Por Elisa Silva
Introducción a una nueva
cartografía
Sobre cómo hacer legible lo ilegible
Enlace Arquitectura y Grupo
SSA recientemente publicaron un libro titulado CABA Cartografía de los
barrios de Caracas 1966-2014 que mapea todos los asentamientos informales
de Caracas y traza su crecimiento histórico sobre un periodo de 48 años.[1] La
data fue producida a partir de cuatro mapas claves de 1966, 1984, 2000 y 2014 y
se enfoca en cada una de las 18 grandes aglomeraciones de asentamientos
informales llamados Unidad de Planificación Física (UPF) y 50 barrios más
pequeños llamados Unidad Aislada (UA) a través de mapas, tablas, gráficos,
diagramas y textos [2]. Se
registran los patrones de crecimiento, la huella de ocupación, población y
densidad, así como la relación espacial entre los barrios y las zonas
planificadas de la ciudad. Además de los mapas, ensayos complementarios
documentan las implicaciones históricas existentes y ausentes en la cartografía
de los asentamientos informales en Caracas.
Fig. 1: Mapa de la UPF 5
Catia Oesto 1996.
♦
Fig. 2: Mapa de la UPF 5
Catia Oeste, 2014. 1966 índigo, 1984 aguamarina, 2000 azul y 2014 ocre. El rojo
muestra áreas con estructuras depreciadas. /
Los hallazgos revelan que
actualmente la mitad de la población capitalina vive en asentamientos
informales, aunque en términos de territorio representan una cuarta parte de la
huella urbana. El proceso de urbanización en los barrios ha sido dos veces
mayor a la de los segmentos formales; entre 1966 y 2014 se cuadriplicó el áreas
de los barrios de 13,5 km2 a 43,3 km3, mientras que en las áreas urbanas
formales solo se duplicó de 63,7 km2 a 135,7 km2. En términos de vivienda las
densidades son 3 y 4 veces mayor a la densidad de las áreas planificadas y a la
densidad recomendada por UN Habitat para ciudades
compactas. Más de la mitad de los barrios superan 400 habitantes por hectárea,
y muchos superan 600. Finalmente, la diferencia en la ocupación del suelo por
la vivienda es también mucho mayor. En las áreas planificadas, requerimientos
de áreas verdes, espacio público, calles y retiros implican que el suelo
disponible para vivienda es máximo 17%. En cambio en los barrios, la vivienda
alcanza ocupar el 60%, dejando escaso espacio para todo lo demás. Como
consecuencia el acceso al transporte publico, vialidad, aseo urbano, servicios
y equipamientos es comprometido al igual que a las oportunidades para la
recreación y el empleo.
Las razones detrás de esta
situación han existido durante gran parte de la historia moderna del país.
Venezuela es una de las naciones más urbanizadas del
mundo con 89%
de su población viviendo en ciudades.[3] La
explotación del petróleo, que arrancó de lleno en 1920, cambió por completo la
estructura económica del país. Pasó de una producción agrícola marginalmente
productiva a un modelo orientado hacia el consumo, financiado por la economía
del petróleo. El crecimiento de empleo en la ciudad motivó una fuerte migración
urbana. Ya en 1950, más del 50% de la población venezolana vivía en ciudades,
medio siglo antes de que el mundo alcanzara la misma marca.[4]
Mucho se puede aprender a
partir de los sucesivos patrones urbanos, especialmente en Caracas que creció
de 136.000 personas en 1935 a 3 millones en el 2016, 22 veces en 81 años. Los
mapas de CABA revelan como la ciudad progresivamente absorbió esta población en
una combinación de desarrollos planificados y espontáneos.
Fig. 3: Mapa de todos los
asentamientos espontáneos de Caracas diferenciados por año de registro
1966,1984, 2000 y 2014. CABA Cartografía de los barrios de Caracas 1966-2014.
1966 índigo, 1984 aguamarina, 2000 marrón y 2014 ocre.
