Américo Martín 06 de agosto de 2018
Se
equivocan los que venden a los jóvenes del presente resonancias revolucionarias
mil veces desmentidas por la realidad (la razón) y también quienes los creen
propensos a extremismos apasionados. La pasión es una palanca de transformación
pero, vuelta contra la razón, la desquicia así jure lo contrario.
En
estos días fue invitado –junto con valiosos líderes de distintas ubicaciones- a
un intercambio con muchachos y muchachas del Congreso juvenil. Su filiación
política es variada y muy amplia. Demuestran gran capacidad de liderazgo y
ejemplar independencia de criterio. ¡Guay de quien intente manipularlos
sesgándolos a tal o cual fragmento de los que, por desgracia, proliferan en el
universo político!
El
totalitarismo tiende a unificar las diferencias de sus opositores. Una buena
dirección lo aprovecha, una mala, no. En las democracias se alienta la
competencia que al final resuelve el sufragio
La
Reforma Universitaria de Córdoba (1918) conectó al estudiantado latinoamericano
con la inteligencia creativa, el desarrollo diversificado, la cultura, la
democracia y la solidaridad hacia los marginados y perseguidos. Unió
estrechamente pasión y razón, subrayando que aquella impulsa pero ésta dirige.
Por todo eso pasó a la historia.
- La juventud vive siempre en trance de
heroísmo” dice su Primer Manifiesto.
Y no
es cuento. Ese heroísmo se complementó con la densa racionalidad de su
programa. Semejante simbiosis se expandió por América Hispana, y más allá.
Proyectada al bravo movimiento universitario venezolano de 1928, 1936, 1952,
1958 y los años corridos bajo la tragedia de las dos últimas décadas, explica
la racional tenacidad democrática de nuestros estudiantes y el fracaso de la
brutal represión que infructuosamente ha pretendido acallarlos.
Desde
el absolutismo gomecista el país ha conocido tres “causas nacionales”: contra
Gómez, contra Pérez Jiménez y contra el régimen actual. El totalitarismo tiende
a unificar las diferencias de sus opositores. Una buena dirección lo aprovecha,
una mala, no. En las democracias se alienta la competencia que al final
resuelve el sufragio. Dado que las pugnas naturales en democracia no aplican a
modelos de fuerza y perpetuidad, algunos no entienden cómo un gobierno
rechazado por 80% y minado hasta los tuétanos, sigue en su “ley”. De allí la
suspicacia que rastrea fantasmales complicidades y desestima la importantísima
disidencia chavista.
Es
deber de todos conquistar unidos la libertad para garantizar de veras los
derechos. Las causas históricamente nacionales generan o deberían hacerlo un
“espíritu” especial
Es un
privilegio luchar en tiempos de unificación nacional. La forma democrática de
tramitar diferencias no calza en el zapato chino autocrático. Es deber de todos
conquistar unidos la libertad para garantizar de veras los derechos. Las causas
históricamente nacionales generan o deberían hacerlo un “espíritu” especial. El
afecto entre los jóvenes luchadores del año 28 cimentó la transición
democrática de 1936 a 1948. El espíritu del 23 de enero de 1958 aseguró, con
sus pro y contra, cuarenta años de democracia.
- Volvamos al espíritu del 23 de enero,
pidió Rómulo Betancourt tras el bestial atentado contra su vida preparado
por el tirano de los tiranos: Rafael Leónidas Trujillo, pecho cuajado de
medallas refulgentes cual “chapitas” de refresco.
Nuestros
jóvenes, otra vez, construyen la más fraternal unidad, ya presente en sus
palabras, actos y hechos como el de pertenecer a todas las tendencias, incluso
el chavismo disidente, sin sectarismo ni absurda rivalidad.
No son
buscadores del Arca Perdida. Son el Arca y la unidad misma.
Américo
Martín
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