Por Vanessa Davies
El mayor general (R) advierte
que si todos los sectores se siguen armando el país llegará a una guerra civil.
La constituyente militar “es un disparate”, que se suma al descontento en la
Fuerza Armada. No descarta ser candidato presidencial
Miguel Rodríguez Torres es un
héroe para el chavismo, aunque posiblemente lo es menos para la oposición. El
mítico oficial que tomó La Casona el 4 de febrero de 1992, con la rebelión que
encabezó Hugo Chávez contra el presidente Carlos Andrés Pérez, fue ministro de
Relaciones Interiores del mandatario Nicolás Maduro hasta el año 2014; pero
luego se convirtió en una de las voces más críticas de la gestión actual. Tan
crítica, que no apoya el llamado a la constituyente tal y como lo formuló
Maduro, y exige que el Consejo Nacional Electoral (CNE) publique un cronograma
electoral claro hasta 2018. Tampoco escatima señalamientos a la oposición, y
aun cuando reivindica el derecho a la protesta en la calle porque considera que
sobran razones para ello, insiste en que los opositores deben desmarcarse de
los hechos vandálicos.
Es un hombre incómodo para
muchos, y lo sabe. Muy incómodo, sin duda, en los predios del Palacio de
Miraflores. Su voz no se escucha tan duro como la crisis nacional lo
ameritaría, y lo atribuye a un "veto" por parte de algunos medios de
comunicación. Pero como hombre de inteligencia sabe moverse en esas aguas
tormentosas. Y mientras construye una opción política con los descontentos de
todos los sectores, advierte que el país camina al filo de la navaja: a punto
de una guerra civil.
En conversación
con Contrapunto, Rodríguez Torres, mayor general en situación de retiro y
dirigente del Movimiento Amplio Desafío de Todos, enfatiza que los problemas
que tiene el país no son atribuibles a “deficiencias constitucionales”. La
inflación, la falta de medicinas, las colas para comprar comida no se pueden
achacar a la Constitución, remarca. Los problemas se resuelven, por el
contrario, con “hacer cumplir la Constitución y con un poder gerencial y
administrativo del Estado que convoque a los mejores a resolver esto”.
–¿No apoya la constituyente?
–No es una salida. En cuanto
al imaginario de la gente, la Constitución es el legado de Chávez. ¿Será que
vamos a iniciar una sexta república y ya no de la mano de Chávez? Chávez dejó
esa Constitución y él lo decía: es una niña todavía. No podemos cambiar la
Constitución de Chávez así porque nos da la gana. La Constitución es el pacto
social de los venezolanos, que por primera vez, en la historia de los últimos
20 años, todos la aceptamos y la defendemos. Tirios y troyanos.
No sin referéndum
–Pero la constituyente va.
–La constituyente no debería
ir si no hay una convocatoria a referéndum previo. Si el pueblo dice que es
verdad que necesitamos cambiar la Constitución, nosotros nos sumamos, porque es
la voluntad del pueblo. Es un error, y el precedente que se sienta desde el
punto de vista legal es muy grave, porque entonces cada gobierno que venga
querrá cambiar la Constitución.
–¿Si no hay referéndum
consultivo?
–Lo que venimos observando de
la convocatoria que hace Elías Jaua a todos los sectores para hablar sobre
constituyente es un default.
–¿Por qué es un default?
–Porque la gente no asiste, no
va. Y los que van no son los más representativos de cada sector. Simplemente
porque la gente entiende que los problemas no están en cambiar la Constitución,
y si la queremos cambiar tenemos que hacerlo como es: con un referéndum en el
cual el pueblo diga sí o no. Si el pueblo dice que sí, vamos a la
constituyente.
–Si se hiciera el referéndum
consultivo, ¿usted iría a la constituyente?
–Si el pueblo dice que quiere
cambiar la constitución, nosotros, aunque creamos que no es la solución a los
problemas, obedecemos a la voluntad del pueblo e iríamos a constituyente.
–¿Entonces tienen razón
quienes están en la calle diciendo que resisten la imposición de un cambio
constitucional?
–Nosotros defendemos la
Constitución de 1999 que fue aprobada por el pueblo, que fue aprobada por
millones y no puede ser cambiada por uno. Tienes que llamar a esos millones a
que digan si de verdad quieren cambiar o no la Constitución.
–¿El Presidente puede
arrogarse esa potestad de convocar?
