Pablo José Durán renuncia con carta pública a su designación por el TSJ
a Rector Suplente del CNE. En ninguna parte de la Constitución Nacional podemos
encontrar que el Tribunal Supremo de Justicia se puede atribuir el poder de
designar un Rector del CNE, convirtiéndose los afables Magistrados de la Sala
Constitucional en Señores y Señoras con poderes supraconstitucionales, cuestión
que a todas luces es inaceptable en un país democrático.
El argumento esgrimido por los Diputados de la bancada Oficialista de
la Asamblea Nacional, en el sentido que la Constitución y las Leyes prevén los
mecanismos para que en el caso de no haber acuerdo en la designación de
funcionarios para ejercer cargos de los Poderes Públicos se puedan elegir,
denota la falta de voluntad política para llegar a acuerdos de tal manera de
lograr los 110 Diputados. Además es necesario destacar que los 12 Magistrados
electos tenían casi un año con su periodo vencido, las Rectoras del CNE tenían
sus periodos vencidos desde Abril de 2013 y el Contralor General de la
República tenía años de fallecido y nunca la mayoría oficialista de la Asamblea
Nacional asumió la responsabilidad de elegir un nuevo Contralor.
Es importante destacar que para todos los casos, es decir, para Magistrados
del TSJ, para Rectores del CNE, Contralor General de la República, Fiscal General
de la República y Defensor del Pueblo, la Constitución exige el consenso por
votación de la plenaria de la Asamblea Nacional por las 2/3 partes de sus
integrantes, es decir por al menos 110 Diputados, con distintos mecanismos y
procedimientos de postulación, pero la decisión final siempre es por mayoría
calificada en la AN, en nuestro caso, en este fatídico mes de diciembre de
2014, para ninguno de los casos se logró el consenso y la renovación de los
Poderes Públicos se hace contraviniendo el texto constitucional.
A continuación la carta de Pablo José Duran renunciando a su nombramiento:
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