FRANCESCO MANETTO 11 de junio de 2017
El
presidente de Perú, Pedro Pablo
Kuczynski (Lima 1938), está a punto de cumplir un año de mandato.
Cuando asumió el cargo, en julio de 2016, prometió “una revolución social” que,
asegura, sigue siendo uno de los objetivos centrales de la legislatura. El
acrónimo de su nombre, PPK —como se le conoce popularmente— es el mismo que el
del partido que fundó, Peruanos Por el Kambio. Kuczynski, execonomista del
Banco Mundial y formado en Oxford y Princeton, recibió a este periódico en el
Palacio de Gobierno de Lima hace dos semanas. Este lunes comienza su primera visita oficial a
España. Se reunirá con el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y
participará en el foro El Perú del futuro, organizado por EL PAÍS.
Pregunta. Perú
lleva años creciendo por encima de otros países de la región. Aunque el FMI ha
rebajado sus previsiones, ¿se cree a quienes continúan hablando de “milagro
peruano”?
Respuesta. No
creo que haya ningún milagro peruano, sí hay un resurgimiento después de años
de malas políticas económicas. Durante el Gobierno militar, después del
establecimiento democrático de los ochenta, se mantuvieron controles al
crédito, controles a los precios, subsidios, empresas estatales que andaban muy
mal. Todo eso incidió en un déficit fiscal muy grande que siguió a todo lo
largo de los setenta y los ochenta, y el cambio de timón se dio en los noventa.
Pero los cambios más profundos se hicieron en la primera década de este siglo.
Ahí empezaron realmente las concesiones en infraestructuras y se hicieron
grandes cambios financieros, que siempre son tema de discusión. Eso es lo que
le ha dado al Perú el grado de inversión.
P. Pero
usted dijo que ahora necesitan una “revolución social”.
R. Yo
hablé en la inauguración [de la legislatura] de la revolución social. Son
palabras un poquito poéticas, pero la verdad es que sí necesitamos hacer cambio
en educación, en salud pública y agua potable, y se ha empezado. En seguridad
lo mismo, los indicadores que tenemos son una mejora sustancial en percepción
de seguridad, sobre todo de las empresas. Todavía nos falta mucho en el tema
del agua potable, donde estamos atrasadísimos y tenemos un programa grande en
marcha. Y en salud pública, porque la concepción de salud pública que impera en
las ciudades es que tienen que tener un gran hospital y lo que deberían mirar
es lo que se hizo en España, con puestos de salud, de atención primaria,
prevención. La otra cuestión cultural que ha crecido mucho es que cada pueblo
quiere tener su universidad. En Perú hay 150 universidades, lo que parece
absolutamente increíble.
P. Hay
una frase de un politólogo, Alberto Vergara, que dice que en Perú hay
“crispación sin crisis”. ¿Por qué?
R. No,
yo creo que más bien es una cuestión de los editorialistas. La inflación está
entre el 2% y el 2,5%, el crecimiento más o menos en el 3% pero yendo para el
5%. Protestas sociales siempre hay, por ejemplo en el caso de grandes proyectos
mineros que están cerca de zonas agrícolas. Lo que nos frena ha sido que en el
Gobierno pasado se pusieron tantos requisitos burocráticos que la caída de los
precios del cobre a raíz de China ha frenado la inversión minera, pero ahí
estamos a punto de recuperar.
P. ¿Cuál
es el objetivo de su viaje a España?
R. Nuestra
relación con España es óptima. Había tensiones en el pasado por las tarifas
telefónicas, cosas que ya han pasado completamente. Lo que yo quisiera de
España es que conozcan mejor al Perú y atraer aquí grandes empresas constructoras,
porque con el escándalo de Odebrecht, las brasileñas poco a poco pierden aquí
relevancia e importancia y necesitamos reemplazarlas. Ya hay empresas españolas
aquí. OHL, Sacyr, ACS… Ese es mi objetivo. Hay inversionistas que quieren hacer
cosas aquí.
P. Perú
es uno de los países más golpeados por el caso Odebrecht. ¿Qué
coste ha tenido la corrupción?
R. Es
muy bueno que todo esto se destape, porque en otros sitios hay mucha corrupción
y está enterrada debajo de la alfombra. Aquí se destapó en Brasil, cayó el
Gobierno en realidad por otras razones, aunque eso fue parte del entorno del
problema. En Ecuador se ha destapado, en Colombia también, aquí hemos tomado
medidas drásticas y eso tiene un costo. Algunos proyectos se han parado. Eso
tiene un costo en el crecimiento de la economía, pero es mejor tragar el sapo
de una vez y limpiar la casa.