–Eso es mentira. ¿Entonces si
yo recojo 15% de los votantes soy el convocante constituyente? ¿Cómo se come
eso? No. El CNE tiene que llamar al resto del país a un referéndum para ver si
lo que ese 15% opina, lo opina el resto.
–Si se hace la constituyente
tal como la están planteando el Gobierno y el presidente Maduro, ¿qué
consecuencias va a tener para el país?
–Creo que eso va a crispar más
los ánimos del país. Lo estamos viendo. Va a crispar más lo ánimos, y en vez de
abrir cauces democráticos, del diálogo y de la búsqueda de soluciones, habrá
más violencia. Lo hemos alertado hace tiempo: el termómetro de la violencia va
subiendo y nos va acercando a unos escenarios no deseables, de guerra civil.
¿Guerra civil en ciernes?
–¿Qué escenarios prevé usted?
–Guerra civil, enfrentamiento
armado entre venezolanos.
–¿Lo tenemos ya?
–Vamos avanzando hacia allá.
Hay focos donde ya viene ocurriendo. En Mérida han ocurrido desastres y enfrentamientos;
lo que ha pasado en Valencia, en El Valle, en La Vega, en El Paraíso. Focos de
violencia en los que salen armas a relucir, enfrentamientos entre venezolanos,
bandas de delincuentes con saqueos. ¿Hacia dónde nos conduce eso? ¿Es que la constituyente
va a resolver eso? La gente no va a salir de la calle porque haya una
constituyente.
–Usted dice que podemos llegar
a una guerra civil. ¿Qué nos falta para eso?
–Que siga avanzando la espiral
de violencia, que haya gente que busque más armas, que busque armarse.
–¿De qué sector?
–De ambos lados. Que se
empiecen a crear grupos de autodefensa para defender sus espacios geográficos,
sus empresas, sus fincas, sus urbanizaciones.
–¿Y cómo se puede parar eso
ahorita?
–Hay que crear puentes,
negociaciones, diálogo. Conversar con racionalidad. Hay que tener sindéresis y
entender. Gente de la oposición me manda mensajes, gente del chavismo me manda
mensajes: piden que hagamos un puente y que tratemos de parar esto, porque si
lo paramos ahorita, es posible que después no lo podamos parar. No podemos
esperar que haya miles de muertos, como en Colombia y otros países, para que
sobren esos miles de muertos, miles de familias llorando y de luto, digamos
“vamos a negociar”.
–¿Qué falta ahora?
–Voluntad política.
–¿De quiénes?
–De los líderes.
–¿De ambos sectores?
–Del Gobierno y de la
oposición, pero es el Gobierno el que debe llevar la voz cantante. El Gobierno
es responsable de la legalidad. Es el responsable de construir espacios de paz,
y para eso tiene que llamar a la oposición.
–¿Qué debe hacer el Gobierno
ahora? ¿Parar la convocatoria a la constituyente?
–Llamar a un referéndum.
Preguntarle al país: ¿queremos constituyente? No. ¿Qué queremos? ¿Elecciones
regionales? Que la gente decida. Aquí se están tomando decisiones
trascendentes, en una democracia que se supone participativa y protagónica, y
al pueblo no se le consulta nada. Sigue siendo un objeto.
Razones para protestar, no
para matarnos
–¿Tienen razón quienes están
en la calle protestando?
–Razones para protestar hay
muchas. Lo que no va a haber nunca son razones para matarnos. Recuerdo en 2014
cuando llegué a San Cristóbal y vi aquel desastre, y lo primero que les dije a
todos los tachirenses fue: “Habrá razones para molestarse, pero no hay una para
matarnos”.
–Usted les está dando la razón
a quienes están protestando en la calle.
–Es que hay razones para la
protesta. Lo que no hay razones es para el vandalismo, para la violencia
armada. ¿Cómo no podemos protestar? ¿Cuánto le dura a una persona el sueldo mínimo
cuando va a un automercado? Le puede durar un día. ¿Cómo no podemos protestar
cuando la gente no consigue para hacerse la diálisis? ¿No consigue medicinas
para la tensión?
–¿Hay razones para protestar
pero no para el vandalismo?
–Sí.
–¿Qué le diría usted a la
oposición que convoca protestas hoy, protestas mañana?
–Que piensen bien lo que están
haciendo. Está bien que protesten, pero ¿cómo ellos no se deslindan de esos
saqueos? Tienen que deslindarse de eso. Tienen que ver cómo controlan a los
extremistas de su lado, como el gobierno debe controlar a los extremistas del
suyo.
