Por Julett Pineda
“Yo he tratado de no pensar
en eso para no estresarme“, confesó Misle González, una madre de Cagua,
Aragua. Sin embargo, sabe que el regreso a clases está a la vuelta de
la esquina y que ya le tocará pararse temprano otra vez para armar
la lonchera de todos los días. La crisis
alimentaria también acecha a su pequeño de cuatro años. A ella, al igual
que a otras madres del país, la escasez y la inflación le
hacen la vida imposible. “Uno se esfuerza, pero todo es carísimo. Esto es un
motivo de presión”, dijo.
El año escolar pasado, Misle
podía garantizarle al pequeño Rubén un pancito de guayabapara la merienda.
Ahora, la cosa se puso más apretada a pesar de que tiene tres trabajos y
cuenta también con los ingresos de su pareja. “He optado por
hacerle panquecas o comprar frutas porque, honestamente,
eran como mil bolívares diarios comprando pan y chicha”, contó.
La realidad de Misle es muy
similar a la de muchas madres. Junto a conseguir todos losútiles de la
lista, pagar la matrícula y la mensualidad y comprar
el uniforme, aparece una preocupación más: Tener la comida para
preparar diariamente una lonchera balanceada que le dé a su hijo
los nutrientes necesarios.
“Se me ha hecho casi
imposible darle lo que me daban a mí mis papás”, dijo la madre. Sin
embargo, aseguró que tiene pensado prepararle a su hijo una loncherita
con frutas, galletasy jugos para
que meriende cuando asista a clases.
Emily es madre de tres, pero
solo dos de sus hijos están en edad escolar: William, de 12, y Génesis, de 9.
Hasta los momentos se considera una mujer con suerte: sus pequeños asisten
al colegio Abigail González, en El Valle (Caracas), donde reciben el
servicio de la Corporación Nacional de Alimentación Escolar (Cnae).
Las comidas que tuvieron el período escolar pasado fueron buenas; sin
embargo, Emily ahora teme que la escasez y
la inflación sean tan fuertes que el plantel suspenda el comedor.
“Yo estoy cruzando los dedos
porque para mí eso es una ayuda tremenda”, afirmó, tras acotar que
ella y sus hijos solo pueden consumir dos comidas al día porque, de
lo contrario, el alimento no les rinde.
“Ellos estudian en la tarde
y eso me ayuda, porque se levantan como a las 10:00 am, se ponen a jugar, y así
pasa el tiempo hasta que es la hora del almuerzo“, contó; “no les puedo
dar desayuno, porque entonces no tenemos cena. A veces lo que hago es
que, cuando tengo, les doy un poquito de café con pan, para que
aguanten hasta el mediodía”.
Las carnes no
están presentes como mucha frecuencia en los platos de los niños, a menos
que sea el colegio el que les sirva un poco de carne
molida con pasta o una chuleta. Sin embargo, cuando le
alcanza, Emily compra algo de pollo. “No puedo
hacérselos frito como a ellos les gusta; se los tengo que
hacer guisado y con papa. Así es que rinde como paracomer tres
veces“, contó.
El colegio donde estudia el
hijo de Mariela Díaz, en San Diego (Carabobo), no corrió con la misma
suerte que el plantel en Caracas. El programa de alimentación duró
poco más de un mes: entre enero y febrero de 2016, lo suspendieron por
completo tras varias interrupciones. A partir de ese momento, le tocó a
Mariela arreglárselas para que su hijo comiera todas las tardes en
la escuela de turno vespertino.
Antes las cenas solían ser
el plato “duro” de la casa, pero con los precios a los que vendrá el
menú de la cantina, la madre del niño de 9 años tendrá que replantearse
las comidas en el hogar. “Yo soy de las que apelaba a lo que se vendía
en la escuela, le daba a mi hijo dinero y él compraba allá
la mayoría de las veces. Las empanadas costaron hasta 200 bolívares
para el final del año escolar“, dijo.
Ahora, sin saber a qué
precio vendrán los alimentos, las comidas de su pequeño tendrán
que hacerse en casa. Solo entre junio y julio, Mariela le daba a su hijo
1.500 bolívares semanales para que comprara en la cantina.
“El programa de alimentación nos resolvía algo porque se comía
una ‘bala fría’ y en la noche, cenábamos”, contó.
El año escolar
2015-2016 pinta aún más comprometido para las madres venezolanas. La
presión por darle a los pequeños una comida balanceada, rica y que los
haga mantener elrendimiento en el colegio se ha convertido en algo más que
un reto: una odisea. También en hacerlos entender la dura realidad que
atraviesa el país y que viven una infancia marcadapor la crisis.
“Si algo va a tener
esta generación es la capacidad de valorar lo que tenga, porque se
está criando de manera limitada”, sentenció Misle, “han crecido en la
austeridad, aunque uno no quiere que a ellos les toque”.
Las recomendaciones
El reto de
preparar una lonchera se vuelve aún mayor cuando toca armarla
dentro de unacrisis y todos los días. La variedad y
el sabor son importantes para los niños; sin embargo,
laescasez no está familiarizada con ninguna de estas dos exigencias.
A continuación, algunas de
las recomendaciones ofrecidas por el nutricionista Pablo Hernández, de
la Fundación Bengoa, para darles a los más pequeños una alimentación
balanceada:
.-. Mantener al niño como
una prioridad a nivel familiar. Hay que tener presente que el futuro
de los más pequeños se ve determinado por la alimentación que
tiene en su infancia, especialmente durante los primeros cinco años
de vida.
.- Ninguno de
los alimentos se deben eliminar por completo. Hay que
incluir grasas, proteína,carbohidratos y frutas en sus
dietas.
.- Es preferible que el niño
coma en casa, puesto que el cuerpo reclama nutrientes para
estaractivo tras pasar una hora despierto. A las 9:30 am-10:30 am se
recomienda hacer unasegunda comida y que en la lonchera se lleve un
complemento del desayuno.
.- Entre
los carbohidratos, los niños pueden
ingerir arepas, sánduches, avena y cereales. También
sugiere hacer galletas de tubérculos, como la batata y la yuca,
que son más económicos que otros alimentos.
.-
Las proteínas son fundamentales para que los niños
formen músculos y tengan huesos sanos. El especialista
recomienda el consumo de queso, jamón, pollo y algún tipo
de grano. A pesar de que este último rubro ha incrementado su precio,
precisó que rinde más al momento de prepararlo y representa una fuente
importante de hierro.
.- De no tener margarina,
el aguacate es un buen sustituto para mantener
las grasaspresentes en la dieta.
.- Hay muchos signos que
ayudan a identificar si el niño no está teniendo una buena alimentación.
Algunas señales para estar alerta son el cambio repentino
delcomportamiento en casa y en el colegio; el cansancio, piel seca, uñas
hundidas, quebradas o con manchas; y cabello reseco.
08-09-16
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