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domingo, 7 de agosto de 2016

Miguel Ángel Santos: la economía no mejorará porque el Gobierno sigue haciendo lo mismo




El magíster en Ciencias Económicas y Financieras e investigador de la Universidad de Harvard afirma que el Gobierno no ha tomado decisiones para salir de la crisis. “La definición de locura es hacer lo mismo y esperar resultados diferentes"

Forma parte de un equipo amplio de economistas que se han dedicado a estudiar la crisis venezolana y hacer propuestas para su superación. Miguel Ángel Santos, magíster en Ciencias Económicas y Financieras, es investigador asociado del Centro para el Desarrollo Internacional en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, donde un grupo de especialistas –muchos venezolanos, según comenta- decidió tomar esta línea de investigación.

De visita en Caracas, ha sostenido, dentro de ese equipo, reuniones con distintos políticos de oposición para exponer sus propuestas, ante la eventualidad de un nuevo gobierno que deberá asumir el reto de intentar reflotar una economía que, según la Cepal, cerrará este año con una recesión de 8%, y que exhibe índices de escasez e inflación preocupantes.


Durante un conversatorio en el IESA, presentó una parte del análisis del equipo al que pertenece y que, en resumen, plantea una recuperación posible pero con grandes dificultades y con medidas drásticas.

En conversación con Contrapunto, desestima el “despegue económico” que, según el vicepresidente Aristóbulo Istúriz, comenzó desde mayo en el país. “La definición de locura es hacer lo mismo y esperar resultados diferentes. Y yo no veo que el Gobierno esté haciendo absolutamente nada diferente; por ende, no va a haber ningún cambio. Que le diga eso a la gente que está haciendo cola en las calles desde las 5:00 de la mañana o durmiendo desde la noche anterior”, señala.

Así, para el cierre de 2016 no tiene buenas expectativas. “Creo que va a haber una recuperación del gasto público y que van a imprimir más dinero, y que el año va a cerrar con una inflación de 600%-700%, y la de alimentos entre 1.000 y 1.200%”, afirmó.


Liberación y privatización

Para Santos, la receta de un nuevo gobierno en lo económico debe pasar por el levantamiento del control de precios y de cambio, y de las regulaciones al sector privado que frenan la producción, así como la activación de un programa especial que permita a la banca lidiar con el nuevo esquema. “Y haría todo lo posible por crear en Venezuela un entorno propicio para la inversión privada”, agregó.

Uno de los problemas esenciales es el enorme déficit de ingresos en divisas del país, no solo por el descenso de la renta petrolera –los precios del crudo cayeron casi 80% desde 2015- sino por la carga de endeudamiento que adquirió el país justamente en medio de la bonanza petrolera que caracterizó los años de la revolución bolivariana.

Solo solventando este déficit puede haber recursos para incrementar las importaciones de alimentos, medicinas y materia prima, y cuya escasez hoy golpea a los venezolanos.

¿Cómo resolver eso? “Parte del problema es liberar subsidios. Este gobierno se ha focalizado mucho en hacer transferencias a la gente influyendo en el precio que paga por las cosas, y eso es muy ineficiente. Entonces, la gasolina es regalada, pero no hay medicinas; la luz es regalada, pero no hay comida. 

Yo empezaría a cobrar tarifas competitivas por la gasolina y la electricidad”, recomienda.

Ante esto, la propuesta es establecer un subsidio al transporte público para enfrentar el aumento del combustible, así como uno directo a la familia –en efectivo- para que puedan asumir esos nuevos costos. En su exposición detalló que se han planteado que ese subsidio llegue a 62% de las familias, para cubrir 70% de la canasta básica.

Su planteamiento incluye ajuste del IVA e IDB en el corto plazo y levantamiento del subsidio al agua, la electricidad y el gas a nivel comercial e industrial, para empezar a reducir el déficit.

“Después debes empezar una revisión al gasto público, porque Venezuela gasta 40 puntos del PIB, y América Latina gasta 27. Y yo no veo que tengamos un Estado tan eficiente para gastar eso. Es evidente que hay mucho gasto inútil, pero eso tomará un poco más de tiempo”, indica Santos.

