Por Leonardo Morales
Terminó el 2017 con la
aparición de una inusitada moralidad en las esferas del poder que pareciera,
parafraseando a Fukuyama, que una espora proveniente del espacio exterior llegó
infectando al cuerpo político gubernamental, dotándolo, ahora sí, de una clara
comprensión del bien y del mal. Han podido, gracias a la espora, convertirse en
sujetos de bien y paladines de la justicia.
La historia de la corrupción
requeriría de muchas páginas y la de ese fenómeno en Venezuela de una buena
cantidad de cuartillas. Desde hace mucho en Venezuela dejó de observarse toda
normativa que condujera a una transparencia en las contrataciones públicas y,
en muchos casos, se acude a subterfugios para saltarse cualquier tipo de ley o
reglamento.
Los estudios sobre la
corrupción en el mundo indican que más de las dos terceras partes de los países
no cumplen con prácticas sanas en el ejercicio de la función pública y en esa
materia Venezuela no es una excepción ubicándose entre los países con peores
indicadores.
Durante el año que recién
termina el mundo fue sacudido con asaz escándalos de corrupción. Los Panamá
Papers, investigación adelantada por comunicadores sociales de diversas
naciones, pusieron al descubierto un entramado de cuentas en las que
aparecieron involucrados empresas y políticos de diversas naciones. En Brasil,
la empresa petrolera, Petrobras, enlodó la política local y algo más, y se
llevó por delante a Lula y a Dilma Rousseff. La misma Petrobras acaba de
acordar una compensación por 2.950 millones de dólares a unos inversores
afectados por el escándalo de soborno y corrupción.
Del gigante sureño también
surgió una batahola que sacudió y sacude toda la región. La Constructora
Odebrecht se hizo, con el apoyo de los revolucionarios brasileros, de enormes
contratos; muchas veces se dijo que el expresidente Lula venía a Venezuela a
interceder por pagos pendientes del gobierno de Chávez. Lo señalado por Marcelo
Odebrecht, ante los tribunales de justicia, en materia de sobornos y
corrupción, involucra a importantes sectores del mundo político regional que
incluye expresidentes y hasta presidentes de diversas tendencias.
La opacidad o transparencia
que van adquiriendo los países va acompañada con el rasgo del gobierno de
turno, según desprende de los informes de Trasparecía Internacional; cuando los
líderes que arriban al poder provienen del populismo y derivan en regímenes
autocráticos, descienden en sus puntajes, caso distinto, como en el de
Argentina, que con Macri ha visto recuperar sus indicadores.
Sí bien la corrupción está
instalada en todo el mundo es difícil creer que los revolucionarios del siglo
XXI, luego de 18 años de saqueo al erario público, se aparezcan, en acto de
arrepentimiento, a desenvainar la espada para liquidar a los corruptos, a esos
funcionarios que desde bien temprano con Chávez disfrutaron, y hasta hace
unos días con Maduro, del ejercicio del poder.
Cómo no creer que se trata de
una vendetta entre pares. Cuando el fiscal con cara de Perry Mason solicita
juicio y cárcel a quienes hasta hace muy poquito eran sus socios de gobierno,
le saltan acusaciones respecto a la adjudicación de contratos a dedo limpio
mientras ejercía la gobernación del estado Anzoátegui.
El gobierno de Maduro y su Fiscal
solo nos dicen que el gobierno de Chávez fue el más corrupto del 58 hasta el
presente. Eso es verdad, no se duda, se comparte plenamente, pero este gobierno
no es distinto al anterior, es su continuidad. Una verdadera joya fue ver a
Maduro anunciándoles a los alcaldes recién electos que podrían ejecutar
presupuesto sin el estorbo que significaba la ley. Se babearon, gritaron a
rabiar ante el decreto madurista de opacidad administrativa.
La administración de justicia
brasileña sigue sus investigaciones y Marcelo Odebrecht sigue su recital. Allí
no estorban las leyes. De allí saldrán a relucir otros flamantes coimeros y
sobornadores. Todo parece indicar que el gobierno venezolano no podrá obtener
una carta de buena conducta y, por cierto, pareciera que tampoco se le firmará
a algunos opositores.
06-01-18
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico