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jueves, 2 de noviembre de 2017

Petróleo en gotas, por @alexisaponte14



Alexis Aponte 01 de noviembre de 2017
@alexisaponte14

Está en curso un proceso de privatización de la industria petrolera venezolana, la cual se inició en asociaciones

con empresarios privados y empresas extranjeras para que participaran en el negocio de exploración, explotación y comercialización de petróleo especialmente en la Faja Petrolífera del Orinoco y otros campos con potencial de explotación de crudo pesado.

Actualmente se comenta tras bastidores en los pasillos de la Empresa  otorgarle en calidad de arrendamiento por 10 años  a  la empresa Petrochina  la refinería de Cardón  y a los Rusos representada por Rostnef la refinería de Amuay,  ambas refinerías hoy día propiedad de Petróleos de Venezuela,  con una capacidad de refinación diaria de un millón de barriles diarios de petróleo.

Esta operación desde el punto de vista financiero no es cuestionable. Lo censurable estriba, que tratándose de una parte importante del patrimonio de PDVSA, se negocie en las tinieblas y a espaldas del país nacional, algo tan sensible y medular como el proceso de refinación de la industria. Las razones que justifican dicha operación se pueden puntualizar en:

  • Razones de carácter administrativas y gerenciales. Este estado venezolano ha demostrado incapacidad para manejar con acierto la principal industria del país.
  • El estado venezolano como accionista principal de PDVSA, no está en capacidad de realizar los aumentos de capital requerido por que no posee los dólares necesarios.
  • Las inversiones que demandan esos centros de refinación son cuantiosas y se estiman por algunos expertos en unos 10.000 millones de dólares.
  • Una fuente de financiamiento podría ser los mercados de deuda externa, pero en estos momentos no tenemos acceso a los mismos, por las medidas y represalia tomadas por el gobierno americano con todo aquel que comercialice o negocie con Venezuela. Además, dada la situación financiera de PDVSA, haría muy costoso apalancarnos con deuda.
  • Arrendar ambas refinerías debería implicar en los contratos la obligación por parte de Chinos y Rusos, en hacer las inversiones necesarias para modernizar ambas plantas.
  • Es muy posible que de darse dichos arrendamientos, las condiciones incluyan un refinanciamiento de la deuda contraída por PDVSA con ambos países, la cual es cancelada con embarques de crudos.
  • El arrendamiento y su respectivo canon, debería proveer de flujo de caja en divisas al gobierno que ayudaría a su ya precaria liquidez, además de evitar los gastos correspondientes a mantenimiento periódico.
Como siempre la economía real se impone y dada la realidad financiera del gobierno se están produciendo cambios en el negocio petrolero, que “pasito a pasito” conlleva una nueva arquitectura de negocios y disimula un proceso de privatización en la industria.

De ser este rumor cierto y lograr un acuerdo, es una extraordinaria oportunidad para que el estado venezolano, se decida a hacer una reestructuración de su condición de propietario de unas cuantas centenares de empresas que producen a pérdida, que prestan mal servicio y que maltratan a los usuarios y clientes con un producto y servicio de mala calidad.

Podríamos continuar con CANTV, Corpolec y las empresas básicas, que hoy día ya no son ni básicas ni estratégicas.  Estamos seguros que tendríamos un mejor servicio de agua potable y un mejor servicio de telecomunicaciones.  

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