Sinergias entre dos modelos
1966-1983
Sobre los nuevos barrios que crecieron entorno
Sobre los nuevos barrios que crecieron entorno
a los proyectos de vivienda social del Banco Obrero
Los mapas muestran que 13 de
las 18 aglomeraciones de barrios o UPF y 40 de los 50 UAs o barrios pequeños
aislados, ya existían hace medio siglo, y en 1983 se registran todas las UPF
actuales y todas las UA, menos una. Su disposición sobre el territorio revela
un patrón mixto. Algunas de las aglomeraciones más extensas se formaron en
terrenos no desarrollados al norte del centro histórico, mientras que otros
emergieron en la periferia este, sur y oeste de la ciudad, estrechamente
asociados con proyectos de vivienda social construidos por el Estado. Los
barrios más pequeños surgen como ocupaciones de los márgenes de quebradas o
propiedades en desuso al interior de la ciudad planificada. Como consecuencia,
los tejidos urbanos informales están entrelazados con los formales, haciendo de
Caracas un caso único entre las ciudades de América Latina donde típicamente
coexisten de forma segregada.
¿Como entender este fenómeno
urbano? La migración del campo a la ciudad comenzó a sentirse desde la década
de los veinte. El Estado respondió con programas de vivienda social a
finales de la década a través del Banco Obrero, gracias a la capacidad
financiera que le permitía la producción de petróleo. Comenzaron con modestas
aproximaciones en base a estructuras de tres y cuatro pisos. Sin embargo, los
migrantes no atendidos construyeron sus propias casas en terrenos ociosos
cercanos a los servicios de la ciudad que comenzaron a ser visibles
aglomeraciones urbanas durante los años cincuenta.
Fig.4: Unidad de Vivienda
Cerro Grande, El Valle. Banco Obrero, Arquitecto Guido Bermúdez, 1954. /
Fue entonces que el gobierno
adoptó una estrategia más intensa con el “Plan Cerro Piloto” basado en la
construcción de super-bloques. El primer ejemplo fue diseñado por el arquitecto
Guido Bermúdez en El Valle, hacia el sur de Caracas, con una estructura de 14
pisos, construido en el año 1954 y modelado según los lineamientos de L´Unite
de Le Corbusier. Seguidamente, y ya con una clara política de erradicación de
los barrios, entre 1955 y 1957, Carlos Raúl Villanueva y el Taller Banco Obrero
diseñaron y construyeron el complejo de vivienda 23 de Enero (originalmente 2
de Diciembre) entre 1955 y 1957, para el cual se demolieron hogares informales
existentes y en su lugar se crearon 12 edificios de 15 piso con 150 apartamentos
cada uno y 26 bloques de 4 pisos que sumaron 2.366 apartamentos a la oferta de
vivienda.
A pesar de ello, nuevos
asentamientos informales continuaron creciendo puesto a que la rata de
migración urbana superó la producción de vivienda asequible del sector privado
y público combinado. Lo paradójico es que crecieron entorno a estas nuevas
estructuras.
Fig. 5. Vista aérea de la
Unidad de Vivienda Cerro Grande, El Valle, 2015. /
La inversión en servicios,
carreteras, abastecimiento de agua y alcantarillado requerido en terrenos
previamente sin desarrollar sobre los bordes de la ciudad, creó el efecto
involuntario de propiciar la formación de viviendas informales en esos lugares.
Por ejemplo, El Valle fue testigo de la formación de 17,500 hogares
autoconstruidos en 1966 y más de 27,000 en el 2014. En el caso del 23 de Enero,
fueron 14.000 en 1966 y casi 80,000 en el 2014. Y es así que emerge un tejido
urbano híbrido con áreas planificadas y espontáneas anexas.
Dispersión 1983-2000
Sobre el crecimiento de las ciudades satélites
Sobre el crecimiento de las ciudades satélites
Los mapeos de CABA revelan
que entre 1983 y 2000 [5] el
territorio urbano espontáneo creció relativamente poco en comparación con
previos periodos. Esto no refleja una menor migración urbana o menor
crecimiento de la población, sino que es consecuencia de las inversiones
inmobiliarias que se realizaron en las ciudades satélites entorno a Caracas. El
gobierno central dedicó importantes recursos a construir nuevos desarrollos de
vivienda en Guarenas y Guatire hacia el este, Altos Mirandinos y Valles del Tuy
hacia el Sur y en Vargas sobre el litoral norte, como se puede ver en la Figura
6 de 2014 que muestra la extensión del Área Metropolitana de Caracas.