P. Brasil
es un país clave para Perú y toda la región. ¿Le preocupa la crisis que está
atravesando?
R. Muchísimo.
No sé qué va a pasar, Brasil es más del 40% del producto de América Latina.
Entonces tenemos que acompañarlo con nuestros deseos y que todo salga bien.
Otro país importante es México, que es el 30% del producto más o menos, y no sé
cuáles son las perspectivas después de la próxima elección. Ahora, de contrapeso
a eso tenemos Colombia, Perú y Chile, que juntos son más de 100 millones de
habitantes, algo más de un trillón de dólares de producto. Si logramos
juntarnos podemos ser una entidad más unida económicamente. Para hacer eso
tenemos que convencer a Ecuador de que es parte del Pacífico también. Nos
tenemos que abrir. Tenemos que crear un mercado único entre los cuatro países.
P. Usted
gobierna en minoría frente al partido de Keiko Fujimori. ¿Cuál es su horizonte
político?
R. El
Congreso lo domina la oposición. Aquí tiene que haber algún tipo de
entendimiento, porque si la percepción es que el Congreso quiere censurar a los
ministros por cualquier pequeño desliz que tenga, entonces la situación se
torna en ingobernable. El ministro de Transportes [que dimitió en mayo por la
crisis del aeropuerto de Cuzco] ha ido al Congreso infinidad de veces a
explicar, ha sido una cosa realmente increíble los insultos que ha recibido
ahí, insinuaciones, un hombre absolutamente pulcro y transparente se expone a
eso. Yo creo que no hay que llegar a esos extremos de calentamiento. Tenemos
que bajar la temperatura y entender bien cuáles son los objetivos: hacer esta
revolución social, hacer que la economía crezca y mantener la paz en un país
inmenso.
P. ¿Lo
ve factible? Hay también un debate sobre la liberación del expresidente Alberto
Fujimori.
R. Yo
creo que al final todo se va a calmar. Ha habido muchas críticas a que yo juego
con el expresidente Fujimori, porque dije que hay que voltear la página. Yo
creo que sí que hay que voltear la página, estamos estudiando el tema, había
una propuesta en el Congreso para que cumpla su sentencia en la casa, pero esa
propuesta ni siquiera se discutió. Habrá otras formas de encarar esto. Es algo
que estamos estudiando.
P. Tomando
prestada la expresión del Zavalita de Mario Vargas Llosa, ¿cuándo se va a desjoder el
Perú?
R.El
Perú es un proceso que toma tiempo. Si miramos Suiza, que hoy es un país
incólume, casi celestial, hubo una guerra civil en Suiza que duró casi 500
años. Aquí no hay guerra civil, aquí hay un forcejeo para ponernos de acuerdo
sobre hacia dónde vamos y yo sí creo que hay un consenso que poco a poco emerge
de a dónde debemos ir.
UN
“ARBITRAJE” PARA LA CRISIS DE VENEZUELA
El
presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, se muestra especialmente duro con el
Gobierno de Nicolás Maduro y preocupado por la situación de crisis
institucional que atraviesa Venezuela. En su opinión, “el tema fundamental es
que se liberen todos los presos políticos”. “Si no se hace eso no hay diálogo
posible”, considera.
“Si se
hiciera eso, que es una altísima prioridad, creo yo, entonces se puede hacer
que tres países amigos de la democracia nombren a unos asesores y tres países
del otro lado nombren también a gente. Cuba, Nicaragua, Bolivia, y Perú, Chile,
Colombia o Brasil. Y que se haga como un arbitraje. Tres de un lado y tres de
otro. Tendría que ser gente de altísimo prestigio que esté dispuesta a sentarse
por meses o semanas a tratar de buscar un entendimiento y una transición.
Obviamente no se van a sentar en Venezuela. Se pueden sentar en Curazao”.
Esta
es la propuesta del presidente peruano, quien ve en Unasur “un grupo demasiado
sesgado hacia un lado”, al igual que el Centro Estratégico Latinoamericano de
Geopolítica (CELAG). “Yo creo”, resalta, “que hay que hacer algo porque el
barrio [en referencia a la región] no puede tener a un país importante que se
está hundiendo estrepitosamente, y es el país que tiene las reservas petroleras
más grandes del mundo”.
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