Omar Villalba 13 de julio de 2017
Escribo
este artículo lleno de emociones encontradas, pues la semana pasada ha sido una
muy acontecida. Una donde he visto, como algunas ideas esbozadas por aquí
cobraron fuerza; si duda una coincidencia; pero una muy satisfactoria. Por otro
lado, he asistido al dantesco espectáculo del 5 de julio, y no me refiero al
desfile con aquel militar ultranacionalista, tanto que tenía una bandera de
Cuba en el pecho. Sino a lo que ocurrió en la Asamblea Nacional, donde las
hordas —porque eso no tiene otro nombre— asaltaron el palacio legislativo; tal
como ocurrió hace 169 años; cuando el 24 de enero de 1848 José Tadeo Monagas
asaltara el Congreso. ¡La historia no se repite, pero hay cosas que parecen
cíclicas! O, en su defecto, en Venezuela no hemos abandonado el siglo XIX.
Hubo
otros eventos, que quisiera comentar, y espero poder hacerlo sin comenzar a
divagar. El primero, que me alegra mucho, es la decisión por parte de la UNIDAD
de realizar un plebiscito consultivo para determinar si el pueblo está de
acuerdo con lo que está pasando. Esta, es una herramienta política que tiene
mucha fuerza, pues con esta acción la MUD está haciendo algo que el chavismo no
se atreve a realizar: preguntarle al pueblo ¿QUÉ QUIERE? Algunos han levantado
la voz diciendo que este tipo de consultas no es constitucional. Quienes
esgrimen esto, no saben que la Constitución del 99 le da a la ciudadanía la
capacidad para exigir consultas de esta índole. Aun así, el liderazgo de la
UNIDAD ha señalado que la consulta no es vinculante, cosa que otras figuras
dentro del chavismo ha acotado. Algunos, han dichos que como no es vinculante,
no es más que un mero sondeo de opinión. Visto, desde ese ángulo es cierto;
pero resulta que aquí hay un As bajo la manga.
¿Cuál
es nuestro AS? Sencillo, el peso político que tiene este acto: 1) estamos
consultando al pueblo 2) si esta convocatoria tiene un alto índice de
participación y la próxima elecciones de la ANC Estamental no, será para, el
chavismo, evidente lo siguiente a) ellos no tienen tanta gente como dicen y b)
aquella ANC ha sido, es y será una entelequia, un vulgar invento. Lo que, a su
vez, echará por tierra el gran mito chavista —bueno, ya lo echamos por tierra
esto será un hermoso recordatorio— sobre su ostentosa habilidad para ganar
elecciones. Como sea, este plebiscito dará fuerza, a su vez, a las acciones de calles y por una vez se
pondrá en evidencia la verdadera base con la que cuenta la UNIDAD. 3) Por
último, debo acotar que si nuestra consulta tiene más gente que la
participación de la ANC Estamental; y esta a su vez es inferior a lo que
alcanzado el Gran Polo Patriótico durante las elecciones parlamentarias del
2015; Quedara patente quien carece de base social.
Quien
haya leído algunos de mis artículos previos se habrá percatado de mis
abundantes referencias al libro de George Orwell 1984; las he hecho porque
pareciera que alguien —en este gobierno— se ha leído la novela y ha decidido
hacerla realidad. De verdad, cualquier parecido entre el Insog y el Chavismo
parece mera coincidencia; como diría cierto comediante venezolano: se parecen
igualito. Hago esta acotación, porque el antejuicio de merito a la Fiscal
General de la República que se llevó a cabo este martes 4 de julio en el TSJ
parece algo sacado de esa novela. No pude evitar recordar esa parte donde se
realizan los DOS MINUTOS DE ODIO, aparece el rostro de Emmanuel Goldstein —el
eterno traidor y antirrevolucionario que alguno vez fue uña y curruña del Gran
Hermano— y todos los miembros del partido comienzan a gritarle y ofenderlo,
demuestran cuanto lo odia y todo eso; solo tiene como finalidad que la gente
haga catarsis y descargue todo lo que siente, además de reforzar la fidelidad
al partido. Pues, sin duda, en el show que televisaron todo ese día asistimos a
los DOS MINUTOS DE ODIO, salvo esta vez fue más de una hora y en vez de
Goldstein teníamos a Luisa Ortega. ¡Vamos! eso fue puro teatro, tristemente del
malo. De allí Saab y Carreño directo a Hollywood.
