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sábado, 2 de julio de 2016

Presunción de diálogo para no hablar de inflación y RR 2016, @jesusalexisgon



Por Jesús Alexis González, 27/06/2016

Las condiciones de pobreza y de alto costo de la vida (salario insuficiente para cubrir las necesidades básicas) para el caso venezolano, fue generada por el propio gobierno cuando facilitó que se desatara una  inflación (sin posteriores planes para controlarla) que ha venido sistemáticamente “sustrayendo” una parte importante del ingreso de los trabajadores (impidiendo la movilidad social) y de otros entes económicos; a la luz de propiciar un socialismo con la intención de traspasar (por cualquier vía) los medios de producción desde la propiedad privada a una propiedad estatal caracterizada por una profunda intervención del gobierno en la economía, en un contexto de planificación centralizada y populista. En ese escenario inflacionario, y dado que obviamente los precios suben hasta ubicarse “muy alto” (haciendo bajos los salarios), el culpable de la situación provocada (el gobierno) ante  la instrumentación de una errada política económica, “prohíbe” que dichos precios continúen subiendo (¿?) controlándolos, regulándolos  y congelándolos con el efecto perverso de hacer desaparecer la ganancia y por ende desestimulando el deseo de invertir (a finales del 2015 las empresas estaban trabajando en promedio a un 44% de su capacidad instalada) que a la postre se traduce en una reducción en el número de empresas operando y en consecuencia en una disminución de la oferta (desabastecimiento)  como preámbulo al caos económico en un ambiente de escasez, que impulsa la aparición de mercados ilegales como es el caso del “bachaqueo”; al tiempo que el “Estado planificador” (negador de la libertad) procede a fijar salarios mínimos aunado a una inamovilidad laboral hasta configurar “salarios excesivos”impulsados por unabaja productividad laboral.

En los últimos 17 años, Venezuela ha experimentado una economía dirigida sustentada en un creciente gasto público para estimular la oferta y demanda a efectos de crear una percepción de prosperidad sacrificando el empleo productivo y violando las libertades civiles del pueblo, cercando en paralelo la iniciativa privada dando  prevalencia a las importaciones canalizadas por el sector público en obvio rechazo al régimen de economía de mercado al tiempo de intentar demoler el tipo de producción y distribución vinculado con una democracia “capitalista” para abrir paso a un totalitarismo económicogenerador de inflación.

La inflación venezolana, resultante de una ausencia de economía política, se materializa en  un alza continua y generalizada de los niveles de precios cuyo origen se encuentra en la persistente emisión de dinero inorgánico (en nada resultante del proceso productivo) que evidentemente no cuenta con un apropiado respaldo en divisas (¡puro papel!)motorizado por elvoraz apetito fiscal del gobierno(en 17 años ha despilfarrado cerca de USD  2 billones) en aras de inducir a través del gasto una ilusión de crecimiento económico (con enfoque populista), que irreversiblemente genera un desequilibrio entre la demanda potencial (deseo de adquirir) por efecto de una mayor cantidad de dinero en poder del publico, y la cantidad (inferior) de bienes y servicios que efectivamente puede comprar, al extremo de traducirse en un deterioro del poder adquisitivo del dinero (cada día se compra menos) que ocasiona una pérdida en la calidad de vida y un mayor costo para mantenerse en un nivel en tránsito hacia la pobreza, habida cuenta de una inflación del 270,7% en 2015, un estimado del 700% para 2016, de 2.200% en 2017 y de un 3.560% para 2019, según estima el Fondo Monetario Internacional.

En lo atinente a la emisión de dinero sin respaldo, vale recordar que cuando se crea el BCV en el año 1940 se estableció para nuestro signo monetario una convertibilidad del 50% en oro ( se podía cambiar la mitad de las monedas y billetes en oro) que igualmente impedía la emisión sin respaldo, lo cual cambió en 1960 al ubicar dicha paridad en un 33% de oro por cada bolívar; siendo que para 1974 con la eliminación a nivel mundial del Patrón Oro se estableció en Venezuela un cambio fijo atado al dólar estadounidense (equivalente a un Patrón Dólar) que permaneció  hasta 1983 (viernes negro) cuando la relación bolivar-dolar prácticamente desapareció y a partir de ese año y hasta el presente  (unos 35 años) se imprime dinero a voluntad y capricho del gobierno, apoyado en el Reglamento sobre la acuñación, impresión, emisión y circulación de especies monetarias (año 2009) que consagra la autorización como responsabilidad del Directorio del BCV integrado por 5 Directores que hoy día son nombrados por ¡el Presidente de la Republica!(unido a otros elementos restrictivos de su autonomía); acción que se magnifica en el periodo 1998-2016 cuando el crecimiento de la emisión experimentó una pronunciada variación hasta poner en circulación para 2016 un total de 8.941,7 millones de billetes (42% de Bs 100)e igualmente una desproporcionada emisión de dinero que solo entre octubre y noviembre 2015 fue de Bs 686.000 millones; todo ello en correspondencia con un crecimiento de la liquidez monetaria de un 1.254% en el lapso 2010-2015 cuando varió desde Bs 297 millardos  hasta unos 4.000 billones dándole formal entrada con tendencia creciente a la inflación.

El dinero en circulación (dinero primario), está conformado por monedas (de metales no preciosos) y billetes, ambos con estricto valor fiduciario (sin valor intrínseco) razón por la cual su valor y aceptación se fundamenta en la confianza que tienen los entes económicos en el instituto emisor (BCV) siempre y cuando no exista la participación autoritaria e irresponsable del gobierno nacional (como lo es en la casi totalidad de los países del planeta). Sirva de referencia (nada positiva), que en diciembre 2014 la cantidad de dinero en circulación se situó en Bs 1.953 millones, creciendo hasta Bs 3.932 millones en diciembre 2015 en un contexto de caída de las reservas internacionales desde USD 22.077 millones (2014) hasta USD 16.367 millones (2015), para luego situarse en USD 12.114 millones al 24 de mayo 2016(siendo un misterio el monto de nuestras reservas en oro) que en el ínterin impulsa una estanflación; que hace referencia a la combinación de inflación y decrecimiento económico que surge cuando la economía se encuentra en recesión  en vista a un crecimiento negativo de la actividad económica durante un mínimo de dos trimestres consecutivos configurando una caída del consumo, de la inversión y de la producción de bienes y servicios (el PIB del país decreció un -5,7% en 2015, un estimado de -8% para 2016 y de -3,4% para 2017); al tiempo de la presencia de una galopante inflación (estancamiento más  inflación) que a la postre conduce a un empeoramiento del desenvolvimiento económico.

En fin, no admite duda alguna sobre la necesidad de adelantar un referendo revocatorio en 2016 en aras de un cambio profundo de toda la cúpula gubernamental como resultado de elección de un nuevo Presidente de la República envestido de un deseo de diálogo, que en lo inmediato instrumente un Plan Antinflacionario racional y coherente centrado en un recio control de la emisión de dinero inorgánico en conjunto a devolverle al BCV su autonomía; ya que resulta estéril continuar atacando las múltiples consecuenciassin enfrentar y dominar el origen; ya que en caso contrario continuará no solo disminuyendo el poder adquisitivo, sino aumentado el deseo anárquico de la población por un urgente cambio.


Economista Jesús Alexis González
@jesusalexisgon

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