–¿Por qué lo dice?
–¿Lo que vimos en El Valle? Al
final no sé quién mató a quién allí, pero había grupos armados por todos lados
y disparos por todos lados. Delincuencia organizada, gente militante con armas.
Ese es el camino que tenemos que parar. La angustia que tenemos
permanentemente. Yo no creo que la mayoría del liderazgo chavista quiera eso
para el país. Lo que pasa es que están sometidos a una permanente disciplina
partidista que los mantiene allí.
La salida no son los militares
–¿Qué pasa dentro de la Fuerza
Armada?
–La gente piensa que la Fuerza
Armada es una especie de nicho aparte, pero la Fuerza Armada forma parte de la
sociedad. ¿De dónde salen los soldados? ¿De dónde salen los guardias? De los
barrios, de las urbanizaciones, del campo.
–¿Por qué hace esa acotación?
–Porque lo que tú ves en la
calle pasa en la Fuerza Armada. Lo que pasa es que hay disciplina,
subordinación, respeto por la institución y la gente calla, pero claro que en
la Fuerza Armada hay descontento. En la Fuerza Armada, la gente pasa la misma
penuria con las medicinas, con la comida.
–Hay descontento, pero no pasa
más allá.
–Y no debe pasar. ¿Por qué?
Porque la salida a los problemas de este país no son los militares. Yo no he
visto el primer general que se alce y que después les entregue el poder a los
civiles. Eso no existe.
–¿Pero este no es un gobierno
cívico-militar? ¿Quién gobierna: los civiles o los militares?
–Gobiernan los civiles. Te voy
a dar mi criterio de lo que ocurre con la unión cívico-militar. Creo que de un
tiempo para acá la unión cívico-militar se ha malinterpretado. Entonces
pretenden que la unión cívico-militar es mantener a un poco de militares en
cargos públicos. Dijeron que los iban a recoger y ahora hay más. Eso no es
unión cívico-militar. La unión cívico-militar es un concepto de defensa de la
nación; es asumir civiles y militares la corresponsabilidad para defender una
nación.
–¿Eso está ocurriendo ahorita?
–Creo que esa unidad existe.
Lo que está ocurriendo ahorita es que se ha puesto a la Fuerza Armada en el
área administrativa del Gobierno, y creo que es un error. Hay que empezar a
poner orden en el tema militar.
–La actuación de la Fuerza
Armada durante las protestas, la de la policía, ¿cómo la califica?
–Creo que es necesario un
puente para evitar que se enfrenten jóvenes con jóvenes. Los guardias son
muchachos de 20 años. Los que están protestando son muchachos también. Muchos
de los que están protestando terminan yéndose del país y los guardias siguen en
su misma condición. Hay que resolver este nudo. No podemos seguir enfrentando
venezolanos contra venezolanos.
–Se ha hablado de lanzarles
excrementos, incluso. ¿Qué consecuencia podría tener?
–Creo que eso desmoraliza
mucho a las fuerzas de seguridad. Y puede inclusive generar más exacerbación de
esa fuerza, más represión contra la gente.
Elecciones, no constituyente
–¿Adelantar las elecciones
presidenciales?
–Creo que eso no soluciona
nada. Hay que cumplir lo que está en la Constitución. ¿La Constitución dice que
hay elecciones de gobernadores? No sé por qué no se han hecho. Hay que
hacerlas. La Constitución dice que se acabó el periodo y se acabó. ¿Qué no
conviene? ¿De cuando acá las elecciones en democracia se hacen cuando conviene?
–¿Usted llamaría a hacer las
regionales?
–Lo que está en la
Constitución: las regionales, las municipales. Y en 2018, las presidenciales.
Estoy seguro de que si el CNE lanza un cronograma electoral hasta 2018 el país
empieza a entrar en la calma. El país siente una gran angustia porque cree que
aquí no va a haber elecciones más nunca. Eso es lo que tiene la gente en la
cabeza.
–¿Tiene razón la gente para
pensar eso?
–El gobierno, que suspende las
regionales y ni siquiera las menciona, no habla de las municipales y no
presenta un cronograma, crea suspicacia. El CNE debería asumir su autonomía de
verdad para que se acabe este desastre.
–¿Un año y medio más del
gobierno el país lo resiste?
