Por Christian Burgazzi
Como estos consejos no son
solicitados, van gratis y sin compromiso.
En la presente situación tú
eres el que tienes más que perder. Si no haces algo y pronto, terminarás siendo
el “paga peo”, como el más pendejo de la banda de secuestradores en la que
estás metido. El detalle es que no te has dado cuenta que el principal
secuestrado eres tú. Además de tener al país como rehén, el capo de los
secuestradores (sí, el mismo que estás pensando) te tiene a ti como principal
pieza de intercambio, negociable, si a él le ofrecen inmunidad y el disfrute de
“sus bienes”. Condiciones inaceptables, no sólo por las fuerzas democráticas
locales, sino por aquellos que en el norte le tienen la mira puesta (sí, los
mismo que tiene “secuestrados” a tus sobrinos en NY, NY). Recuerda que allá los
poderes son de verdad independientes.
Date cuenta que el único que
realmente tiene algo con que negociar su salvación, eres tú. Antes de mostrarte
una vía segura de escape, te quiero recordar un par de cuentos, que no son
cuentos, son historia (como diría Inés Quintero), referidos a tu “querido papá”
(siendo hoy el día del padre).
Cuando el golpe del 4F tu
difunto “padre” falló en su misión y fue el primero en rendirse, a pesar de que
sus compañeros de aventura habían logrado tomar diversos de sus objetivos. Por
eso varios lo llamaron traidor. Luego, en los eventos de Abril 2002 ocurrió
algo similar, tu “querido papá” aceptó firmar su renuncia bajo algunas
condiciones que lo ponían a salvo a él y a nadie más de su entorno político. De
hecho el actual capo secuestrador huyó despavorido a esconderse. De nuevo el
tufo de traidor se hizo presente. Pero como le entregaron el poder, nadie se
atrevió a calificarlo abiertamente.
¿Qué tienen en común estos
hechos? El difunto pensó en salvar su pellejo antes que en inmolarse por sus
camaradas. ¿Entiendes la moraleja? ¿O te la explico mejor?
Ahora a continuación te
indico tu salida de emergencia. Tú tienes en la mano la llave para salvarte, la
carta bajo la manga: la Presidencia “heredada”. Hereda también su forma de
escape. Esa llave no solo te puede salvar a ti (y a Cilia, si realmente
insistes), sino a tu partido (o lo que quede) y a Venezuela.
Supongamos que te tomas uno
de tus acostumbrados viajecitos relámpago, digamos que aprovechando el puente
del fin de semana que viene (puedes hacerlo desde el miércoles 22, como
empleado público que eres estás libre desde ese día). Además el jueves 23 se
reúne la OEA y es parte clave de este intercambio.
Pongamos que te vas a
disfrutar de la playa de Varadero en Cuba (no digo que te merezcas un descanso)
y que de repente te enamoras de esa belleza y te provoca quedarte. Le avisas a
Raúl, quien ahora tiene vara alta con el negro, y le pides que te consiga una
casita (y una cuenta bancaria protegida), ya que te vas a tomar una larga
estadía sabática en la isla de la felicidad.
Puedes además negociar que
no nos apliquen la Carta Democrática, mientras estés ausente.
También podrías dejar a un
Vicepresidente de tu confianza (no se te ocurra el que te conté), encargado de
convocar elecciones presidenciales, no en 30 días sino en 15 días, para
descontrolar a la MUD. ¿Cómo así? Pues no les darías tiempo de realizar unas
primarias, aparecería una decena de candidatos opositores y el que gane tendría
que enfrentar el enorme costo del reajuste del país. De paso, esto le evitaría
a tu partido la aparatosa, quizás fatal, paliza del referéndum. Y tu te
salvarías de ser el primer presidente Revocado de la historia nacional.
Piénsalo, nadie más en tu
banda de secuestradores tiene elementos valiosos que poner como intercambio
sobre una mesa de negociación y a nadie más le aceptarían condiciones de
impunidad. Solo tú tienes la pieza clave. Tus camaradas no dudarían en entregarte
si a cambio pudieran lograr lo que quieren. Tú puedes hacerlo. Acuérdate como
lo hizo tu papá político.
Eso si, vete de viaje sin
maletas, sin decirle a nadie y como lo has hecho otras veces, entre gallos y
medianoche.
Y amanece libre.
De nada.
Saludos
P.S.
Si Raúl no te quiere, habla
con el hijo de Putin.
No creo que los chinos
arriesguen sus reales de la deuda por ti.
En última instancia, te
queda tu fraterno colega de Corea del Norte, aunque sea un largo viaje.
20-06-16
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