José De Córdoba y Juan Forero lunes, 18 de mayo de 2015
Fiscales de Estados Unidos investigan a
varios altos funcionarios venezolanos, entre ellos al presidente de la Asamblea
Nacional, bajo la sospecha de que han convertido el país en un centro global de
tráfico de cocaína y lavado de dinero, según más de una decena de personas al
tanto de las indagaciones.
Una división élite de la Administración
para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en Washington y
fiscales federales en Nueva York y Miami están construyendo casos utilizando
pruebas aportadas por ex traficantes de cocaína, informantes que eran cercanos
a altos funcionarios venezolanos y desertores de las fuerzas armadas
venezolanas, revelaron estas personas.
Un blanco importante, según un
funcionario del Departamento de Justicia y otras autoridades estadounidenses,
es el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, considerado el
segundo hombre más poderoso del país.
“Hay amplia evidencia para justificar
que él es una de las cabezas, sino la cabeza, del cartel”, afirmó el
funcionario del Departamento de Justicia de EE.UU., en referencia a un grupo de
oficiales militares y altos funcionarios de los cuales se sospecha de estar
involucrados en el narcotráfico. “Definitivamente es un blanco principal”.
Representantes de Cabello no
respondieron llamadas y correos electrónicos en busca de comentarios. En el
pasado, las autoridades venezolanas han rechazado acusaciones sobre la
participación de altos funcionarios en el narcotráfico como un intento de EE.UU.
por desestabilizar al gobierno izquierdista en Caracas.
Cabello dijo el miércoles en la
televisión estatal que solicitó una prohibición judicial de salida del país
contra 22 ejecutivos y periodistas de tres medios de noticias venezolanos a los
que ha demandado por publicar este año notas sobre las acusaciones de
narcotráfico. “Yo me siento agraviado y ninguno de ellos ha pedido disculpas,
ahora el malo soy yo que me acusaron de narcotraficante sin una sola prueba y
el malo soy yo ¡Qué cosas, no!”, apuntó Cabello.
El gobierno del presidente Barack Obama
no está dirigiendo ni coordinando las pesquisas, que son llevadas a cabo por
fiscales federales con amplias facultades para perseguir sospechosos. No
obstante, si las investigaciones derivan en la presentación pública de cargos
contra Cabello y otros, el furor resultante en Venezuela podría sumir las
relaciones entre ambos países en la crisis más grave desde que el difunto líder
populista Hugo Chávez asumió el poder hace 16 años.
“Sería sísmica”, afirmó un funcionario
estadounidense sobre la prevista reacción de Venezuela. “Le echarán la culpa a
una amplia conspiración de derecha”.
Funcionarios de EE.UU. sospechan que Tarek El Aissami (el segundo a la izquierda), ex ministro del Interior y actual gobernador del estado Aragua, ha recibido sobornos para facilitar envíos de droga. |
Funcionarios estadounidenses dicen que
han avanzado mucho en sus investigaciones. Sin embargo, agregan que es posible
que las posibles presentaciones de cargos permanezcan selladas hasta que las
autoridades puedan realizar detenciones, algo que sería difícil, si no
imposible, a menos que los acusados viajen al exterior.
Las investigaciones son una respuesta al
crecimiento explosivo del narcotráfico en Venezuela, dicen funcionarios
estadounidenses. Presionados por Colombia, donde las autoridades combatieron
enérgicamente el tráfico de drogas con US$10.000 millones en asistencia que
EE.UU. proveyó desde 2000, muchos traficantes colombianos trasladaron sus
operaciones al país vecino. En Venezuela, dicen funcionarios estadounidenses,
hallaron un gobierno y fuerzas armadas dispuestos a permitir, y con el tiempo
controlar, el tráfico de cocaína a través del país.
“La mayoría de los traficantes de alto
perfil se mudó a Venezuela durante ese tiempo”, dijo Joaquín Pérez, un abogado
de Miami que representa a narcotraficantes colombianos clave que han reconocido
que operan desde Venezuela.
Venezuela no produce coca, la hoja que
se usa para hacer cocaína, ni la droga en sí. No obstante, EE.UU. estima que
cerca de 131 toneladas de cocaína, cerca de la mitad de la cocaína producida en
Colombia, pasó por Venezuela en 2013, el último año del cual se tienen cifras.
