ALFREDO MEZA Caracas 17 DIC 2014
El restablecimiento de
relaciones entre Cuba y Estados Unidos deja a Venezuela como el único ariete
del discurso antiimperialista en América
En su primera reacción el presidente de
Venezuela, Nicolás Maduro, ha querido subrayar “la valentía” del
presidente de Estados Unidos,Barack Obama, al reanudar de lleno las relaciones diplomáticas entre ese país y
Cuba, y lo ha calificado “como el gesto más importante de su presidencia”.
El gobernante venezolano, quien asiste en Argentina a la cumbre del Mercosur, puso el acento en la liberación de los tres
cubanos presos en Miami por espionaje que han sido liberados como parte de las
negociaciones. “Ya están en su tierra, libres, dignos, es una victoria de la
moral, de la ética de la resistencia, de la lealtad a los valores, es una
victoria de Fidel, del pueblo cubano”, ha manifestado.
Maduro ha elogiado a Obama como nunca
antes y rescató el pasaje del discurso en el cual el gobernante estadounidense
señala el fracaso del embargo como política para aislar al régimen cubano.
“Pareciera una rectificación histórica lograda, de acuerdo a lo que están
diciendo, con la ayuda del papa Francisco, nuestro Papa”, dijo. Ha sido apenas
un alto en las tensas relaciones que mantienen ambos países desde 2001, cuando
el entonces presidente
Hugo Chávez criticó la guerra iniciada por Washington en Afganistán tras
los atentados terroristas del 11 de septiembre en Nueva York.
La noticia se produce en medio de una
cruzada que ha iniciado Maduro para tratar de convertir en una agresión a la
Nación el anuncio de sanciones del Senado estadounidense a 56 altos
funcionarios del régimen de Caracas, aún pendiente de la sanción del Ejecutivo
de ese país para convertirse en ley. Las respuestas a esa moción de la bancada
republicana han sido variadas: desde un acuerdo de rechazo aprobado por la
mayoría chavista en la Asamblea Nacional hasta la quema de las visas de turista
(https://www.youtube.com/watch?v=gkl-71VxjJA)
propuesta en la televisora oficial por Iris Varela, ministra de Asuntos
Penitenciarios.
Con el fin del embargo aún pendiente,
Venezuela comienza a quedar como el único ariete del discurso antiimperialista
en América. Cuba ha terminado de dar un paso definitivo hacia el progresivo
regreso de la democracia, lo que supone un cambio en el escenario internacional
de impredecibles consecuencias. La Habana ha advertido los riesgos de depender
en exclusiva de las veleidades de la economía venezolana, cuyo flujo de
ingresos depende de los precios del petróleo. Con la más reciente caída de la
cotización del crudo parecía más perentoria la necesidad de cortar la total
dependencia del dinero venezolano.
Con esa capitulación del régimen de La
Habana también queda la interrogante de si se mantendrá en el tiempo el apoyo
político cubano a la estrategia internacional de Venezuela, habida cuenta de
las más recientes expresiones del gobierno de Caracas hacia Washington. Apenas
el lunes Maduro, recordando las versiones más procaces de Hugo Chávez, había
dicho: “agarren sus visas y métanselas por donde les quepan, yanquis
insolentes”. “Ahora se abre un importante ejercicio de compresión de las
consecuencias del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre esos
países”, afirmó en su cuenta de Twitter el politólogo chavista Nicmer Evans al
conocer la noticia.
La analista Elsa Cardozo advierte
retrocesos en el discurso antiimperalista venezolano. Desde Estados Unidos,
recuerda, proviene principalmente el flujo de recursos que mantiene a flote a
la economía venezolana y debe cuidar esas relaciones. “No es tan sencillo que
siga asumiendo la estrategia imperialista internacional. Venezuela ha perdido
mucha influencia política y económica a pesar de que recientemente se hizo de
un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas o del acuerdo de
entregar petróleo subsidiado a los países del Caribe cambio de apoyo a sus
iniciativas. Proyecta una crisis económica y política y mucha conflictividad”,
agrega.
Cardozo apela al pragmatismo que en
situaciones similares a la actual ha aplicado el chavismo. Una vez superadas
podía retomar su discurso antiestadounidense porque Cuba seguía a su lado,
acompañándolo con un apoyo casi paternal. Esta vez todo luce distinto. ¿Habrá
consultado este paso Castro con su par Maduro cuando este acudió a la cumbre
del ALBA en La Habana el fin de semana pasado?, se preguntó Evans en uno de sus
trinos. Son tiempos de muchas interrogantes en el seno del gobierno. De momento
todo el chavismo prefiere reivindicar la victoria moral que supone el regreso
de los cubanos liberados a casa.
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