Por Tamara Suju, 15/12/2014
He escrito en las redes sociales pidiendo a los venezolanos no iniciar
la campaña “Una Navidad Sin Presos Políticos” y lo hago consciente de que puede
parecer antipático para quienes no conocen todo lo que se vive en el entorno de
cada uno de ellos. Año tras año, desde la chucuta amnistía del 2007, hemos
hecho en estas fechas campañas fuertes y quienes defienden y se solidarizan con
ésta causa acuden a reuniones, concentraciones, misas, y esas familias, padres,
madres, hijos, tíos, abuelos, amigos, novios y novias de los presos políticos
se llenan de esperanza, pensando que tal vez haya una luz al final del túnel y
que alguno de los injustamente encarcelados podría entrar en la lista de
indultos o quizás podría aprobase otra Ley de Amnistía.
He sido testigo de la ansiedad en la cara de los niños cuando piensan
que su padre podría salir en diciembre, de la medio sonrisa dibujada en el
rostro de las madres cuando acuden a reuniones en donde las pancartas piden
“Una Navidad sin presos políticos”. Pero también, he visto las caras de todos
ellos cuando llega enero, y esa silla en la mesa, ese asiento en la sala y ese
espacio en la cama, se quedó vacío.
Creo que todos conocemos la naturaleza del régimen. Lo cruel e inhumano
que pueden ser. La pudimos ver este año muy claramente. Además, la lista de
presos políticos creció, y se suman a los Policías Metropolitanos y a los
Guevara, los estudiantes y activistas de Derechos Humanos, los Alcaldes Daniel
Ceballos y Enzo Scarano, los miembros de la sociedad civil que exigían sus
derechos en las protestas sociales, nuestro colaborador de Foro Penal Marcelo
Crovato, el líder fundador de Voluntad Popular Leopoldo López y los militares
acusados de estar presuntamente conspirando. Pero también debemos sumar las 1922
personas que tienen procedimientos penales abiertos, los nuevos perseguidos con
prohibición de salida del país y los nuevos exiliados.
Es decir estimados lectores, después de 7 años, 5 proyectos de
Amnistía, peticiones expresas del Clero y de la Santa Sede, peticiones de
Presidentes, Personalidades, Parlamentos, Organizaciones Internacionales, entre
otros, a los que el gobierno venezolano ha hecho caso omiso, ¿creen ustedes que
por el mero hecho de ser Navidad el gobierno de Maduro se va a compadecer?
No estimados lectores. Y el “no” es precisamente por la naturaleza del
régimen. Ellos no quieren reconciliación ni paz social, ni propiciar el inicio
del cese de la confrontación entre compatriotas. Mantener la división y la
instigación al odio, la discriminación y la persecución, es la forma como
maximizan el control y minimizan la capacidad de la gente en reaccionar. La
confrontación es parte del juego. El acoso que tienen con sus seguidores
también. Y el tema de los presos políticos en esta época, les encanta, porque
mientras la oposición democrática se enfoca en resaltarlo, se distrae la
opinión pública, y el régimen juega callado a mantenernos en vilo, expectantes,
día tras día, hasta que llega enero.
Es por esto que me parece cruel para los presos políticos y sus
familias que sea precisamente en ésta época que se resalte el tema y no exigir
como deberíamos hacerlo, todos los días del año, de forma contundente, con la
misma intensidad y la misma solidaridad. El gobierno no los va a liberar por
ser Navidad. Ellos, les robaron la Navidad a muchos venezolanos desde hace más
de una década. En lo particular ya no he podido disfrutar de una cena navideña
sin pensar en las esposas o niños de los injustamente encarcelados o
perseguidos, o de quienes están en el exilio sin sus seres queridos o de
aquellos que han perdido la vida, víctimas de la violencia política existente
en el país. Mi pensamiento siempre se ha entristecido al imaginar cómo quedarán
de lado y lado, presos y familiares, cuando a las 5 o 6 de la tarde, los hacen
salir de la visita y las rejas vuelven a sonar con ese ruido ensordecedor
metálico. ¿Lo ha pensado usted?
Debo recalcar que 8 presos políticos tienen más de 10 años tras las
rejas y a ellos se les ha negado lo que está escrito en la Ley cuando se tiene
parte de la pena cumplida. Es una vergüenza lo que sucede con estos casos! ¿Más
crueldad? Que este régimen siga hablando de “la suprema felicidad del pueblo”
mientras torturan física y psicológicamente a quienes están en esas cárceles en
donde hablar de Derechos Humanos es una utopía y la crueldad y la maldad la
norma. Hoy quiero hacerle llegar un abrazo a quienes este año estarán del otro
lado de las rejas en Navidad, por defender nuestros derechos, por defender sus
ideales y por haber caído injustamente en esa cloaca a la que llaman “justicia”
en Venezuela. Los venezolanos queremos además de una Venezuela sin presos y
perseguidos políticos, un país que nos brinde seguridad, donde reine la cultura
de Paz, de Justicia e Igualdad, de bienestar social, de progreso y todos
tengamos las mismas oportunidades.
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