Walid Makled, un narcotraficante convicto que aparece aquí en el momento en que las autoridades colombianas lo entregan a Venezuela, se jactó de tener a 40 generales venezolanos en su nómina. |
Los fiscales no apuntan al presidente
Nicolás Maduro, quien ha estado en el poder desde la muerte de Chávez hace dos
años. Sin embargo, altos funcionarios de seguridad pública de EE.UU. dicen que
consideran a varios funcionarios y oficiales militares venezolanos como los
líderes de facto de organizaciones narcotraficantes que utilizan a Venezuela
como el punto de partida para los envíos de cocaína a EE.UU. y Europa.
“Es una organización criminal”, señaló
el funcionario del Departamento de Justicia, refiriéndose a ciertos miembros de
las altas esferas del gobierno y las fuerzas armadas de Venezuela.
Mildred Camero, quien presidió la
Comisión Nacional Contra el Uso Ilícito de las Drogas de Venezuela hasta que
fue obligada a salir abruptamente en 2005, indicó que Venezuela tiene “un
gobierno narcotraficante y de lavadores de dinero”. Recientemente colaboró con
un libro, Chavismo, narcotráfico y militarismo, en el cual afirmó que la
corrupción vinculada con el narcotráfico había penetrado el Estado, nombrando a
más de una decena de funcionarios, incluyendo nueve generales, que
presuntamente trabajaron con traficantes.
Las agencias de seguridad de EE.UU.
señalaron que han acelerado sus investigaciones en los últimos dos años, un
período en el que la economía de Venezuela ha empeorado drásticamente. El
crimen desenfrenado se ha disparado, lo que ha convertido a Venezuela en el
país más violento del continente y motivado a la gente a emigrar.
La profunda crisis ha facilitado a las
autoridades estadounidenses el reclutamiento de informantes, dicen fuentes cuyo
trabajo es enlistar personas cercanas a altos funcionarios venezolanos.
Narcotraficantes colombianos y venezolanos también han llegado a EE.UU., con
ansias de proporcionar información sobre funcionarios venezolanos a cambio de
sentencias menores y la residencia, dicen autoridades de EE.UU.
“A partir de la agitación en Venezuela,
hemos tenido mayor éxito en el desarrollo de estos casos”, precisó un fiscal
federal del Distrito Este de Nueva York que trabaja en casos venezolanos.
En enero, los investigadores de EE.UU.
lograron una captura importante cuando el capitán de la armada Leamsy Salazar
desertó y fue llevado a Washington. Salazar, que había encabezado el equipo de
seguridad de Cabello, les dijo a las autoridades estadounidenses haber sido
testigo de que éste supervisó el envío de un gran cargamento de cocaína desde
la península de Paraguaná, en Venezuela, afirmaron personas al tanto del caso.
Cabello ha criticado públicamente a su
ex guardaespaldas, asegurando que no dirigía su equipo de seguridad y
calificándolo de un “infiltrado” que no tiene pruebas de su participación en el
narcotráfico. “Nuestra conciencia está totalmente tranquila”, dijo en una
entrevista de radio.
Rafael Isea es otro ex funcionario que
ha estado hablando con investigadores, según fuentes al tanto. Ex viceministro
y por un breve lapso Ministro de Finanzas y gobernador del estado Aragua, Isea
escapó de Venezuela en 2013. Fuentes al tanto del caso dicen que Isea dijo a los
investigadores que Walid Makled, un jefe narco que ahora se encuentra en la
cárcel, le pagaba al ex ministro del Interior, Tarek El Aissami, para enviar
cargamentos a través de Venezuela.
Casi un año después de abandonar el
país, Isea fue acusado de cometer irregularidades financieras durante sus días
como gobernador por la fiscal general del país, y por El Aissami, quién lo
sucedió como gobernador de Aragua.
“Hoy Rafael Isea, este bandido, traidor,
está refugiado en Washington y entregado al programa de testigos protegidos a
cambio de aportar información basura en contra de Venezuela”, anotó
recientemente El Aissami en la televisión venezolana.
Isea ha calificado las acusaciones de
falsas, motivadas políticamente y diseñadas para desacreditarlo.
Además de El Aissami, otros funcionarios
poderosos bajo investigación incluyen a Hugo Carvajal, un ex director de
inteligencia militar; Néstor Reverol, comandante general de la Guardia
Nacional; José David Cabello, el hermano de Diosdado Cabello, ministro de
Industrias y además superintendente nacional Aduanero y Tributario, y el
general Luis Motta Domínguez, un general de la Guardia Nacional a cargo de la
zona centro de Venezuela, de acuerdo con media docena de funcionarios y
personas al tanto de las investigaciones.
