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jueves, 18 de agosto de 2016

De turbia a muy turbia es la historia del agua en Venezuela


Por Gabriela Rojas


Las mediciones realizadas por las empresas hidrológicas del Estado indican valores que están por encima de los niveles deseables establecidos en las Normas Sanitarias de Calidad del Agua Potable

Más claro que el agua, dice el refrán. Pero esa no es la historia que cuentan las tuberías de quienes habitan en la región central y capital del país. La turbiedad, el olor, el color y la presencia de residuos tienen encendidas las alertas de la población que recibe en sus hogares un agua que a simple vista no está en condiciones óptimas.

Lo muestra la gente al abrir los grifos de sus casas. Lo revelan las mediciones hechas por las mismas empresas hidrológicas del Estado que indican valores por encima de lo establecido en las Normas Sanitarias de Calidad del Agua Potable, publicadas en la Gaceta Oficial No. 36.395 promulgada en febrero de 1998. También lo señalan estudios presentados por organizaciones y especialistas en gestión del agua en los que denuncian que los principales embalses que surten a la Gran Caracas y los estados centrales del país presentan contaminación de origen e insuficiencias para la potabilización en las plantas de tratamiento.


           Fotos usuario twitter: @CindyAlexandra. Guatire, estado Miranda

Aunque para los caraqueños sea un problema más reciente abrir los grifos de sus casas y encontrarse con un líquido de cualquier tipo, menos incoloro e inoloro, desde 2007, poblaciones del estado Carabobo y Aragua han venido denunciando la agudización de las condiciones antisanitarias del agua que reciben en sus casas.

A pesar de la evidencia de los niveles de contaminación del Lago de Valencia y de las aguas del embalse Pao Cachinche, principal surtidor del estado Carabobo, aún no se ha implementado un plan de acción que permita revertir las condiciones del agua de uso diario con la que las personas preparan sus alimentos, se asean y en muchos casos consumen, lo que implica un grave riesgo de salud pública.

Las mismas mediciones presentadas mensualmente por las empresas hidrológicas del Estado, en este caso Hidrocentro, revelan que los parámetros de calidad del agua a la salida de los sistemas de potabilización están por encima de los valores deseables establecidos en la norma. El registro de julio 2016 para Camatagua, El Pao y la planta Alejo Zuloaga señala que, de los diez valores medidos, por lo menos cinco presentan niveles muy fuera de norma.

El cloro utilizado para tratamiento bacteriológico debería mantener una concentración entre 0,3 mg/l y 0,5 mg/l. Pero Camatagua reportó 0,9% y El Pao tuvo un registro de 1,3, lo que indica un aumento en la cantidad de cloro que se aplica para tratar el agua, lo que implica una afectación para la salud a medida que se incrementan estos niveles.

El ingeniero Pérez Rodríguez explica que desde septiembre de 2007 se está bombeando agua de mala calidad a Cachinche, lo que representa 11 mil litros por segundo de aguas negras que van a las plantas potabilizadoras, como ocurre en la Planta Alejo Zuloaga. Pero como el agua llega con mayor contenido residual exige que las plantas potabilizadoras apliquen mayor dosis de sustrato de aluminio y cloro: “se observa en la irritación de la garganta y los ojos. Como el cloro es un gas, al abrir la ducha, este gas se libera y se crea una microatmósfera cargada de cloro que no se debería respirar porque es un agente corrosivo e irritante de las mucosas”.

En cuanto al nivel de turbiedad reportado por Hidrocentro, en Camatagua alcanzó 5,3 NTU aunque la norma indica que el valor deseable es 1 y el máximo aceptable es 5. La turbiedad en El Pao fue un poco más alta y llegó a 6,0 NTU y el mes anterior (junio 2016) venía de registrar 8,4 NTU. Pero los niveles de la planta Alejo Zuloaga casi triplican lo que recomienda la norma porque en julio el nivel de turbiedad del agua llegó a 13,5 NTU y en el mes previo estuvo en 12,4 NTU.

Los indicadores máximos aceptables de color en el agua señalan un límite de 15 (Pt/Co), pero solo en marzo de este año, Camatagua registró el que ha sido su nivel más bajo hasta ahora: fue de 5 Pt/Co. Durante los seis meses restantes de 2016, el nivel de color del agua en Camatagua ha sido de 15 y en enero fue de 17 Pt/Co.

                Foto cortesía Emily Avendaño. La Pastora, Distrito Capital

La situación en las plantas Alejo Zuloaga y Lucio Baldo Soules muestra que los niveles de color en el agua no han bajado de 20 a 30 Pt/ Co, desde abril de este año. La más reciente medición en ambas plantas realizada en julio señala que el color del agua marca 30 Pt/Co, lo que duplica el parámetro máximo establecido en la norma.

