Opus Dei 23 de noviembre de 2024
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Comentario
al Evangelio del domingo de la solemnidad de Cristo rey (Ciclo B). “¿Eres tú el
Rey de los judíos?” Jesús ha venido a predicar el Reino de los cielos y nos
invita a participar en él. “Reino de la verdad y de la vida, el reino de la
santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz”.
Evangelio
(Jn 18, 33b-37)
Pilato
entró de nuevo en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: —¿Eres tú el Rey de los
judíos?
Jesús
contestó: —¿Dices esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
—¿Acaso
soy yo judío? —respondió Pilato—. Tu gente y los príncipes de los sacerdotes te
han entregado a mí: ¿qué has hecho?
Jesús
respondió: —Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis
servidores lucharían para que no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no
es de aquí.
Pilato
le dijo: —¿O sea, que tú eres Rey?
Jesús
contestó: —Tú lo dices: yo soy Rey. Para esto he nacido y para esto he venido
al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo el que es de la verdad escucha
mi voz.
Comentario al Evangelio
¿Eres
tú el Rey de los judíos?
Es la
pregunta que Pilato hace a Jesús cuando se encuentran frente a frente.
Los
judíos para que el gobernador aprobara la muerte de Jesús habían cambiado la
acusación. Si le habían condenado por ser Hijo de Dios, delante de Pilato le
acusan de hacerse el rey de los judíos.
Pilato
quizás más por curiosidad que por verdadero interés de conocer quién es Jesús
le hace una pregunta que nos hacemos todos los hombres: ¿Quién eres Jesús? Esta
pregunta tiene tanto interés que Jesús mismo se la hizo en una ocasión a los
Apóstoles: ¿Quién decís vosotros que soy yo?
Esta
pregunta goza de un enorme interés porque Jesús ha venido a la tierra a
invitarnos a participar en su reino a ofrecernos su amistad. Quiere Jesús que
tengamos con Él un trato de amistad. Jesús quiere reinar en cada corazón
humano.
En el
diálogo con Pilato, Jesús enseguida pasa del terreno impersonal al terreno
personal. Desde la pregunta inicial de Pilato: ¿eres tú el rey de los judíos?
pasa Jesús a preguntarle: ¿dices esto por ti mismo o te lo han dicho otros de
mí? Era como preguntarle: Pilato, ¿quién piensas que soy yo? Jesús quiere poner
a Pilato ante la pregunta fundamental porque acoger a Jesús es acoger a Dios.
Porque Jesús es el Verbo Encarnado y a través de su humanidad conocemos a Dios.
Pilato
trata de eludir la respuesta: ¿acaso soy yo judío? Realmente no es fácil
ponerse delante de Jesús y de su Reino. Abrir la puerta del corazón a Jesús
significa estar dispuesto a cambiar de vida. Es vivir de una manera diferente y
eso no siempre es fácil. Quizás con esta respuesta Pilato manifiesta cierta
indiferencia hacia Jesús. Aunque bien es verdad que a medida que avanza el
diálogo Pilato tendrá que mojarse.
Jesús
sigue dando oportunidades a Pilato, invitándole a que tome parte de su Reino.
Lo hace respondiendo a la pregunta que Pilato le formula a continuación: ¿qué
has hecho? Es decir, ¿por qué los judíos te han traído a mi presencia para ser
juzgado? ¿por qué quieren darte muerte?
Responde
Jesús: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis
servidores lucharían para que no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no
es de aquí”.
Pilato
escucha, pero realmente no entiende nada. Jesús por su parte se manifiesta con
una enorme sencillez. En la respuesta que le da a Pilato deja clara una de las
características de su Reino: “mi reino no es de aquí”.
Aunque
Jesús le explica con claridad, Pilato no entiende. Más bien parece que quiere
quitarse de encima un problema engorroso. No se detiene en conocer lo que le ha
contestado Jesús, sino que actúa de una manera pragmática. Es como si le Pilato
le dijera: vamos al grano a lo que me interesa: ¿eres Rey o no lo eres?
Jesús
le contesta: “Tú lo dices: yo soy Rey. Para esto he nacido y para esto he
venido al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo el que es de la verdad
escucha mi voz”.
Esas
palabras que pronuncia Jesús delante de Pilato son las que le conducirán a la
muerte. Jesús muere por dar testimonio de la verdad.
¿Cuál
es la verdad que anuncia? La principal es el Amor que Dios tiene al hombre que
para rescatarle del poder del pecado y de la muerte, envió a su Hijo como
Salvador del mundo y “él mismo se entregó a la muerte, y, resucitando, destruyó
la muerte y nos dio nueva vida” (Plegaria Eucarística IV).
¿Eres
tú el Rey de los judíos? Así comienza el diálogo de Pilato con Jesús. También
nosotros debemos preguntarle y nos enseña que su reino es “el reino de la
verdad y de la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la
justicia, el amor y la paz” (Prefacio de la Misa de Cristo Rey).
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/gospel/
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