Llamadas y mensajes de correo
electrónico en busca de comentarios de varios ministerios gubernamentales, así
como de la oficina de la Presidencia de Venezuela no obtuvieron respuesta.
Algunos funcionarios han salido a las redes sociales para ridiculizar las
investigaciones estadounidenses. Una cuenta de Twitter TWTR +0.49% a nombre del general Motta Domínguez dijo a
principios de este año: “Ya saben el que quiera su green card y vivir en USA
para conocer Disney, DIS +0.03% escoja
su líder y acúselo de narco... DEA tours los atenderá jejeje!”.
Para desarrollar los casos, los
funcionarios de las agencias de seguridad estadounidenses trabajan con
exiliados venezolanos y otros para localizar y reclutar a venezolanos
insatisfechos.
“Nosotros sacamos a la gente de
Venezuela y nos reunimos con ellos en Panamá, Curaçao y Bogotá”, dijo un ex
agente de inteligencia que trabaja con autoridades de EE.UU. para reclutar e
interrogar a venezolanos que tienen evidencia de vínculos entre las autoridades
venezolanas y el narcotráfico.
Ex oficiales militares venezolanos y
otros en el exilio ayudan a ponerse en contacto con sus antiguos compañeros e
instarlos a desertar, dijo el reclutador. Si el desertor puede proporcionar
información útil, indicó el reclutador, es transportado por aire a EE.UU. y a
una nueva vida.
“¿Qué quiere Estados Unidos?”, preguntó
el reclutador, que ha lleva trabajando en casos venezolanos desde 2008.
“Estados Unidos quiere pruebas, evidencias de las relaciones entre los
políticos, militares y funcionarios con narcotraficantes y con grupos terroristas”.
Recientemente, en Capital Grille, un
lujoso restaurante de Washington, a unas cuadras del Congreso de EE.UU., un
operativo venezolano que trabaja con un organismo de seguridad pública de
EE.UU. contestó la llamada de un intermediario de un funcionario de alto nivel
en Caracas que buscaba intercambiar información por un trato favorable de parte
de EE.UU.
“Dile que lo veo en Panamá la semana que
viene”, dijo el operativo, interrumpiendo su almuerzo de ostras y bistec.
El mayor blanco es Diosdado Cabello, ex
teniente del ejército de 52 años que estableció un vínculo estrecho con Chávez
en la academia militar cuando ambos jugaban en el mismo equipo de béisbol.
Cuando Chávez lanzó un intento fallido de un golpe de Estado en 1992, Cabello
dirigió una columna de cuatro tanques que atacó el palacio presidencial en el
centro de Caracas.
Cabello ha sido ministro de Obras
Públicas —lo que también le dio control de aeropuertos y puertos— y además
ministro del Interior y vicepresidente. También fue presidente durante unas
horas en abril de 2002, cuando Chávez fue expulsado brevemente en un fallido
golpe de Estado.
Muchos analistas y políticos en
Venezuela dicen que creen que el poder de Cabello rivaliza con el de Maduro y
está fundamentado en su influencia entre los generales venezolanos.
Julio Rodríguez, un coronel retirado que
conoce a Cabello de sus días en la academia militar, indica que el presidente
de la Asamblea Nacional tiene lazos estrechos con 46 de los 96 tenientes
coroneles actualmente a cargo de batallones en Venezuela.
Bajo, fornido y de cuello corto y
grueso, Cabello, que a menudo porta un uniforme chavista estándar de camiseta
roja y chaqueta tricolor con el rojo, amarillo y azul de la bandera nacional,
es anfitrión del programa Con el mazo dando en la televisión estatal, en el que
usa grabaciones telefónicas de opositores para atacarlos y avergonzarlos.
Rodríguez dijo que cree que Cabello nunca hará ningún tipo de acuerdo con
EE.UU. “Diosdado es un kamikaze”, afirmó. “Nunca se rendirá”.
Investigadores estadounidenses han
construido trabajosamente casos contra funcionarios venezolanos utilizando la
información obtenida de casos delictivos en EE.UU. En Miami, dicen personas
familiarizadas con el asunto, un elemento clave en dichas investigaciones fue
un banda de contrabando de drogas manejada por el colombiano Roberto Méndez
Hurtado. Este narcotraficante habría ingresado cocaína en Venezuela a través
del estado occidental de Apure y, de acuerdo con personas familiarizadas con su
caso, se habría encontrado con altos funcionarios venezolanos. La cocaína era
trasladada por barco o avión a islas del Caribe antes de alcanzar las costas de
EE.UU.
