Freddy Paz 21 de mayo de 2016
@freddyspaz
Históricamente
los movimientos revolucionarios de izquierda que llegaron al poder se han
caracterizado por un denominador común: El Totalitarismo. Todos estos proyectos
políticos se erigieron en torno a la figura de líderes mesiánicos que
aprovechando las circunstancias críticas del momento, enarbolaron las banderas
de la lucha de clases sociales y se enquistaron por años en el poder.
Estos
proyectos caducos y retardatarios se basan en la concentración del poder en muy
pocas manos, haciendo que todos los ciudadanos dependan cada vez más de papá
estado. Haciendo a todos cada vez más iguales en la pobreza y utilizando a la
“clase trabajadora” como maquinaria necesaria para hacer posible que una
pequeña élite mantenga a costa de su trabajo y sus sacrificios los privilegios
que otorga el manejo del poder.
No es
fácil someter a una población al hambre, a la desgracia, escasez, colas, altos
costos y a una violenta inseguridad. Donde el populismo y el totalitarismo
comienzan a jugar con las necesidades del pueblo: si te portas bien, te doy, si
no me apoyas te excluyo, si piensas distinto, te reprimo y persigo.
Ocurre
en Venezuela con un gobierno, que le cierra las puertas al progreso, un
aparataje burocrático inmanejable, donde la corrupción, el clientelismo, el nepotismo,
la especulación y los mercados negros tienen su mejor caldo de cultivo. A esto
se suma la práctica de imponer cada vez más, controles que limitan las
libertades económicas y de producción.
Es
entonces un gigantesco accidente histórico que esa trasnochada y fracasada
izquierda internacional desterrada prácticamente de la escena política mundial
haya florecido en nuestra Venezuela con sus perversas prácticas y siendo esta
nuestra patria el país con la principal reserva de petróleo del mundo, haya sido
utilizada como trampolín para importar arcaicos y descontinuados aires
comunistas al resto de la América del Sur, aires éstos, que en su momento
fueron rechazados con valentía y determinación por la vocación democrática del
pueblo de Simón Bolívar en los años 60 y 70.
Hoy
nos encontramos sumidos en una profunda crisis a todos los niveles, político,
económico, social y de valores que pareciera no tener final a la vista, porque
los que hoy nos gobiernan en su afán de mantenerse en el poder y no perder sus
privilegios tratan de cerrar las salidas democráticas consagradas en nuestra
constitución, para lograr el cambio de este modelo “socialista” que tiene
arruinado a los venezolanos.
@freddyspaz
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