El financiamiento externo parece un paso obligado. Aunque no se atreve a precisar el monto de esos créditos que requiere la República, estima que las mayores sumas deben venir del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento.

“Y luego eso no va a ser suficiente, para lo cual vas a tener que crear un entorno propicio para que haya actores privados que quieran traer sus dólares a Venezuela para hacer negocio”, señala.

También cree que “el Estado tiene que iniciar su retroceso en ciertas áreas. El Estado que se ocupó de hoteles, cementeras, aerolíneas, tiene que ocuparse de la salud, de la educación, de la seguridad. Tiene que desprenderse, privatizar estas actividades, dar a los trabajadores propiedad en estos nuevos activos privatizados para que se sientan dueños. Esto corresponde a una concepción totalmente diferente de cómo funciona un país”.

-¿Estamos preparados para ello?

-No lo sé. Ese es el reto de todos.


Fugados $205 mil millones

De acuerdo con el diagnóstico efectuado por el equipo de economistas, entre 2006 y 2012 Venezuela multiplicó por 4,5 su deuda externa, justo en medio de la bonanza petrolera más sostenida de la historia. “No solo no ahorraste sino que te endeudaste”, dijo Santos durante su exposición en el foro del IESA.

Precisó que la deuda financiera de Pdvsa pasó de 3 mil millones de dólares en 2006 a 45 mil millones de dólares, es decir, se multiplicó por 15, mientras la producción petrolera cayó 500 mil barriles diarios y no incrementó la inversión.

Explicó que la apreciación del bolívar frente al dólar promovió un boom de importaciones, lo que implicó un aumento del consumo financiado justamente por la renta petrolera y el endeudamiento. “La producción nacional fue destruida pero no se sentía entonces”, indicó.

Se redujo la pobreza de 60% a 30%, pero Santos afirma que esto se detuvo en 2008 y luego, con la crisis reciente, han desaparecido las conquistas sociales. Mientras, el Estado tomaba los medios de producción y el PIB del sector privado, es decir, la producción privada, iba en descenso.

El país financió una colosal fuga de capitales, justamente en medio del control de cambio que el entonces presidente Hugo Chávez instauró justamente con la promesa de proteger el dinero de la República.

“Entre 2003 y 2013 se fueron 155 mil millones de dólares en fuga de capitales y otros 50 mil en sobrefacturación de importaciones. Son como 205 mil millones de dólares, equivalentes a 20 años de importaciones de comida y medicinas en Venezuela”, puntualizó Santos a Contrapunto.

Con la crisis de precios petroleros de 2015, Venezuela recortó 21% sus importaciones, que habían sido de 47.500 millones de dólares un año antes. Cierra el año con Reservas Internacionales de 13 mil millones de dólares, equivalentes a tres meses de importaciones.

Para 2016, la senda será la misma, según el mismo vicepresidente del Área Económica, Miguel Pérez Abad, quien ha señalado que la meta es llegar a 21 mil millones de dólares este año.

Todo esto implica, según Santos, el agotamiento de inventarios y explica la intensificación de la escasez.

De acuerdo con los cálculos que expuso, esto representa una caída de 45% en las importaciones por persona con respecto a 2014 y de 71% frente a las de 2012. Serán niveles de compras externas semejantes a los vividos en la crisis de 1994-1996 de la presidencia de Rafael Caldera, del Caracazo de 1989 o del paro petrolero de 2002. Solo que en esos años “teníamos capacidad productiva”.


En duda

Hay aspectos que pueden ser objeto de debate para un próximo gobierno. Uno de ellos, planteados en el evento, es si reconocer o no la deuda comercial del Estado, es decir, las liquidaciones de divisas pendientes por Cencoex a empresas, que suman unos 20 mil millones de dólares. En 1989 fue desconocida por Carlos Andrés Pérez.

Otro aspecto es la posibilidad de refinanciar la deuda contraída por la República, algo que puede hallar oposición entre los tenedores de bonos que reciben parte de sus rendimientos en dólares.

07-08-16




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