Por Félix Seijas Rodríguez
Si hay algo que en la
actualidad une a los venezolanos es el sentimiento de que las cosas en el país
marchan verdaderamente mal. Así lo indican los estudios de opinión en los que
90% de los electores consultados reconoce la crisis de manera abierta. Si bien
esta cifra es de proporciones astronómicas, siempre habrá quien se pregunte en
qué planeta vive el otro 10%. Por supuesto que ellos viven en la misma
Venezuela que todos. El asunto es que hay respuestas que no pueden ser
interpretadas textualmente, sino como reflejo de posiciones extremas en el tema
político: ese 10% sabe que las cosas están difíciles, pero no lo dirá ni a sus
vecinos.
Ahora bien, el hecho de que
90% sí lo diga no implica que todos ellos quieran que Maduro deje la
Presidencia o que hayan perdido por completo la confianza en él. Si comenzamos
a hurgar en ese 90%, lo primero que encontramos es un bloque de tamaño 10% que
dice confiar en el primer mandatario, lo que sumado al 10% que habíamos
advertido que niega que las cosas estén yendo mal, nos enseña que 20% de la
población electoral afirma confiar en la gestión del presidente. Estas personas
son chavistas que se aferran al legado del comandante fallecido. Para ellos, la
salida del presidente puede representar la salida del chavismo del poder, y con
esto el final de los sueños que les ha vendido la revolución.
Si consultamos ahora cuántos
piensan que Maduro debe ser removido de la magistratura antes de cumplido su
período constitucional, encontramos que la cifra se ubica en 65%; es decir, 35%
piensa que el presidente debe continuar en el cargo al menos hasta las
elecciones de 2018. De manera general podemos afirmar que al 20% que confía en
la gestión del presidente se le ha unido 15% de electores. Estas personas que
se incorporan son mayoritariamente chavistas -y algunos neutrales- que
consideran que Maduro debe dejar el poder, pero que esto debe suceder a través
de elecciones presidenciales en los tiempos estipulados por la Constitución.
Para la mayoría de ellos un desenlace anticipado es sinónimo de situaciones de
conflicto que prefieren no transitar. Algunos -los chavistas- creen que bajo
tales circunstancias el chavismo perdería cualquier posibilidad de permanecer
en el poder, cosa que aún no están dispuestos a arriesgar.
Por último, fijemos la
atención en ese 65% que considera que Maduro debe salir de la Presidencia antes
de 2019. En ese grupo también existen diferentes actitudes con respecto a
diversos aspectos. De hecho, ese porcentaje lo podemos dividir en un 40% que
quisiera que, ante la salida de Maduro de la Presidencia, la oposición
representada en la MUD quedara en el poder, y 25% que preferiría que una
tercera opción, que aún no visualiza, tomara el control del país. Sin embargo,
mientras no se materialice el deseo de contar con una alternativa atractiva al
PSUV y a la MUD, la mayoría de esas personas apoyaría a la coalición opositora
en un proceso electoral, lo que se traduce en una fuerza de aproximadamente 60%
para la MUD. Tal cifra constituye alrededor de 12 millones de votantes y
simboliza el tope que en los actuales momentos podría alcanzar la opción de
revocar el mandato de Maduro en un eventual referendo. Por supuesto que esto no
define el total de votos que se obtendrían en una elección, sino que, como
dijimos antes, se refiere al máximo al que podrían aspirar los factores de la
oposición. De allí hay que descontar la abstención y todos los mordiscos que el
Gobierno pudiese dar a tal cifra a través de acciones intimidatorias u otras
artimañas. Eso sí, para que el presidente Maduro logre salvar el pellejo en una
consulta popular tendrá que dar muchos mordiscos, cosa que solo luce posible si
se realizase en 2017.
09-06-16
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