Méndez Hurtado se declaró culpable en
una corte federal de Miami en 2014 y recibió una pena de prisión de 19 años.
Fuentes cercanas a la investigación dicen que él y sus cómplices no habrían
sido capaces de operar sin haberle pagado a una serie de altos oficiales
militares y funcionarios del gobierno venezolano.
“Es súper claro el involucramiento de
altos oficiales de la Guardia Nacional y del gobierno de Venezuela en el
narcotráfico”, dijo un ex oficial de inteligencia y lucha contra el
narcotráfico de la Guardia Nacional de Venezuela que huyó del país el año
pasado asustado por la abrumadora la corrupción que veía a diario.
“Todos se sienten presionados”, dijo.
“Las presiones llegan a que todos se rinden al narco”.
En otro caso judicial en Brooklyn, los
fiscales han conocido las complejidades del comercio de drogas en Venezuela
después de romper una red de contrabando de cocaína dirigido por Luis Frank
Tello, quien se declaró culpable, según documentos judiciales. La cocaína era
traída por la frontera con Colombia y enviada al norte con la ayuda de agentes
de la Guardia Nacional de Venezuela, a veces desde el aeropuerto de Maracaibo,
la segunda ciudad del país.
Las investigaciones estadounidenses de
funcionarios venezolanos han estado en curso durante años, aunque los
investigadores a veces se han visto frustrados por cuestiones políticas.
En 2008, el Departamento del Tesoro de
Estados Unidos puso a tres importantes asesores del entonces presidente Chávez
en una lista negra y congeló todos sus activos en EE.UU. Entre ellos se hallaba
Carvajal, conocido como “El Pollo”, entonces jefe de la inteligencia militar.
EE.UU. actuó después de que amplias pruebas surgieran a principios de ese año
de las computadoras de un comandante de la guerrilla colombiana muerto, en la
que, según los gobiernos de EE.UU. y Colombia, se describía el floreciente
comercio de cocaína por armas entre los rebeldes y generales y oficiales
venezolanos.
En 2010, la fiscalía de Manhattan hizo
pública una acusación contra Makled, el distribuidor de drogas venezolano
acusado de enviar toneladas de cocaína a EE.UU. a través de Puerto Cabello,
principal puerto marítimo del país, supuestamente controlado por Makled. Este,
que había sido capturado en Colombia, se jactaba de tener 40 generales venezolanos
en su nómina.
“Todos mis socios comerciales son
generales”, dijo entonces Makled en su correspondencia con uno de sus
asociados, a la que tuvo acceso The Wall Street Journal. “Te estoy diciendo
despachamos 300.000 kilos de coca. No podría haberlo hecho sin la parte
superior del gobierno”.
Agentes de la DEA entrevistaron a Makled
en una prisión colombiana mientras se preparaban para extraditarlo a Nueva
York. Pero en cambio, Colombia lo extraditó en 2011 a Venezuela, donde fue
condenado por tráfico de drogas. El pasado febrero fue condenado a 14 años y
seis meses de cárcel.
En julio pasado, funcionarios antidrogas
estadounidenses casi atrapan a Carvajal, quien había sido acusado en Miami y
Nueva York con cargos por narcotráfico y detenido en Aruba a instancias del
gobierno estadounidense. Pero las autoridades holandesas lo liberaron a
Venezuela con el argumento de que tenía inmunidad diplomática.
Tras la liberación de Carvajal, Maduro
elogió al antiguo jefe de inteligencia, a quien definió como un dedicado
luchador contra las drogas que batió récords mundiales capturando a capos del
narcotráfico.
EE.UU. también está recopilando
información de los banqueros y financistas que manejan el dinero de altos
funcionarios venezolanos. Desde el año pasado, dicen personas familiarizadas
con el asunto, el gobierno de EE.UU. ha revocado las visas de al menos 56
venezolanos, incluyendo banqueros y financistas cuyas identidades no se han
hecho públicas. Algunos han tratado de cooperar con los investigadores con el
fin de poder volver a ingresar a EE.UU.
“Ellos están sacudiendo a todos estos
corredores de dinero”, dijo un abogado que representa a dos financistas
venezolanos que han tenido sus visas revocadas. “La información está llegando
muy rápidamente”.
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