Fig. 6. Mapa del Caracas y
ciudades satélites Guarenas, Guatire, Altos Mirandinos, Valles del Tuy y
Vargas. En azul las zonas espontáneas. /
Esfuerzos en la producción
de vivienda del Banco Obrero, que luego pasó a ser el Instituto Nacional de la
Vivienda (INAVI) en 1975, y Fondo Nacional de Desarrollo Urbano (FONDUR) cuyo
propósito fue adquirir nuevos terrenos para la expansión urbana, facilitaron la
construcción de un millón de nuevas viviendas a nivel nacional, de las cuales
una porción significativa se construyeron en las ciudades satélite de Caracas.
Al igual que antes, la inversión en infraestructura para estos nuevos
desarrollos formales facilitó la formación de asentamientos informales en su
entorno y entre ambos aliviaron la presión inmobiliaria en la capital y
redujeron la expansión de barrios existentes.
Reconocimiento e intentos de
integración 2000-2014
Sobre el Plan Piloto de Habilitación Física de Barrios
y las mejoras a los barrios de Caracas
Sobre el Plan Piloto de Habilitación Física de Barrios
y las mejoras a los barrios de Caracas
Entre el 2000 y el 2014, [6] la tendencia de desaceleración del crecimiento en el tejido espontáneo de Caracas continua. 20.000 nuevas estructuras aparecieron, en comparación con 40.000 del periodo previo. Los barrios que aún siguen creciendo en área son los mas periféricos: Antímano y Catia Oeste hacia el oeste, Petare Sur hacia el este y La Vega, Valle Coche, Macarao y Caricuao hacia el sur. En cuanto a la población, proyecciones realizadas a partir de mapas y censos [7]registran que un 47% de la población urbana vive en barrios, sin embargo es probable que el número sea aún mayor dado que los mapas no detectan el crecimiento vertical como el que vemos en el barrio Las Minas con casas de hasta 6 y 7 pisos.
Fig. 7. Imagen aérea de la
UPF 5 Catia Oeste. /
♦
Fig. 8. Imagen aérea de la
UPF 10 La Vega. /
Ante esta realidad,
esfuerzos para mejorar las condiciones de vivienda en barrios se convierten en
un imperativo político y social. Entre 1996 y 2000 Caracas finalmente fue
testigo de un intenso período de rehabilitación de barrios canalizados a través
del gobierno con el “Plan Piloto de Habilitación Física de Barrios”. Entre
otras cosas, el plan estableció una definición legal y física para los
asentamientos espontáneos que es el que utilizamos actualmente: las UPF y UAs.
Desafortunadamente, el programa fue desincorporado poco después del deslave de
Vargas en diciembre de 1999, pero permitió que el estado del arte sobre la
rehabilitación de barrios en el país avanzara significativamente.
Desde entonces ha habido
poco progreso en temas de mejoramiento de barrios. Recientes programas bajo la
administración de Chávez como Barrio Adentro, Barrio Nuevo Barrio Tricolor y
Espacios de Paz, que se enfocan respectivamente en salud, mejoramiento de
fachadas y espacio público, no han sido implementados de forma homogénea o continua.
Barrio Nuevo Barrio Tricolor emprendió un nuevo proyecto hace poco enfocado en
la gestión de riesgo a través de la estabilización de taludes y la canalización
de torrenteras, pero es demasiado reciente para evaluar su efectividad. Por
otro lado, gobiernos municipales como el de Sucre han creado nuevos espacios
públicos, canchas de juego y mercados dentro de los barrios. Intervenciones
comunitarias más discreteas también han hecho su contribución. A pesar de ello,
el número y tamaño de estos proyectos de mejoramiento solo representa un
pequeño porcentaje del requerido.
El otro componente de esta
ecuación, el continuo déficit de vivienda, por contrario si ha recibido mucha
atención. Durante los últimos 4 años, el gobierno se ha enfocado en construir
nuevos bloques residenciales a través del programa Gran Misión Vivienda
que adopta una estrategia de relleno de vacíos en la ciudad donde ya
existe el acceso al transporte público y otras amenidades urbanas. Sin embargo,
el programa ha recibido fuertes críticas por no haber sido adecuadamente
formulado junto con mejoras en los servicios, nuevos espacios públicos,
equipamientos urbanos y acompañamiento social. Adicionalmente, moradores
reprochan la mala calidad de la construcción y deficientes servicios. Y lo peor
del caso es que a pesar de la bonanza económica de un petróleo a $100 el
barril, que facilitó la construcción de 55.000 nuevas viviendas de la GMV en
Caracas, el modelo no alcanza responder a las necesidades
habitacionales de la población caraqueña que según estimaciones supera 577.000
viviendas.
