Por Carlos Crespo
La llegada de Hugo Chávez al
poder marcó un antes y un después en la vida de Julio César Díaz. Luego de la
llegada de la revolución bolivariana este comerciante del 23 de Enero, de 64
años de edad, decidió inscribirse en Primero Justicia (PJ) para
impulsar una alternativa política en su parroquia. “Yo escuchaba el programa de
julio Borges por la radio y visité su oficina en varias oportunidades y lo pude
conocer. Yo quería participar y veía las marchas y me entusiasmé, me dije que
tenía que hacer algo por el futuro de mis hijos y mis nietos”, indicó.
Para Díaz lo que más afecta
la vida cotidiana de los ciudadanos en el 23 de Enero es el control de los
llamados “colectivos” que respaldan al Gobierno y que, de muchas manera, son la
autoridad de la zona. “La libertad de acción y expresión están muy limitadas
aquí. En muchas zonas la gente no da un paso sin el permiso de los colectivos”,
señaló.
El líder comunitario relató
que estos grupos incluso limitan el acceso a funcionarios de seguridad del
Estado, que no pueden entrar en el perímetro sin su permiso, limitan el acceso
a la prensa y hasta controlan el flujo de la comida en muchos casos. “La
mayoría de los comercios fueron tomados por colectivos que dicen cuando abren y
lo que tiene que vender”.
Inseguridad
Díaz también considera que
la presencia de estos grupos armados genera inseguridad en la zona. “A veces
hay conflictos de colectivos en la parroquia cuando quienes los dirigen tienes
sus rencillas personales por la zona y a veces hasta por asuntos de
distribución de drogas y esas cosas. Entonces se caen a plomo a cualquier
hora”.
Señaló que, al igual que en
otros lado de Caracas, se vive una gran escasez de comida pues no llegan
suficientes bolsas de comidas para todos los habitantes. También rechazó los
Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) creados por el Gobierno,
que tiene funciones de vigilancia sobre la comunidad. “Es como el regreso de
los Círculos Bolivarianos que perseguían a la gente. Tú eras un escuálido y
ellos te acusaban y venían en pandilla, a poner orden”, señaló.
A su juicio es necesario que
el Gobierno inicie un desarme de estas agrupaciones y retome el control de la
zona. “Estos grupos, que empezaron como grupos culturales, de talleres de danza
y canto, deberían volver a sus raíces. Hoy son un brazo armado del Gobierno,
una autodefensa que tienen acá. Hay altos funcionarios del Gobierno que los
respaldan, es necesario un cambio de Gobierno y de sistema para vivir mejor”,
señaló.
Pidió a los líderes de
la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD) que mantengan su lucha porque se
realice un referendo revocatorio pues, a su juicio, los sectores más humildes
son a los que más les urge que cambien las cosas en Venezuela. “La única forma
de darle la libertad que necesita el 23 de enero es cambiar a las autoridades.
Las leyes no se cumplen”.
Foto: Cristian Hernández
23-05-16
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