Luis Ochoa Terán 20 de junio de 2016
No
creo que nadie en este país ni en la Comunidad Internacional pueda olvidar la
tintínela de Chávez y después de Maduro, con su shakesperiano histrionismo
sacando el famoso librito azul de la Constitución para enrostrárnoslo a los
venezolanos y al mundo entero, de que la revolución bolivariana había alumbrado
la mejor Constitución del mundo. Ahora en tiempos de crisis y después de 17
años el bendito librito azul se ha convertido para Maduro, la cúpula militar y
el PSUV en una molestia, un tropezón y un obstáculo para su obsesión de poder,
no obstante, lo que más les horroriza de ese librito, es que se les ha
convertido en el patíbulo de la revolución bolivariana y el Referéndum
Revocatorio, en su verdadero verdugo.
Curiosamente,
en estos momentos Maduro se ha olvidado de la Constitución y reniega del
Revocatorio y lo acusa, junto a la oposición, de ser desestabilizador e
imperialista. En contra partida, gasta millonarios recursos en lobby político
para que el Secretario de Estado del imperio los reciba para después
vanagloriarse de la exitosa reunión, olvidándoseles así que días atrás, la
pequeña Delcy Rodríguez acusaba a Kerry de “insolente” por mostrar preocupación
por la situación de Venezuela y por pedir la libertad de los presos políticos.
No obstante, en esta oportunidad en la OEA fue curiosamente moderada al
referirse a Kerry y casi amistosa a los planteamientos que el Secretario de
Estado por primera vez expresaba abiertamente “de que se permita el Referéndum
Revocatorio a tiempo” reafirmando “que el gobierno debe permitir a los
venezolanos el derecho de utilizar los mecanismos constitucionales para manifestar
su voluntad de manera pacífica y democrática”. ¡Hay que ver lo que honra a un
revolucionario un estrechón de manos con el Jefe de la diplomacia del imperio!.
Esta
46 Asamblea General de la OEA ha sido aleccionadora no solo para el gobierno de
Maduro al que le han remachado la necesidad del diálogo enmarcado en la
Constitución como ha sido el constante llamado de toda la Comunidad
Internacional sino que le han exigido cumplir con la Constitución para
referirse al Referéndum Revocatorio, así como al respeto a la autonomía de los
poderes; pero además, le enseñaron a los radicales opositores venezolanos las
precisiones de los términos, los vericuetos de la diplomacia y las relaciones
internacionales cuando Karry señaló con precisión la terminología y conceptos
que algunos políticos venezolanos no han terminado de entender, al referirse
pedagógicamente no a la Aplicación de la Carta Democrática sino “a la
invocación del artículo 20 de la Carta Democrática solicitada por Almagro que
dará lugar a un muy necesario debate sobre Venezuela”. Con esto el Secretario
de Estado ya adelantaba la resultante de la Asamblea General, la cual sería, la
de continuar exhortando al gobierno y a la oposición a un diálogo enmarcado en
la Constitución, es decir, la realización de un Referéndum Revocatorio oportuno
y en el 2016, al que el Gobierno y sus acólitos CNE y TSJ arrodillados y
ahogados, lo intentan evitar acrecentando la desesperación y la crisis social
venezolana de la cual serán responsables por la tragedia que se avecina.
El
fracaso de la política exterior de Maduro ha sido el de no poderse zafar de la
Constitución, del diálogo ni del Referéndum Revocatorio que la Comunidad
Internacional le exige expresamente cumplir. Solicitud ésta que se repetirá en
la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA convocado por el
gobierno de Maduro para el 21 próximo y que Almagro inteligentemente ha
expresado irónicamente que ojala aporte un valor agregado al Consejo Permanente
de la OEA del 23 de junio, en donde se tratara la crisis Venezolana y que “los
presidentes brinden información nueva a cerca del progreso que han hecho” a
sabiendas que los diálogos “están en un alto”.
El
futuro del dialogó ahora dependerá más que del gobierno y la oposición de la
habilidad como los/o el ex-presidentes exponga en la OEA el desarrollo del
primeros pasos y como ellos vislumbran la posterior fase de una mediación
equilibrada con un cronograma que garantice el Referendo Revocatorio este año,
así como los mecanismos para la resolución de la grave crisis de
desabastecimiento alimentario y medicinal a plazo inmediato, garantizando que
den los tiempos para llegar a la solución política y constitucional electoral
del Revocatorio, lo demás, llegara por sí solo.
No
existe precedente en la OEA en donde hayan asistido personalidades por
relevantes que sean éstas para intervenir en el Consejo Permanente ni
representantes de otros poderes de los estados miembros, porque la OEA, no es
un organismo internacional de defensa de los pueblos y estados de la región
sino es un organismo de defensa de los gobierno. En este caso, lo justo y
equitativo, como expresamente son las normas internacionales, es que al darle
oportunidad de exponer a los ex-presidentes por solicitud del gobierno
venezolano, igualmente se le otorgarle esa misma oportunidad al Presidente de
la Asamblea Nacional de Venezuela solicitada por Almagro, porque de lo
contrario los gobiernos y la OEA demostraran sesgo político.
La
Carta Democrática ha sido diseñada para defender a los gobiernos, precisamente
para evitar que se derroque o se le dé un golpe de estado en cualquiera de sus
modalidades, como en los caso de Hondura, Ecuador, Paraguay o el propio Brasil,
sin entrar a discutir lo acertado o no del papel de la OEA y los gobierno de la
región en cada uno de estos casos, que es otro tema. El caso particularísimo de
la crisis política venezolana y en la que la oposición busca una solución en la
OEA no está inscrita en la Carta Democrática, pues ésta, no está diseñada para
sancionar los autogolpes y menos la ruptura por parte del gobierno del orden
constitucional y la democracia. De haber sido así, desde hace años se hubiera
aplicado la Carta Democrática a Venezuela y a su revolución bolivariana.
No
cabe la menor duda, que la exposición del Secretario General, Luis Almagro, en
el Consejo Permanente de la OEA del 23 de los corrientes, sobre la crisis
política, institucional, económica y social de Venezuela será impecable, no
solo por principista y conceptual políticamente sino porque desnudará la
autocracia venezolana y no le cabrá la menor duda a la Comunidad Internacional
de que en Venezuela no solo hay un déficit democrático sino quedará al
descubierto la dictadura cívico-militar del gobierno de Maduro y el PSUV. No
obstante, después de un duro, difícil e intrincado debate se reiterará lo que
hasta ahora ha señalado la Comunidad Internacional, exhortarán al gobierno y a
la oposición al diálogo enmarcado en la constitución, con lo cual, seguiremos
en el status quo. Si tenemos suerte y se mueven algunas fibras principistas y
democráticas de los gobiernos de la región, lo cual dudo mucho porque en estos
casos privan los intereses de los estados a los principios, se mencionará
expresamente lo de la realización del Referéndum Revocatorio oportuno, es
decir, en el 2016, con lo cual, la oposición habrá dado un paso más en la
consecución y retorno “oportuno” de la democracia en nuestro país.
El
gran triunfador de esta jornada internacional, de todas todas, será de Almagro
y la oposición por haber logrado que en la OEA por lo menos se tocara el tema
de la crisis venezolana y se desnudara al régimen al cual el organismo se había
negado, a extremos, que ni siquiera el gobierno de Colombia logró el año
pasado, durante la crisis humanitaria generada por el gobierno de Maduro y su
estado de excepción en la frontera con Colombia, se tocara el tema de
Venezuela.
Luis
Ochoa Terán
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