PHILIP KOSLOSKI 15 de mayo de 2016
El 13
de mayo es el 99° aniversario de las apariciones marianas en Fátima, en
Portugal. Durante todo el siglo pasado, individuos de todas partes del mundo
han elaborado teorías para descifrar el mensaje oculto en los “tres secretos”
de Fátima, pero sor Lucía dijo que la interpretación pertenecía no al vidente,
sino a la Iglesia. Toca a la Iglesia interpretar los diversos signos y símbolos
de Nuestra Señora de Fátima para ofrecer a los fieles una guía clara en la
comprensión de lo que Dios quiere revelar.
La
Iglesia hizo exactamente esto en el 2000, cuando el entonces cardenal Joseph
Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribió un
largo comentario-interpretación a nivel teológico del famoso “tercer secreto”.
Al cardenal se le encargó que aclarara los signos y símbolos que se encontraban
en las visiones de la Virgen, e hizo algunos descubrimientos extraordinarios.
Aquí
cinco revelaciones sorprendentes que se desprenden del “tercer secreto” de
Nuestra Señora de Fátima tal y como lo interpretó el cardenal Ratzinger (ahora
papa emérito Benedicto XVI).
¡Penitencia,
penitencia, penitencia!
1. “La
palabra clave de este “secreto” es el triple grito: “¡Penitencia, Penitencia,
Penitencia!”. Nos vuelve a la mente el inicio del Evangelio: paenitemini et
credite evangelio (Mc 1, 15). Comprender los signos del tiempo significa:
comprender la urgencia de la penitencia – de la conversión – de la fe. Esta es
la respuesta correcta al momento histórico, que está caracterizado por grandes
peligros, los cuales serán delineados en las imágenes sucesivas”.
El
mensaje central de Nuestra Señora de Fátima era “Penitencia”. Ha querido
recordar al mundo la necesidad de alejarse del mal y de reparar los daños
provocados por nuestros pecados. Esta es la “clave” para comprender el resto
del “secreto”. Todo gira en torno a la necesidad de penitencia.
Nosotros
hemos forjado la espada de fuego
2. “El
ángel con la espada de fuego a la izquierda de la Madre de Dios recuerda
imágenes análogas del Apocalipsis. Este representa la amenaza del juicio, que
se cierne sobre el mundo. La perspectiva que el mundo podría ser carbonizado en
un mar de llamas, hoy no parece ya que sea una pura fantasía: el hombre mismo
ha preparado con sus inventos la espada de fuego. La visión muestra después la
fuerza que se contrapone al poder de la destrucción — el esplendor de la Madre
de Dios, y, procedente en cierto modo de ello, la llamada a la penitencia”.
Esta
parte de la aparición tiende a ser la más angustiosa. Parece que Dios puede
destruirnos a todos con una “espada de fuego”.
Pero
el cardenal Ratzinger, sin embargo, subraya que la “espada de fuego” sería algo
que creamos nosotros (como la bomba atómica) más que un fuego que desciende del
cielo. La buena noticia es que la visión afirma que la espada de fuego se
extingue al contacto con el esplendor de la Virgen, en conexión con la llamada
a la penitencia. La Virgen tiene la última palabra, y su esplendor puede
detener cualquier cataclisma.
El
futuro no está grabado en piedra
3. “Se
subraya la importancia de la libertad del hombre: el futuro no está de hecho
determinado de modo inmutable, y la imagen, que los niños vieron, no es un film
anticipado del futuro, del que nada podría ser cambiado. Toda la visión sucede
en realidad sólo para apelar a la libertad humana, para encaminarla en una
dirección positiva… El sentido de la visión … es… el de movilizar las fuerzas
del cambio al bien”.
Contrariamente
a la convicción popular, las intensas visiones ofrecidas por Nuestra Señora de
Fátima no son una previsión de lo que sucederá. Son una previsión de lo que
podría suceder si no respondemos al llamamiento a la penitencia y a la
conversión del corazón que la Virgen hace. Tenemos aún nuestro libre albedrío,
y se nos exhorta a usarlo por el bien de toda la humanidad.
La
sangre de los mártires es semilla de la Iglesia
4. “La
conclusión del ‘secreto’… es una visión consoladora, que quiere hacer permeable
al poder curador de Dios una historia de sangre y lágrimas. Los ángeles recogen
bajo los brazos de la cruz la sangre de los mártires y riegan así las almas,
que se acercan a Dios… Como por la muerte de Cristo, de su costado abierto,
nació la Iglesia, así la muerte de los testigos es fecunda para la vida de la
Iglesia. La visión de la tercera parte del ‘secreto’, tan angustiosa al
principio, se concluye con una imagen de esperanza: ningún sufrimiento es vano,
y precisamente una Iglesia sufriente, una Iglesia de mártires, se convierte en
signo indicador para la búsqueda de Dios por parte del hombre”
Es
verdad que la visión contiene mucho sufrimiento, pero no es en vano. La Iglesia
puede tener que sufrir mucho en los años venideros, y esto puede no ser una sorpresa.
La Iglesia ha vivido la persecución desde la crucifixión, y nuestro sufrimiento
en la época actual producirá efectos positivos solo en el futuro.
Tened
valor, yo he vencido al mundo
5. “‘Mi
Corazón Inmaculado triunfará’. ¿Qué significa? El Corazón abierto a Dios,
purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que
las armas de todo tipo … El maligno tiene poder en este mundo … tiene poder
porque nuestra libertad se deja continuamente separar de Dios. Pero… la
libertad para el mal no tiene la última palabra. Desde entonces vale la
palabra: ‘En el mundo tendréis tribulaciones, pero ánimo, yo he vencido al
mundo’ (Jn 16, 33). El mensaje de Fátima nos invita a confiar en esta promesa”
Para
concluir, el “secreto” de Fátima nos da esperanza en este mundo lacerado por el
odio, por el egoísmo y por la guerra. Satanás no triunfará, y sus planes
malvados serán obstaculizados por el Corazón Inmaculado de María. Podrá haber
sufrimiento en el futuro próximo, pero si nos agarramos a Jesús y a Su Madre
saldremos victoriosos.
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