–Creo que los venezolanos
hemos pasado por muchas circunstancias, desde 1998. Chávez ganó las elecciones
en 1998 y empezaron a conspirar: paro petrolero, huelga general, golpe de
Estado, paramilitares. Aquí se ha vivido de todo. Yo llamo a los venezolanos a
que, toda esta experiencia, por mala o buena, tiene que ayudarnos a madurar
como sociedad.
–¿Hay que esperar año y medio?
–Los caminos verdes que han
señalado, cada vez que a estos señores de la oposición se les ocurre buscar
alternativas, “la salida”, todo termina en violencia, en muertes, en heridos de
los más pendejos. Hay que ajustarse a la Constitución. Eso es lo que tenemos
que hacer.
–¿Tiene puentes con la
oposición?
–Con todos los sectores.
–¿Con el chavismo?
–Con el chavismo más, porque
es mi origen.
–¿Con el Gobierno?
–Ahí si no. Sin embargo, converso
con algunos. Hay temor de acercarse, porque hay un discurso muy agresivo. La
política se ha degradado a decir que eres un pelucón o que eres un corrupto
vagabundo. Pero no hay debate de ideas, no hay debate sobre cómo vamos a salir
de la crisis económica.
Constituyente militar "es
un disparate"
–¿Qué piensa de la
constituyente militar?
–Creo que es un disparate.
–¿Por qué?
–Porque la Fuerza Armada está
definida en la Constitución. Los cambios que se puedan hacer en la Fuerza
Armada no necesitan cambios en la Constitución.
–¿Eso crea descontento en la
Fuerza Armada?
–Habrá que esperar. El
Presidente tiene hoy (miércoles) reunión con los generales y con el doctor
Hermann Escarrá. Supongo que van a hablar de la constituyente para convencer a
los generales de que esto es necesario para la Fuerza Armada. Esperemos a ver
qué pasa.
–Usted estuvo al frente del
Sebin. ¿Qué piensa de la actuación de este organismo ahora?
–Creo que al Sebin le dijeron
“media vuelta, mar…” para atrás. Cada día se parece más a la Disip de la Cuarta
República.
–¿De quién es responsabilidad
eso?
–Del director general. Al
Sebin le habíamos cambiado el perfil policial, habíamos eliminado la chapa
policial porque un servicio de inteligencia no usa la chapa policial. Los
perfiles de ingreso los habíamos llevado solamente a profesionales
universitarios, porque los servicios de inteligencia son un radar con capacidad
para alertar al Gobierno ante amenazas a la seguridad del Estado.
–¿Están funcionando así ahora?
–Por lo que yo veo, no.
Evalúa su posible candidatura
–¿Quiere ser candidato
presidencial?
–Lo estamos pensando. Hay un
equipo que me acompaña por todo el país, militares retirados y civiles. El
movimiento ha ido creciendo aceleradamente. Es un movimiento amplio porque hay
gente de todas las corrientes: gente que viene del Polo Patriótico, gente que
viene de la MUD, independientes, con un mensaje: en esta crisis, anteponer los
intereses nacionales a los intereses personales. Romper ese dominio que tienen
los extremistas en el comportamiento social. Y aglutinar todas las voluntades.
Todo eso pasa por reconciliar la sociedad, romper con el resentimiento. Es
duro, es difícil. ¿Cómo rompes con el resentimiento? Con el perdón. El perdón
es lo único que sana al cuerpo y también al cuerpo social. Y eso requiere de un
liderazgo sólido.
–Entonces sí va a ser
candidato.
–Estamos evaluando. Y si es la
decisión del movimiento que lo sea, lo seremos. Seré el candidato del
movimiento amplio.
–¿Chavista? ¿Opositor?
–Nosotros somos chavistas. Pero
nosotros reconocemos los errores cometidos.
–¿Por qué piensa que la
oposición va a votar por usted?
–Porque lo hemos sentido. Las
bases de la oposición ya no se sienten reflejadas en esos líderes que los
llevan de barranco en barranco.
–Usted dice que representa un
chavismo que está pensando en los errores cometidos. ¿Cuáles son esos errores?
–Manejo económico. No puede
ser que a esta altura no hemos corregido el tema cambiario. Cada vez que me
muevo por el país se me acerca gente de oposición. Yo no pido que se juramenten
como chavistas. Les pido que se juramenten como venezolanos, como bolivarianos.
Eso es necesario para superar esto.
11-05-17
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