestina de Václav Havel y otros para lograr
la consolidación de la democracia en ese país a partir de 1989.
8) El
tema de la violencia y la lucha no violenta es esencial encararlo. Sin
duda, la resistencia armada fue fundamental en el caso de Francia y de Argelia.
En Checoslovaquia, una vez que el gobierno decidió que el ejército no se
opusiera al invasor, la resistencia no violenta fue esencial para la
incorporación del pueblo checo a la lucha en las calles y, en años siguientes,
para consolidar el establecimiento de la democracia. La actividad no violenta
fue definitoria en los Estados Unidos para lograr el apoyo interno e
internacional, y también en Sudáfrica para consolidar el triunfo sobre el
apartheid. Según Mandela, no tenía sentido la lucha armada contra el ejército
sudafricano, el mejor y más poderoso del continente.
9) El
adecuado manejo de semejanzas y diferencias es fundamental. Son
obvias las diferencias en los casos de la lucha francesa contra el nazismo, de
los argelinos por su independencia y de los checos contra los invasores
soviéticos. A pesar de las semejanzas en la causa de la población negra en
Estados Unidos y Sudáfrica, y sus respectivos procesos liderados por figuras
importantes como Martin Luther King y Nelson Mandela, existen diferencias
significativas a tomar en cuenta debido al desarrollo de cada país, los
recursos disponibles y la situación económica. Por ejemplo, en Estados Unidos,
a pesar de la violencia y los crímenes durante el largo conflicto, no hubo un
enfrentamiento armado interno significativo después de la guerra civil. En
contraste, en Sudáfrica, hubo momentos en que la alternativa fue la violencia
armada, la guerrilla e incluso las guerras en países vecinos que influyeron en
el proceso.
10) La
importancia de la comunicación y difusión de información es
otro factor clave que destaca en varios de estos procesos. En el caso de la
invasión de Checoslovaquia, los eventos fueron documentados por miles de
fotografías, especialmente por el fotógrafo checo Josef Koudelka. Además, la
actividad informativa de Radio Praga y de periodistas, intelectuales y
estudiantes fue también esencial, pues solo bajo el férreo control militar y de
las comunicaciones pudieron contrarrestar ese impacto.
En
Estados Unidos, la labor informativa de la prensa y la televisión hizo que el
tema se conociera tanto a nivel nacional como internacional, lo que llevó a que
muchos ciudadanos, negros y blancos, se unieran a las manifestaciones y
marchas. De manera similar, en Sudáfrica, la difusión mundial de las
condiciones del encarcelamiento de Mandela y los extremos del apartheid provocó
que países y organismos internacionales se sumaran en contra del gobierno
sudafricano. Además, Mandela se las ingenió para mantener contacto desde la
prisión con otros presos y con su partido, lo que le permitió iniciar las
negociaciones con el gobierno para poner fin a la segregación, incluso antes de
salir de la cárcel.
A
pesar de los intentos, hoy en día es más difícil para los gobiernos
autoritarios mantener ese control debido a los avances en la comunicación y la
difusión de información.
Conclusión.
Independientemente
de la modalidad que adopte la opresión y del concepto final que utilicemos para
definir la «resistencia», siempre llegaremos a la política y a la necesidad de
la unión de todos los factores que se oponen a esa opresión y a la importancia
crucial de la organización; porque, como hemos observado, los pueblos, cuando
se organizan, tarde o temprano se liberan de la opresión.
Ismael
Pérez Vigil
@Ismael_Perez
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