Otro de los indicadores es la presencia de coliformes totales y coliformes fecales, que según las mediciones presentadas por Hidrocentro desde enero de 2016, los 15 embalses y plantas potabilizadoras evaluadas (cuatro ubicadas en Aragua, cuatro en Carabobo y siete en Cojedes) mantienen el mismo nivel exactamente igual para todos: un registro de 1,1 nmp/100mL. 

El artículo 8 y 9 de las Normas Sanitarias de Calidad del Agua Potable determinan que el ente responsable del sistema de abastecimiento de agua potable debe garantizar que "no contenga microorganismos transmisores, ni agentes patógenos como virus, bacterias, hongos, protozoarios, ni helmintos".

Los resultados deben revelar que: "ninguna muestra de 100 mL, deberá indicar la presencia de organismos coliformes termoresistentes (coliformes fecales); 95% de las muestras de 100mL, analizadas en la red de distribución no deberá indicar la presencia de organismos coliformes totales durante cualquier periodo de 12 meses consecutivos y en ningún caso deberá detectarse organismos coliformes totales en dos muestras consecutivas.


Una historia turbia

Desde el año 2000, el embalse de Pao Cachinche viene sufriendo un proceso de eutroficación, que ha avanzado a tal punto que ya fue declarada la hipereutroficación. En este proceso fisioquímico las aguas reciben un exceso de materia orgánica que hace que disminuya el oxígeno en las aguas profundas, genera una alta cantidad de nitrógeno y fósforo, lo que hace imposible el uso de este recurso para abastecimiento de agua potable.

Y desde 2009, este proceso también está ocurriendo en el embalse Camatagua, de donde sale 60% del agua que llega a la Gran Caracas. Entre marzo de 2009 y febrero de 2015 se estuvieron bombeando 3000 litros por segundo de agua contaminada a la cuenca del río Guárico, principal aportante de Camatagua, que también recibe aguas negras provenientes de la población de San Juan de los Morros. Este bombeo es parte del trasvase que se hizo desde la cuenca del Lago de Valencia para controlar su desbordamiento, explicó el ingeniero Manuel Pérez, presidente del Movimiento por la Calidad del Agua, ingeniero y habitante de Valencia.

El equipo de Contrapunto solicitó una entrevista con las autoridades de Hidroven para conocer detalles de la situación que atraviesan los embalses señalados y las plantas potabilizadoras pero no obtuvimos respuesta durante dos semanas. Al cierre de esta edición no pudimos entablar comunicación con algún vocero autorizado del ente gubernamental.

José María De Viana, ingeniero y ex presidente de Hidrocapital, explicó que el Estado venezolano tomó varias decisiones objetables desde el punto de vista sanitario y ambiental, porque se encontró ante una situación que no fue atendida a tiempo. Como no se realizaron las obras de ingeniería necesarias para controlar el ascenso del Lago de Valencia se decidió hacer un trasvase hacia el embalse de Camatagua, que era prácticamente virgen. "Se mantuvo el nivel de agua (del Lago) pero a costa de un embalse de agua virgen".

              Foto usuario twitter: @Lugaz10. Guatire, estado Miranda

De Viana agrega que desde el punto de vista ambiental es sumamente grave la decisión de que el Estado, a través de sus propias instituciones, decidiera hacer un trasvase hacia este embalse porque Camatagua permitiría dar un suministro de tres años de agua potable a una ciudad como Caracas. "Matamos un embalse gigantesco. El problema es que no se está haciendo nada para revertirlo porque si se deja de ensuciar, aproximadamente en dos años, el embalse se renueva, se regenera por sus propios procesos biológicos.Pero no está ocurriendo; sin contar el riesgo sanitario que implica contaminar uno de los principales surtidores de agua de las zonas urbanas".

El ingeniero Manuel Pérez se ha dedicado a documentar la situación hídrica a través de la asociación Movimiento por la calidad del agua, que se va extendiendo desde la zona central hacia la capital. Uno de sus orígenes está en la cuenca del Lago de Valencia y el problema se dividió en dos: uno de tipo sanitario y otro de tipo hidráulico porque como no se culminaron las obras de ingeniería que requerían para evitar la inundación de las zonas aledañas al Lago, tal como era previsible, se inundaron 6 mil hectáreas en las cuales estaba previsto desarrollar los sistemas de tratamiento de agua potable y cloacales.

"Se trasvasó agua de la cuenca del Lago hacia la Laguna de Taguaiguai, que hoy en día es una laguna verde que está recibiendo aguas negras de toda la conurbanización de Maracay, Cagua y Turmero. Además las aguas negras de los municipio Naguanagua, Valencia y Libertador se devuelven crudas a Cachinche, sin depuración, es decir que están recirculando aguas negras, un ciclo pernicioso y dañino para la salud pública de tres millones de personas”, asegura el ingeniero.

En 2011, la Corporación Andina de Fomento (CAF), organismo internacional que otorga financiamiento a través del Banco de Desarrollo de América Latina, le otorgó a Venezuela 150.000.000 de bolívares destinados al Programa de Rehabilitación y Optimización de las Plantas Mayores de Potabilización de Agua. En la página web del organismo se puede verificar que ese monto mantiene el estatus "en desembolso".

