Por Jesús Alexis González, 10/07/2017
Tal y como felizmente recordamos, el 2 de Diciembre 2007 el pueblo rechazó
la pretensión “revolucionaria” de conducir
a Venezuela hacia un Estado socialista modelo sobre el cual, en honor a la
verdad no tenían (ni tienen) claridad alguna, solapando dicha ignorancia y
otras intenciones soterradas en el contexto de una oferta electoral marcadamente populista tal como reducir
la semana laboral legal, disminución de la edad para votar, seguro social para
los trabajadores independientes en situación de pobreza, participación directa
de los consejos comunitarios en el gasto público, y un largo etcétera. Luego
de perfilada la “trampa demagógica”,plantearon un referéndum constitucional que partió como iniciativa de H. Chávez a
los fines de modificar 69 Artículos de
la CRBV (33 presentados por H. Ch. y 36 incorporados por la Asamblea
Nacional) equivalente al 20% del total (350)
en un texto constitucional que recién se había aprobado como la “mejor constitución del mundo”; el cual
fue posteriormentesujeto a un referéndum
consultivodiseñado con “edulcorantes
propuestas”donde apenas participó el 55,9%
de la población electoral y un 44,11%
de abstención, luego de una “campaña
política” desarrollada entre el 4 de Noviembre y el 1 de Diciembre de 2007
donde el oficialismo utilizó el eslogan: “Porque
el pueblo, de que sabe, sabe. La reforma es poder eterno para el pueblo”.
El referéndum consultivo se estructuró en dos Bloques,
el A con las propuestas de H.Ch. y
el B con las propuestas agregadas
por la AN, que en conjunto se sustentó en la siguiente pregunta: ¿Aprueba usted
el proyecto de Reforma Constitucional con sus Títulos, Capítulos, Disposiciones
Transitorias, Derogatoria y Final? SI o
NO. Como es conocido, el pueblo rechazóambosBloques
habida cuenta que en el A el SI obtuvo 4.379.392 votos (49,29%) y el
NO 4.504.354 (50,70%), mientras que
en el B el SI obtuvo 4.335.136 votos (48,94%) y el NO 4.522.332 (51,05%); todo ello en un escenario donde hubo una
gran cantidad de boletas en blanco como una forma de demostrar su rechazo a la gestión de gobierno manteniendo
al mismo tiempo su rechazo hacia la llamada “IV República”. El resultado reflejó una disminución superior a los tres millones en los votos obtenidos por H.Ch. con respecto a
lo alcanzado en 2006 (el año anterior) y de 1.200.000 en relación al supuesto número de inscritos en el PSUV;
en un desastroso acontecer (para
ellos) ni remotamente esperado al punto que en Agosto 2007, durante una
manifestación como acto de campaña H. Ch. afirmó: “Vamos a pulverizar a la oposición en el referéndum” apoyando su
creencia, suponemos, por una década donde permanentemente vio crecer los votos
a su favor como resultado de la estrategia
populista de estimular el crecimiento económico por la vía del gasto
público gracias a la cuantiosa elevación del precio promedio de nuestro crudo a
partir del año 2000, al tiempo de restar la debida importancia a la inversión destinada a superar la
obsolescencia, conservación y ampliación del aparato productivo nacionalen
favor de las importaciones como una política de control inflacionario, aunada a
una rígida asignación de divisas (a pesar de la abundancia) utilizada como una “herramienta política-partidista” para
intentar destruir cualquier ente prodemocrático (hecho que desató una brutal
corrupción). Simultáneamente, auspiciaron un atroz plan desarticulado de
expropiaciones y de transferencia de exitosas empresas hacia improvisados “empresarios socialistas” en una
inobservancia intencionada de la ciencia económica que dio inicio a un acelerado deterioro socioeconómico que todavía
no han podido detener, y muy por el contrario nos ha ubicado a nivel mundial
como una de las economías de menor crecimiento del PIB y de más alta inflación,
y que de mantenerse en el poder la “revolución” la tasa pudiere alcanzar en
2008 un 2.000% lo cual facilita
estimar que para Diciembre de ese año un
“pan canilla” costará Bs 29.612.
Del mismo modo, no les impidió la derrota el haber iniciado en 2003
el Sistema Nacional de Misiones
(Misiones Bolivarianas) también impulsado por el aumento del precio del
petróleo a principios de la década del 2000; pero a pesar de la derrota H. Ch. en cadena
nacional expresó: “No retiro ni una sola coma de esta propuesta, esta propuesta sigue
viva. Seguiremos trabajando en favor del Proyecto de Reforma Constitucional
para construir la democracia socialista”. En efecto así lo hicieron por el
camino de la AN, cuando incorporaron mediante leyes, en una manifiesta burla de
la voluntad popular, el 89,8% de las
propuestas rechazadas estando aún pendientes (según ellos) siete artículos relacionados con los
Derechos Económicos, con el Poder Público Municipal, con el Poder Ejecutivo
Nacional, con el Período Presidencial, con el Consejo de Estado, con las
Entidades Descentralizadas, y con la Defensa de la Estabilidad Económica; todas
las cuales (y más) pretenden ahora incorporar (si lo permitimos) mediante un adefesio de asamblea nacional constituyente
(minúsculas intencionales).
Reflexión
Final: La “Negociación política”, entendida como el medio de comunicación que
utilizan las organizaciones sociales con fines partidistas en pro de alcanzar
una decisión consensuada respecto a
un tema político, aislada de
cualquier forma de chantaje gubernamental, constituye después de la opinión expresada con votos la mejor
opción para superar los conflictos que afectan a la sociedad civil, muy especialmente cuando las causas emanan de un pésimo desenvolvimiento gubernamental, que por
razones constitucionales no se debe interrumpir hasta el fin del mandato.
Siendo por tanto, necesaria la presión
del pueblo en la calle exigiendo la renuncia del mandatario como la única
alternativa pacifica viable para lograrlo, y así evitar en lo posible la
presencia de una anarquía (desaparición
temporal del poder público) propiciadora del “dejar hacer ciudadano” que podría traducirse en peores malesque el problema mismo que se aspira
solucionar. De igual modo, en la convulsionada Venezuela de la actualidad,
ha de evitarse la bizantina discusión (“discutir
el sexo de los ángeles”) de corte leguleyesca
en cuanto a que el plebiscito es
ilegal y que debe asumirse como una consulta
popular,al extremo de despreciar el
ejercicio de la soberanía cuando lo que se pretende con el “evento electoral” del venidero 16 de Julio
(que sin duda será de multitudinaria participación) es, en terminología
económica, un “efecto demostración” (efecto
vecino) como vitrina para presentarle
al mundo (y a los nacionales no democráticos) el aplastante rechazo a NMM que ya ronda el 95%, a pesar de lo cual mantiene un empecinamiento por permanecer en el poder (o alargarlo con el
adefesio constituyente) apoyándose en
una atroz represión criminal que ya alcanza el asesinato de 100 hermanos en 100
días de manifestaciones constitucionales y pacíficas.En fin, ha de
mantenerse el “calor de la calle” hasta
tanto se produzca la renuncia de NMM.
Econ. Jesús Alexis González
@JesusAlexisGo10
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