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viernes, 2 de septiembre de 2016

La oposición venezolana refrenda en la calle su mayoría parlamentaria, por @alfredomeza, @Maoliscastro, @Ewalds6




ALFREDO MEZA, MAOLIS CASTRO, EWALD SCHARFENBERG 01 de septiembre de 2016

La oposición de Venezuela logró sacar este jueves a decenas de miles de personas a las calles de Caracas para exigirle al Consejo Nacional Electoral (CNE) que agilice los trámites para celebrar un referéndum revocatorio contra el presidente, Nicolás Maduro. Ese era el pretexto principal para abarrotar tres importantes avenidas de la capital venezolana, pero las razones para protestar van mucho más allá de esa puntual demanda. La movilización catalizó el rechazo a la alta inflación y la crónica carestía de alimentos básicos que lastra al régimen bolivariano.

Si el 6 de diciembre, en las elecciones parlamentarias, los venezolanos respaldaron masivamente a la oposición en las urnas y le entregaron el control de la Asamblea Nacional, la afluencia a la manifestación confirmó esa mayoría y el desmoronamiento de lo que alguna vez fue el titán invencible de la autodenominada revolución bolivariana. El empeño institucional de impedir que prospere en el corto plazo una consulta sobre la continuidad de Maduro parece haberle dado fuerza a los manifestantes para superar los obstáculos colocados a la vera del camino y el miedo que intentaron infundir los voceros más conspicuos del bolivarianismo.

El régimen bloqueó de diversas formas la asistencia a la concentración colocando improvisados retenes militares en la entrada a Caracas, atravesando obstáculos en las vías expresas de la capital venezolana e interrumpiendo el servicio de metro. Pero fue en todo caso una victoria parcial a juzgar por las imágenes tomadas por las agencias de noticias y las fotos transmitidas a través de las redes sociales. La televisión privada, fuertemente amenazada por el Gobierno con la retirada de la concesión para operar, empezó transmitiendo su programación matutina habitual —programas de variedades, de autoayuda— pero intermitentemente informaba de la movilización.

Algunas personas que se dirigían a la capital lograron salvar los obstáculos en la carretera, pero otras, según denuncias de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición opositora que organizó la manifestación, fueron atracadas en los autobuses que los trasladaban en medio del atasco. La MUD también denunció saqueos a comercios en Aragua.

Los partidarios del Gobierno se concentraron en la avenida Bolívar de Caracas para apoyar al presidente Maduro. La televisora oficial, Venezolana de Televisión, mantenía tomas cerradas y no se animaba a mostrar las grandes panorámicas que caracterizaban las transmisiones en los tiempos de los mítines del fallecido Hugo Chávez. La profunda crisis económica parece haber hecho mella entre la clientela del chavismo, que no apoyó como en otras ocasiones las manifestaciones callejeras del Ejecutivo.

Ambas marchas culminaron a eso de las dos de la tarde hora local (las ocho de la noche en España). La dirigencia opositora leyó un comunicado en el que detalló las siguientes protestas. De entrada, convocaron un cacerolazo para las ocho de la tarde (madrugada del viernes en España). La oposición planea, además, presentarse el próximo miércoles 7 en todas las sedes del Consejo Nacional Electoral para seguir presionando y que anuncie la fecha de la segunda etapa del revocatorio. El 14 de septiembre, un día después del plazo máximo dado por el CNE para fijar el operativo de recolección del 20% de las firmas del censo, se movilizarán en todas las capitales del país. Y después de que se realice el operativo, fijado para la última semana de octubre, según han dicho las autoridades electorales, volverán a la calle para demandar “la inmediata realización de la consulta”.

El tiempo apremia. Si el referéndum es tras del 10 de enero de 2017 un vicepresidente chavista sustituirá a Maduro por el resto del mandato. Si se organiza antes y la oposición logra más votos que los obtenidos por el presidente actual en las elecciones del 14 de abril de 2013, que eligió al sucesor de Chávez, habrá que organizar otra elección presidencial.

LA AMENAZA DE UN FUJIMORAZO

Todo el discurso del presidente Maduro, que apareció a la una de la tarde en la avenida Bolívar de Caracas, pareció resumirse en una idea: “ha fracasado el golpe de Estado de la derecha fascista”. El jefe del Estado sacó cuentas y calculó que no más de 30 mil personas se habían manifestado en su contra. También aprovechó para reiterar lo que había anunciado el miércoles antes de la anunciada “Toma de Caracas”. “Tengo listo un decreto para levantar la inmunidad a los altos cargos y en especial la que gozan los parlamentarios”.

Se trata, por ahora de un amago de fujimorazo que pondría a la oposición y a la comunidad internacional a plantearse otros escenarios. En una hora crítica el Presidente luce dispuesto a todo para evitar entregar que en sus manos se pierda la república chavista.

A lo largo de su intervención insuflarle ánimo a la concurrencia invocando el espíritu de Chávez al ritmo de un toque de diana. Ataviado con una chamarra roja, el jefe del Estado parecía hablarle al núcleo duro de sus militantes, insultando al presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, pero intentaba a la vez mostrarse contento y despreocupado.

En medio del acto le besó la calva a Diosdado Cabello, expresidente del Parlamento, e imponer la perspectiva de que el desarrollo de la manifestación opositora era una victoria para el gobierno. “Los que amenazaron con asaltar Caracas terminaron en el Este. Nosotros estamos en el mero centro. El pueblo está en el centro de la ciudad”, dijo. “Así lo proclamo, han fracasado, La victoria es del pueblo, de la revolución”.

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