Conclusiones
El mapeo es un proyecto
en proceso de construcción
El mapeo es un proyecto
en proceso de construcción
Los mapas tienen propósito.
Como afirma James Corner: “el mapeo nunca es neutral, pasivo o sin
consecuencia, por el contrario; el mapeo quizás es el acto más formativo y
creativo de cualquier proceso de diseño, primero al revelar y luego propiciar
las condiciones para que emerjan nuevas realidades.” En ese sentido, los mapas
de CABA pueden activar dos aspectos de cambio en la cultura urbana caraqueña.
Primero, la cartografía de los barrios actualizada, ausente en los mapas
históricos, es una herramienta para que además de los habitantes de los
asentamientos espontáneos, todos los ciudadanos podamos ubicar las casas de
nuestros pares sobre el mapa y afirmar un derecho común a ser reconocidos e
integrados en la ciudad. Segundo, los mapas registran la magnitud y
persistencia de una demanda de vivienda no satisfecha, que se materializa en la
continua producción de asentamientos espontáneos y que clama ser atendida.
Las condiciones físicas de
los barrios no son sustentables y tienen profundas implicaciones en la
inequidad urbana que motiva el descontento social, una productividad minimizada
y el empeoramiento de la calidad de vida no solo para los habitantes de los
barrios sino para todos los ciudadanos. Al hacer la extensión de estos
territorios visibles, un sentido de urgencia por su mejoramiento se instala al
igual que la búsqueda de soluciones factibles que puedan satisfacer la demanda
de vivienda. Las acciones dirigidas hacia atender estos temas tienen implicaciones
territoriales que están registrados de forma explícita en los mapas de CABA. Es
decir, los mapas ponen en evidencia el camino para orientar una ruta de
actuación apropiadamente escalada. Corner lo resume así: “Al describir y
visualizar hechos escondidos, los mapas preparan el escenario para trabajos
futuros. El mapeo ya es un proyecto en proceso de construcción”.[8]
♦♦♦
Notas:
[1]Créditos
de libro: Proyecto y patrocinio: Máximo Sacchini, Grupo SSA / Investigación:
Enlace Arquitectura. Principales: Elisa Silva, Valentina Caradonna, Odette
Galavia / Colaboradores: Roselys Acosta, Francisco Aguilar, Jeniree Calderón,
Ray Coello, Sergio Dos Santos, Alberto Tovar / Autores de textos: Henry Vicente
Garrido, Lorenzo González Casas, Orlando Marín, Liliana Amundaraín, Elisa
Silva, Valentina Caradonna / Fotografías aéreas: Aérea Estudio / Cartografía:
Tranarg Consultores C.A. / Editorial: Fundación Espacio / Impresión: Intenso
Offset – Grupo Intenso / Fecha publicación: 2015
[2] Las
Unidades de Planificación Física UPF y las Unidades Aisladas fueron definidas
por el Plan Piloto de Habilitación Física de Barrios, establecido por el
CONAVI en 1999, como una herramienta de nomenclatura y definición del
territorio que permitiera la sistematización de información y la elaboración de
estudios y proyectos para cada sector.
[3] El
mundo alcanzó una población urbana de 50% en el año 2007. “The Economist. Mayo
2007. “The World goes to Town”.
[4] CABA
Cartografía de los barrios de Caracas 1966-2014 muestra que en 50 años los
barrios se cuadriplicaron, mientras que las áreas formales crecieron por un
factor de 2.
[5] En
el año 2000 un nuevo mapa de la ciudad documentó los cambios físicos producidos
por la tragedia de Vargas en 1999 que registra digitalmente las áreas formales
e informales con precisión.
[6] Las
imágenes de Google Earth del 2014 fueron utilizadas para actualizar el mapa del
2000.
[7] Solo
se tiene una población por cada UPF en 1990 que forma parte de la documentación
delPlan de Habilitación Física de Barrios. A través del crecimiento en el
número de estructuras y el promedio de habitantes por estructura se hace una
proyección de la población en el año 2000 y 2014.
[8] Corner,
James. “The Agency of Mapping.” En Mapping. P. 250
17-06-16
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