Redacción 31 de julio de 2017
“No
podía terminar bien lo que tuvo un mal comienzo. La actuación del CNE mostró un
inocultable sesgo político que lo alejan de su deber ser y profundiza la
desconfianza que en esa institución tienen sectores crecientes del electorado.
Quedó así el país con la principal institución responsable de arbitrar sobre
asuntos electorales severamente debilitada”, indicó el Observatorio Electoral
Venezolano en un comunicado público.
Desde
que el primero de mayo de este año el presidente Maduro anunció su idea de
convocar a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el Observatorio Electoral
Venezolano (OEV) y múltiples otras voces desde variados lugares y posturas han
venido señalando irregularidades, inconsistencias, improvisaciones, ilegalidades
y hasta inconstitucionalidades como características del proceso que ayer
domingo alcanzó su clímax. El 28 de este mismo mes el OEV en comunicado público
enumeró las principales. El CNE, que debería garantizar la pulcritud y
transparencia de todo el proceso, estuvo muy lejos de lograr esa meta. Muy por
el contrario.
“Si se
contrasta el comportamiento del Poder Electoral el pasado año 2016 ante el
intento de importantes sectores de la sociedad por convocar a un referendo
presidencial con lo ocurrido desde el primero de mayo, se ven notorias e
imperdonables diferencias. El año pasado, de manera reiterada, el CNE interpuso
dificultades y obstáculos para demorar y finalmente suspender, un derecho
contemplado en el art. 72 de la constitución. Así mismo, sin mayor
argumentación, decidió también -violando expresas disposiciones
constitucionales- suspender las elecciones regionales pautadas para diciembre
de ese año. Sin embargo, para la organización y realización de las elecciones
para la ANC, el CNE demoró apenas tres meses. Para ello, como ha señalado en
varias oportunidades el OEV, se saltó pasos y comprimió lapsos a fin de lograr,
ahora sí, esa ambiciosa meta. Pero ello, muy desafortunadamente para el país,
fue hecho a costa de su prestigio y reconocimiento propio, mostrando un
inocultable sesgo político”, explicó esta ONG.
En ese
contexto era de esperarse que se presentaran cifras discrepantes sobre los
resultados. Discrepancias que llegan a superar los 5 millones de votos y como
se mencionó arriba, las propias acciones y omisiones del CNE minan su capacidad
de zanjar confiablemente el asunto. “Estimaciones hechas con procedimientos
estadísticos sofisticados, la mayoría de las encuestadoras nacionales y la
percepción que pudo tener cualquier ciudadano que hubiese visto distintos
centros de votación, parecen coincidir en que las cifras presentadas la noche
del domingo por el CNE son abultadas. Pero aun si fuesen ciertas esas cifras,
reconoce el Poder Electoral que en esa elección dejaron de participar alrededor
del 60% del electorado, que es una abstención que casi triplica la de las
elecciones presidenciales de 2012 y 2013”, refirió.
En
opinión del Observatorio, la jornada de ayer, además, no puede describirse como
pacífica. “Muy lamentablemente a lo largo del día y en distintos lugares del
país ocurrieron hechos violentos relacionados con la jornada electoral que
dejaron un saldo trágico de fallecidos superior a la docena, así como múltiples
heridos y detenidos. El primer anuncio oficial de balance de la jornada tuvo,
además, un formato muy ajeno a lo que debería ser una jornada cívica por
excelencia. Transgrediendo el carácter civil de todo proceso electoral en una
sociedad democrática, ese primer balance fue presentado por un grupo
exclusivamente de militares, en traje de campaña y debidamente armados, para
anunciarle al país que ellos aseguraban la autoridad democrática en el país y
que los hechos violentos no quedarían impunes”.
Con
preocupación y angustia el OEV reitera lo ya dicho en oportunidades anteriores:
con la ANC electa ayer los problemas reales de la sociedad venezolana,
económicos, sociales, políticos no parecen avanzar en su superación. Muy por el
contrario, “una ANC excluyente y sectaria aleja la posibilidad que, con la
participación de todos, se supere la crisis que hoy nos agobia. Todavía hoy se
debe afirmar que no se requiere una nueva constitución, debemos todos cumplir
la vigente”, concluye.
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