Por
Susana Morffe, 08/08/2016
Hace
muchos años escuché decir que Cuba era el gallinero del Caribe. No lo llegué a
entender hasta que me lo explicaron y no hubo dudas de la analogía por
semejante comparación. Si les suena
mejor algo parecido a un burdel, de eso se trata.
Eventualmente
los hechos han convertido a la isla del archipiélago cubano en tráfico para
todo tipo de residuos –es de lo que vive- a expensas de otros países aliados convertidos
en ratoneras para la protección y cuidado de esa porción de tierra, bajo el
comando de dos ancianos con kilométricos años en el poder.
En
deshonra de la semejanza, Venezuela, principal país sustentador de la economía
cubana, hoy ha pasado a ser, comparativamente, un laberinto y asentamiento del
narcotráfico.
¿Pensaría
El Chapo Guzmán que le están roncando los tobillos desde Venezuela? Probablemente
está advertido de las andanzas de los militares tras el tesoro de la droga.
Quizás piense que sigue siendo el rey, pero con ojo avizor por los tentáculos
en movimiento desde el territorio venezolano.
Pero
el asunto extraordinario para El Chapo y algún otro patriarca del narcotráfico,
es que en Venezuela, a diferencia de otros países, las escaladas del “veneno”,
son reconocidos, no con cárcel, sino con premiaciones de alto nivel para
mantener en resguardo el músculo más letal del cuerpo humano que, al moverse,
lanza misiles y descubre el paquete de la droga.
No
en vano, el personaje aquel con apellido repetido, Aponte Aponte, cuando cantó
lo alejaron de su tierra porque embadurnó con su lengua, tipo ventilador, a
mucha gente ligada con el gobierno revolucionario.
Ahora
es entendible que al recién nombrado Ministro del Interior, el general Néstor
Reverol, acusado por una Fiscalía del estado de Nueva York de traficante de
drogas, haya recibido tan prestigioso
cargo para mantener su lengua en reposo; de no ser así, pondría al descubierto
los verdaderos integrantes del Cartel de los Soles, lo cual comprometería las
horas contadas que tiene el régimen, también por aquello de “no me voy a hundir
solo”.
Los
nuevos valores que ha impuesto el socialismo en Venezuela son: condenar y
arremeter las ideas democráticas, perseguir y fracturar cualquier indicio de
libertad y libre comercio de ilícitos. Por ningún lado se divisa el honor.
El
cucarachero se ha estado moviendo hasta que el diario español ABC, sacó a la
luz pública la semana pasada, el encuentro en la Isla de Margarita, donde los
bandidos de la “apreciada”mercancía se reunieron, entre ellos Hugo Carvajal y
el ex juez español Baltasar Garzón, bajo la égida logística del gobernador del
estado Nueva Esparta, empresarios venezolanos, aeronaves, custodios,
alojamientos de lujos y otros detalles.
Semejante
triada dispuso inmediatamente un plan de emergencia recordando la frase
"cuando las barbas de tu vecino veas arder, pon las tuyas a remojar".
Cada personaje tiene su expediente acumulado, Carvajal y Garzón señalados por
conductas “inapropiadas”. El otro por discapacidad para gobernar, por ahora.
“Garzón
trabaja en un informe para cuestionar la validez de los procedimientos
utilizados por EE.UU y que puede ser usado en la defensa de varios imputados,
como los sobrinos de Maduro que se encuentran presos en Nueva York y ahora el
general Néstor Reverol, que hasta julio era el jefe de la Guardia Nacional, y
de Edylberto Molina, agregado militar en la Embajada de Venezuela en Alemania.
Son acusados de ayudar al narcotráfico cuando eran director y subdirector de la
Oficina Nacional Antidrogas”, reveló el diario español.
En
Venezuela, todos se tapan y en Estados Unidos destapan la desmoralización de
los venezolanos, el país del narcotráfico convertido en una letrina por la
revolución socialista, justo en el siglo que pretendieron inmortalizar pero con
prácticas “toxicotrópicas”.
Ahora
el mundo lo sabe y comprobó que Cuba es el gallinero del Caribe y Venezuela es
la letrina de la droga a paso de vencidos. La patria vive, la droga sigue.
@susanamorffe
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