Al revisar la Memoria y Cuenta 2015 del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, el ente gubernamental señala que dentro de los proyectos planificados se contemplaba el mismo programa: “Rehabilitación y Optimización de las Plantas Mayores de Potabilización de Agua", que tenía destinado un monto de 563.721.905 bolívares pero el porcentaje de avance físico fue apenas 38% y de avance financiero fue 44%. En el caso del programa de Optimización de la Gestión de la Calidad del Agua en Poblaciones Mayores a Cinco Mil Habitantes, el Ministerio asignó a Hidroven 364.781.370 bolívares pero el porcentaje de avance físico que alcanzaron fue de 15% y el avance financiero fue de 69%, por lo que ambos programas quedaron previstos dentro de los planes y proyectos pendientes para el próximo ejercicio fiscal.

Prevención doméstica

El ingeniero José María De Viana aclara que aunque no todos los sectores de la Gran Caracas reciben agua proveniente del embalse de Camatagua es fundamental que las personas tomen previsiones cuando les llega el líquido con mucha turbidez, mal olor y color. Por ejemplo en algunas zonas como Guarenas, Guatire y otras poblaciones urbanas ubicadas de la fila norte de la región capital deben aplicar métodos preventivos continuos porque esa agua está pasando por las tuberías con mayores residuos.

"Un problema tan serio hay que atenderlo con seriedad".

                Foto usuario twitter: @janethdsds. Coche, Distrito Capital.

Cada vez que Valeria Mendoza abre los chorros de su casa, lo que sale por las tuberías es una especie de líquido amarillento que tiene residuos arenosos. Desde hace meses, su rutina con el agua es imprevisible: para cepillarse o bañarse tiene que abrir los grifos y esperar que el agua corra un rato hasta que deje de salir con color; tiene que lavar los baños con cloro y destapar los tanques de las pocetas cada semana porque los residuos que se asientan le dañan las tuberías; hierve toda el agua que almacena para preparar la comida porque sufre racionamiento del servicio los jueves y sábados, así que cuando la vuelven a poner el olor que sale del grifo le resulta insoportable.

“No quiero ni imaginarme qué clase de cosas está trayendo el agua pero es una asquerosidad. Basta abrir el chorro para saber que el agua que está llegando a nuestras casas es un peligro”, dice Mendoza, residente de Guatire. Desde mayo comenzó a hervir también el agua potable que compra en botellón porque su hijo de 16 años levantó el envase y pudo observar a trasluz que el líquido tenía algunas partículas suspendidas.

Los reportes que hacen las personas a través de las redes sociales muestran una variedad de colores y condiciones nada salubres sobre el agua que sale por sus tuberías. Mairén Soto, vive desde hace un año en la parroquia Santa Rosalía en un edificio que tiene más de 40 años de construcción. El agua de los lavamanos tenía un olor muy fuerte por las mañanas y pensó que se debía a la antigüedad de las tuberías del edificio. Pero con el pasar de los meses fue notando que lo mismo ocurría con el agua que utilizaba para cargar la lavadora. "No soy científica pero es un olor parecido al azufre, muy penetrante y repulsivo". El agua salía con un tono marrón y al pasar unos minutos se volvía de nuevo transparente pero olía muy mal así que decidió usar filtro. "En dos meses se partió. Cuando lo destapamos estaba totalmente negro de la cantidad de sucio que recogió. Y en mi casa viven dos niños de nueve y doce años, les tenemos que hervir hasta el agua con la que se cepillan porque me da miedo que se enfermen con esa agua tan cochina".

                  Foto usuario twitter: @farfani. Valencia, estado Carabobo

Los residentes de un edificio en Sabana Grande mostraron a Contrapunto las condiciones en las que sale el agua de los grifos. Inicialmente se ve que el primer líquido sale con un tono amarillento que luego va aclarando mientras corre por las tuberías. Pero al cabo de unos minutos cuando el agua se asienta en los envases se observa una especie de arenilla marrón, como si fuese tierra que se suspende en el agua y luego se queda en el fondo. Mostraron que al bajar las pocetas, la arenilla marrón se devuelve porque está saliendo del tanque y se asienta en el fondo del inodoro, que tienen que lavar con cloro por lo menos dos veces al día.

Una familia llenó los dispensadores de hielo para demostrar cuáles son las condiciones y el color del agua que llega por el lavaplatos de su cocina, con la que usualmente lavan los alimentos y que en ocasiones también utilizan para cocinar.

"¿Quién responde por esto? Si fuese una empresa privada ya estarían presos porque se trata de la salud de la población pero es aún peor porque es el mismo Gobierno el que debe hacerse responsable de esta cochinada de agua que nos están mandando para nuestras casas", cuestiona una habitante de la parroquia Coche.



15-08-16




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