La Organización de Estados Americanos |
SILVIA AYUSO 11 de agosto de 2016
Los
tiempos fijados por las autoridades venezolanas para la celebración del
referéndum revocatorio no preocupan solo a la oposición, que teme que estas
puedan perpetuar el chavismo en el poder. También algunos de los países más
influyentes de la región ven con recelo el calendario expuesto esta semana por
la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena. En un
comunicado conjunto firmado en Washington, 15 naciones, entre ellas Argentina,
Brasil y Estados Unidos, han manifestado este jueves su inquietud y han instado
a Caracas a cumplir “sin demora” los pasos restantes del complicado proceso
revocatorio del presidente Nicolás Maduro.
“Hacemos
un llamado a las autoridades venezolanas para que garanticen el ejercicio de
los derechos constitucionales del pueblo venezolano y, a la vez, se cumplan de
manera clara, cierta y sin demora las etapas restantes para la realización del
referendo revocatorio presidencial”, urgen los signatarios. Para Argentina,
Belice, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala,
Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, esto es la mejor manera de
“contribuir a resolver de forma pronta y efectiva las actuales dificultades
políticas, sociales y económicas en ese país”.
Lucena
anunció el martes que la recolección del 20% de los apoyos necesarios para la
convocatoria del referendo se realizará a finales de octubre, lo que la
oposición denuncia como un intento de bloquear la iniciativa. Lo que teme la
oposición es que el Gobierno esté retrasando el proceso para que el referendo
no se celebre antes del 10 de enero de 2017, cuando se inicia el cuarto año del
mandato de Maduro y, por tanto, no se convoquen nuevas elecciones sino que lo
reemplace su vicepresidente en caso de que pierda la consulta.
En su
comunicado, que leyó este jueves en una sesión de la OEA la representante de
Canadá, los 15 países hemisféricos alientan además a que se retome el diálogo
“franco y efectivo” entre Gobierno y oposición en el que median el expresidente
del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y sus colegas Leonel
Fernández de República Dominicana y Martín Torrijos de Panamá.
Según
estos países, un diálogo político “oportuno, nacional, incluyente y eficaz” es
la mejor fórmula para “hacer frente a las necesidades urgentes del pueblo
venezolano, preservar la paz y la seguridad, garantizar el pleno respeto de los
derechos humanos, el debido proceso, la separación de poderes y la
consolidación de la democracia representativa”.
“Nos
preocupa en particular que no se haya establecido ningún canal de diálogo
directo”, destacó en la sesión el embajador mexicano ante la OEA, Luis Alfonso
de Alba. El diplomático también lamentó que la mediación de Rodríguez Zapatero
“no haya producido resultados hasta la fecha”.
Sorprendido
por el gesto, del que dijo no haber sido avisado, el embajador venezolano,
Bernardo Álvarez, acusó a los países de actuar “a espaldas” de Caracas, algo
que negaron los representantes de los países signatarios.
De lo
que se trata es de “un nuevo llamado a algo que, lamentablemente, no se ha
producido aún”, subrayó el embajador argentino, Juan José Arcuri. “Es un
llamado a un diálogo franco y conducente a todos los actores venezolanos, a
todos, para que entre ellos encuentren una solución pronta, definitiva y
satisfactoria para los graves problemas políticos, sociales y económicos que
hoy afectan al pueblo venezolano”, insistió.
La falta
de avances en el diálogo entre gobierno y oposición mientras se acentúa la
crisis en el país es algo que también preocupa a otras instancias
internacionales. En entrevista con varios medios argentinos durante su visita
esta semana a Buenos Aires, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se
manifestó “muy preocupado” por lo que calificó de “crisis humanitaria en
Venezuela” generada por la “inestabilidad política”.
MÉXICO,
PREOCUPADO POR LA “NEUTRALIZACIÓN” DE LA OPOSICIÓN EN NICARAGUA
México
dio este jueves en la OEA un toque de atención a Nicaragua, al manifestar su
“preocupación” por las
maniobras del Gobierno de Daniel Ortega para acumular el poder.
El
embajador Luis Alfonso de Alba recordó ante los demás representantes de la OEA
la decisión del Tribunal Electoral de despojar de sus escaños a los diputados
opositores. “Sin pronunciarnos sobre la legalidad o no de dichas decisiones,
quisiéramos expresar nuestra preocupación por el impacto que esas medidas
tienen, al debilitar y prácticamente neutralizar a la oposición en un momento
en que el país está inmerso en un proceso electoral muy importante”, dijo.
La
respuesta furibunda de Nicaragua no se hizo esperar. El representante alterno,
Luis Exequiel Alvarado, acusó a México de actuar “usado por las fuerzas
injerencistas de Estados Unidos” y cuestionó su “autoridad moral” para hablar
sobre otro país cuando no ha resuelto problemas como la violencia de los
cárteles. “Si se atreve México a preocuparse por los procesos electorales de
Nicaragua, que primero arregle su casa. Primero se ordena la casa y luego se va
a ver el vecindario”, replicó.
La
intervención de México revela la creciente preocupación en la OEA por las
maniobras del Gobierno de Ortega. Fuentes diplomáticas consultadas confirmaron
que el tema ha sido debatido por algunos países y se espera que Almagro se
pronuncie en los próximos días.
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