Otro
evento que me pareció patético fue lo acaecido con la vicefiscal nombrada por
el TSJ. Esta niña, porque no me viene a la mente otro adjetivo y uno que no sea
peyorativo, se presta para esa pantomima. Pero, no conforme con ella, esta
criatura se apersona en el Ministerio Público esperando que la reciban con una
alfombra roja, flores, dulces y muchos colores. En vez de eso, le cerraron la
puerta en la cara. La verdad, no sé si reírme o llorar. De lo que si me he
carcajeado, fue lo que ocurrió el viernes, cuando la Vicefiscal entró a las
instalaciones en la maleta de un automóvil, al más puro estilo de una
caricatura. ¡Vamos! algo digno del Coyote Willy, que no pega una con el
correcaminos. Así de patético ha sido esta acción, que pone en evidencia lo
bajo que puede caer una persona con tal de congraciarse con sus amos. Una
mujer, una profesional, una funcionaria con ética no se presta para tal
jugarreta, ni la pantomima inicial, y mucho menos el intento de ser contrabandeada
al MP. De verdad, los chavistas están moralmente quebrados, no les queda
decencia o capacidad para el disimulo.
Para
ir cerrando este recuento, tenemos lo que ocurrió en la Asamblea Nacional,
donde una horda de irregulares y afectos al chavismo entraron al palacio
legislativo; y como los salvajes que son, arremetieron contra quienes allí
estaban conmemorando el Día de Nuestra Independencia. Este acto, se parece al
ocurrido en 1848, pone en evidencia el talante del chavismo. A mí me indignó,
especialmente ver al Diputado Américo Di Gracia bañado en sangre con la cabeza
rota. ¿Acaso aquellos desaforados no tienen padre o madre? Es evidente que no,
y tampoco conocen el respeto, ni para con un lugar tan digno como aquel, ni
para con una persona mayor.
El colmo
de este evento, no es que haya violentado la sede del poder legislativo, sino
que luego ves como lo reseñan por VTV o Telesur, donde nos dicen que los
malvados fueron los Diputados, quienes no dejaron que todos esos niños
inocentes, esos colectivos de paz fuesen a llevar una carta al hemiciclo. El
presidente, y algunas figuras, repudiaron el hecho, pero otros dentro de la
chavismo lo celebraron o justificaron. ¿Ese es el nivel político que tienen?
¿La mentalidad o la forma como ellos creen que debe hacerse política? Ya
mostraron su casta cuando celebraron la vez que obligaron a los manifestantes a
cruzar el Guaire, pero esto es la guinda del pastel.
Sea
como sea, han demostrado lo ruines que son, lo quebrado moral y éticamente que
están. La capacidad que tienen para mentirse a sí mismo —eso se llama
doblepensar— e intentar con todo desparpajo engañar al resto del mundo. De
humanistas y revolucionarios no tienen nada, solo el nombre y las pretensiones,
y de políticos ni de cerca la actitud.
Por
último, el sábado han liberado, después que este ha cumplido la cuarta parte de
la condena, a Leopoldo López. Le han dado casa por cárcel; en lo que pareciera
ser un gesto de magnanimidad. También han liberado a otros presos políticos;
como para reforzar la idea. Este hecho despiertas suspicacias, porque es un
cambio asombro en la forma de pensar del Gobierno. Lo que sin duda es una
suerte de peine, uno que ya se puso en evidencia para dividir a la UNIDAD
especialmente cuando el Ministro de Defensa dijo que esto es producto de un
diálogo. Sí, el tan mentado diálogo secreto que Maduro sostiene con la
oposición. Esa jugada, habría tenido resultado hace tiempo, pero ya a estas
alturas del juego, después de tantas malas pasadas, dudo que sea creíble.
Bueno, lo que si podemos decir o celebrar, es que una familia que tenía ya tres
años rotas se ha vuelto a unir.
Y por
ellos, y otros venezolanos más, es que debemos participar el próximo
plebiscito. Debemos movernos, desde ahora, para movilizar a nuestra gente.
Conminar a participar, difundir la información por las redes sociales, recalcar
el verdadero significado de la convocatoria. Hay que hacerlo para desmontar
toda esta maquinaria disociada que posee el chavismo, para tumbarle su mundo de
colores y poner en evidencia lo que son: una casta, una élite que está
dispuesta a hacer todo lo posible para mantenerse en el poder, y mientras el
resto de nosotros se quede en el polvo chupándose un cable.
¡Nada
que ver! A moverse, a participar. El futuro no los demanda, no debemos fallarle.
Omar
Villalba
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