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miércoles, 3 de agosto de 2016

Simón García: “El gran desafío es cómo crear bienestar fuera del esquema populista” por @garciasim


Por Iván Contreras


Simón García es un “animal político” en el buen sentido de la expresión; desde la distancia luce que la política es su vida, aunque es difícil hallar en su historia personal la búsqueda del protagonismo. Diputado por el MAS en varias ocasiones, inicialmente en la Asamblea Legislativa del Estado Carabobo y luego en el extinto Congreso de la República.

Miembro principal del Consejo Supremo Electoral y ministro de Rafael Caldera, en su segunda gestión, para las relaciones con el parlamento. Integrante consecutivo de la Dirección Nacional del MAS como Secretario de Organización y Subsecretario General.

Renunció a su partido cuando éste apoyó en 1998 a Chávez. Se nos antoja como un llanero de estirpe poética. Por fortuna su condición de pensador está recogida en toda una montaña de bien hilados artículos de prensa que acaso esperan por ser recopilados y sistematizados. Desde un parque caraqueño asume el diálogo que le planteamos.


-¿Cómo y cuándo ocurrió su primer encuentro con la política?

-El lunes 26 de noviembre del 57 estuve entre un pequeño grupo de estudiantes que decidió poner cadenas a las puertas del Liceo Roscio. La idea provino de algunos estudiantes universitarios que habían regresado después de las protestas en la UCV contra la dictadura de Pérez Jiménez. Ese evento universitario originó la celebración en Venezuela del 21 de noviembre como día del estudiante.

-¿Y su primera militancia?

-Llegué a la militancia por vía de la amistad. Nuestros mentores, estudiantes de la UCV, eran militantes de la Juventud Comunista. Entre ellos los poetas Angel Eduardo Acevedo, Adolfo Rodríguez y Víctor Valera Mora.

-¿Aparte de la literatura política pro-comunista, cómo llegó a sus primeras lecturas de temas sociales por autores de otros ámbitos?

-La literatura tiene sus pasadizos, a veces subterráneos, hacia lo social. Novelistas como Dos Passos, poetas como Vallejo o ensayistas como Ingenieros reforzaban nuestra sensibilidad social. La militancia comunista ofrecía su propio mundo cultural. Allí teníamos a Neruda, Eluard, Lorca, Maiakosky, Malraux, Moravia, Roland, Picasso en la pintura, Chaplin o de Sicca en el cine.

-Todo comunista de la época estaba obligado a internalizar y defender el concepto de la dictadura proletaria. ¿Qué circunstancias de esa época le ayudaron a zafarse inicialmente del atavismo leninista? ¿Ocurrió como un salto o fue más bien un proceso continuo aún en desarrollo?

-Nosotros seguíamos el dicho de Jesús -Chucho- Valedón: “Dictadura, ni la del proletariado”. En la Comisión Ejecutiva Nacional de la JC se produjo, desde 1967, un debate animado por Antonio José Urbina, “Caraquita”; Luis Bayardo Sardi y Alonso Palacios, entre otros. Siempre estuvimos en relación con la llamada izquierda del PCV: Teodoro Petkoff, Freddy Muñoz, Germán Lairet y Alfredo Maneiro.

La libertad de mis primeras cárceles ideológicas se consolidó en la primavera checa. Salí de Praga el 19 de agosto y la invasión de los soviéticos fue el 21del 68. Mi traductor fue Vicente Bello, actual representante de la MUD ante el CSE, uno de los constructores del túnel de la fuga de Pompeyo, Teodoro y García Ponce del cuartel San Carlos.

Las “lecturas” que más me influyeron fueron las discusiones, a partir de 1967, sobre el retorno del PCV a la vida democrática. Después Teodoro escribió su “Checoeslovaquia, el socialismo como problema” que desató ese movimiento de anticipación que fue el MAS y que me permitió actuar junto a amigos notables como Pompeyo Márquez, Freddy, Bayardo, Eloy Torres, el gordo Martínez, Argelia Laya, Jacobo Borges, Manuel Caballero y Teodoro que fue al alma, la sangre y la pasión de un proyecto para reinventar a la izquierda de la época.

-Hablando de lo actual, ¿cómo percibe el rendimiento de la MUD en el frente internacional?

-Hay un giro favorable al cambio, producto de esfuerzos sostenidos en la labor de Timoteo Zambrano desde la MUD, de Luis Florido desde la Comisión de Política Exterior de la AN, de Lilian Tintori, Mitzy Capriles, Maria Corina, Henrique Capriles, Henry Ramos y otros actores que se mueven menos visiblemente como la Iglesia. A nivel no directamente político, pero con eco internacional, me gustaría mencionar a Rafael Cadenas y a la pianista Gabriela Montero, a cantantes, actores y deportistas. Los venezolanos en el exterior han cumplido excelente papel.

-Se ha dicho que el cambio es un acontecimiento dominantemente nacional? La realidad podría imponer otro escenario?

-La pregunta sugiere examinar el grado de vigencia de una idea: los cambios políticos nacionales obedecen a una dinámica fundamentalmente interna. Esto ya no es siempre y exactamente así en sectores como la economía y también comienza a no serlo en otros. Pero en la política aun son decisivos los factores internos.

