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martes, 21 de julio de 2015

Exigimos respeto a la voluntad popular... Desde Tachira SOCIO


Somos Ciudadanos Organizados (SOCIO)
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La historia del Táchira ha estado marcada, desde sus más remotos momentos por el aislamiento espacial.  Ese probablemente ha sido el principal aliciente para que sus moradores se destaquen en todos los ámbitos de lo socio-político. Desde la fundación de Santa Fe (1536-1538) como capital de la Provincia gubernativa del Nuevo Reino de Granada, los vecinos de nuestro paisaje andino han luchado por ser respetados. Estos espacios formaron parte de la Gobernación y Capitanía General de La Grita, de la Gobernación de Mérida y de la de Maracaibo,  sin perder su identidad ni su empeño por el avance agrícola y la actividad minera y comercial.  Los tres siglos del dominio monárquico español obligaron a sus emprendedores habitantes a buscar salidas a sus productos. Durante el siglo XIX, su lejanía con los centros de poder político mantuvo a estos lugares casi ausentes del acontecer bélico independentista y federalista. No es sino llegados los andinos al poder, (última década del siglo XIX y primera del XX) cuando desde el punto de vista político se da inicio a la participación efectiva de sus ciudadanos acostumbrados a las labores del campo y a las del comercio exterior. El intercambio con casas comerciales ubicadas en Europa y los Estados Unidos les abrió las puertas a la cultura y la ciencia del momento. El café, principal producto de exportación trajo a nuestra región además de riqueza, un especial orgullo y roce social que otros nunca vieron.  De allí que durante todo el siglo XX el Táchira ha sabido mantener su hidalguía muy en alto. Y difícilmente permite que se le irrespete a la ligera.

En este sentido, el pueblo de San Cristóbal se expresó en las elecciones primarias y hoy apela al respeto de su decisión. Si bien es cierto que la sociedad civil votó asumiendo que las reglas del juego estaban claras, no es menos cierto que ante una eventual inhabilitación del ganador, se están tomando decisiones posteriores que desvirtúan el espíritu democrático de las elecciones primarias. La mesa de la unidad democrática (MUD) es demócrata y hará valer y  respetar la masiva expresión del pueblo tachirense. Dichas elecciones fueron abiertas, plurales y nominales. Y así lo asumió tanto la MUD como los electores. La sociedad civil acudió a votar por tres personas, no por tres partidos. Dado que no hay tiempo para realizar una nueva elección primaria, lo razonable y democrático es tomar en cuenta al segundo más votado por el pueblo, respetando su voluntad.

La sociedad civil de la ciudad de San Cristóbal, se expresó mediante el método establecido. En consecuencia, tiene la gran expectativa que su voluntad sea respetada. Allí reside  la auténtica democracia. Llamarnos demócratas, sin serlo, no es ético.

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