Es imprescindible actuar en armonía con los factores internacionales para impedir que el régimen dinamite las normas constitucionales e imponga de modo absoluto la ruptura del Estado de Derecho.

-El actual desencanto popular con el modelo cubano-chavista podría ser una gran oportunidad para echar a andar un modelo político radicalmente distinto al populista, más “de derechas”?

-Dejar atrás las rémoras populistas significa no dividir maniqueamente entre pueblo y enemigos del pueblo; desterrar las reducciones clasistas; practicar el pluralismo. Y especialmente dedicarse a estimular una nueva cultura cívica y un nuevo modo de ser ciudadano que los dirigentes y partidos de la MUD están comenzando a prefigurar en sus propuestas y acciones.

A los nuevos dirigentes que están surgiendo de la MUD y de la resistencia social les toca fundar otro país. La esperanza es que no se enreden en la tentación de actuar para agradar al pueblo ni se dejen vencer por la exigencia de virar a la derecha como rechazo a lo que el actual régimen dijo ser. Están obligados a cambiar de ojos respecto a las generaciones anteriores.

-¿Cómo hacer para conquistar el voto sin adoptar el facilismo populista, sobre todo ahora cuando presumiblemente el desencanto conlleva un mayor grado de conciencia en el electorado?

-Necesitamos partidos y líderes que hablen desde la verdad, que salgan de la realidad virtual, que no sean interpretes pasivos de las encuestas y dispuestos a romper con las rutinas y modelos de pensamiento que heredamos de las grandes figuras fundadoras de los partidos en Venezuela. Ellos fueron el ala democrática del populismo y el país les debe el mayor ciclo de progreso y democracia de toda nuestra historia, pero tuvieron carencias, limitaciones y egos que hay que dejar en su sitio.

Encontrar la ruta eficaz para salir de este régimen es infinitamente más sencillo que abordar la reconstrucción de la economía y el relanzamiento de la democracia. El gran desafío es cómo crear bienestar sostenible fuera del esquema populista. Ese camino repite el ciclo de un paso adelante y tres atrás.

Para romper con la cultura populista hay que tener el coraje de arriesgar el voto al líder y al partido. Sin ese nivel de ruptura resultará imposible aproximarnos a una nueva manera de hacer política.

-La actual táctica madurista de echar más leña al fuego no estará basada en los viejos sueños guevaristas de propiciar que el conflicto venezolano se derrame hacia otros países de la zona?

-Los dos últimos gobiernos aplicaron, con éxitos parciales, una sofisticada tecnología de control y dominación total del Estado sobre la sociedad. Pero Maduro no tiene dólares para subsidiar franquicias en otros países. Perdió el apoyo de quienes simpatizando con la aparición de un movimiento de justicia, progresivamente advirtieron su vocación totalitaria y su irracional destrucción del aparato productivo.

Además la marea rosada entró en declinación en Argentina, Brasil, Perú y su fortaleza roja, Venezuela comenzó a caer el 6 de diciembre de 2015.

-Voceros del Gobierno afirman que no hay tiempo para realizar el referendo este año, ¿es eso cierto?

-Si el CNE se atiene a su reglamento y no sigue inventando desesperadamente retrasos como averiguar el color de la tinta de las firmas, sobra tiempo. El referendo ya no es una lucha de la MUD, es una exigencia de más del 80 % de los venezolanos incluidos sectores que aún apoyan al proceso, pero desaprueban a Maduro y a su gobierno.

Los que no tienen tiempo son los venezolanos golpeados por las plagas sociales de una crisis mantenida por un Gobierno sin pueblo, sin apoyo internacional, sin proyecto y loqueando contra la Constitución .

-Dar inicio a una sana democracia en Venezuela luego de la actual pesadilla implicaría el establecimiento de un “pacto de Estado”. ¿Cuáles serían las bases de ese pacto?

-Los venezolanos estamos en el umbral de un cambio de época. Ella requiere una élite política moderna; un programa económico alternativo al populismo y al puro industrialismo y un Pacto Social de larga duración entre diversos sujetos partidistas, institucionales, culturales y económicos. Una alianza para reconstruir el país innovándolo.

Hay que comenzar a pensar en los criterios sobre un Gobierno de Integración Nacional, tan plural que asegure la reconciliación y la convivencia entre proyectos políticos rivales. Ello incluye la participación del PSUV especialmente si atiende experiencias como la del sandinismo ante Chamorro y abre paso a una salida en el marco de la Constitución. Sus políticas deben generar la confianza necesaria para atraer la inversión privada suficiente, sin la cual podrá haber Estado, pero no bienestar con justicia social, libertad y progreso humano.

Recogemos así una conversación franca y amena entre dos viejos amigos, acompañados por el mismo clima benévolo que un par de siglos atestiguó las primeras luchas libertarias de la República venezolana. El mismo en el que sus gentes reclaman hoy con fuerza el derecho a una solución electoral que permita aliviar el sufrimiento y el luto que conmueven al país.

01-08-16




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