Páginas

viernes, 4 de enero de 2019

Francisco Sucre: Estamos negados a cualquier diálogo cuyo objetivo sea oxigenar a Maduro por @contrapuntovzla



Por Vanessa Davies


Cualquier negociación debe ser para celebrar nuevas elecciones presidenciales, subraya el presidente de la Comisión de Política Exterior de la AN

No es un hombre de gritos o de insultos. Su fuerza como político parece estar centrada en los argumentos, en un discurso en el que no se sube la voz pero sí las razones. Francisco Sucre, presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional (AN), insiste en que las presiones internacionales a partir del 10 de enero deben llevar a una negociación y a elecciones presidenciales en otras condiciones.

Pero esa negociación no debe ser para que el presidente Nicolás Maduro gane tiempo, subraya el dirigente de Voluntad Popular (VP) en conversación con Contrapunto realizada el pasado 17 de diciembre, en el contexto de un foro sobre política exterior venezolana organizado por el Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (Covri).

Sucre afirma que el Gobierno de “Maduro no ha tenido una política exterior”, sino “acciones exteriores” que califica de “reactivas, entreguistas y de sobrevivencia”. Ejemplo de eso es lo hecho en el Arco Minero del Orinoco, con la cesión de recursos “al mejor postor”. En el Gobierno “están entregando nuestra riqueza al mejor postor por un puñado de dólares” porque “están en una situación de asfixia financiera”, acusa.

No es solo la caída de la producción petrolera, sino el endeudamiento “por cerca de 156 mil millones de dólares”, con el riesgo de que los acreedores se unieron en un comité para cobrarle a la república. Sucre expone que se vencieron 9 mil millones de dólares, y otros 60 mil millones están por vencerse, y “con las señales que está enviando el Gobierno venezolano los acreedores temen” por su dinero.


—El Gobierno tiene el apoyo de Rusia y de China.

—Esos son apoyos políticos. Evidentemente Putin está usando al Gobierno venezolano, y a Maduro en particular, como una especie de satélite en esta confrontación que tiene con Estados Unidos (EEUU). Esto reedita, salvando las distancias, a lo que pasó entre la URSS y Estados Unidos durante la Guerra Fría, pero los compromisos de dinero fresco a Venezuela son nulos.

—Pero el apoyo político puede sostener al Gobierno. 

—Está bien, Maduro se está refugiando en eso. Por eso te digo que es una política exterior reactiva: como tengo la condena de todo el hemisferio, de Europa, reactivamente salgo a refugiarme en los brazos de Putin. Por eso te decía que la política exterior venezolana, si la podemos catalogar de alguna manera, ha sido reactiva, de sobrevivencia y entreguista. Ahí está el caso de Guyana: Exxon Mobil sigue en la zona. Van a hacer sísmica en 12 mil kilómetros cuadrados que están, no en la proyección del Esequibo, sino del Delta Amacuro. Y hay que recordar que esas empresas petroleras están en Guyana porque el presidente Chávez, en 2004, en una visita que hizo a Georgetown, le dio permiso al Gobierno de Guyana para que explotara.


Que no se vayan

En 2018, a juicio de Sucre, hubo “un reconocimiento mundial a la gravedad de la emergencia humanitaria compleja que estamos viviendo”, reconocimiento que se tradujo en el nombramiento de un representante de la ONU para atender la crisis migratoria venezolana; en el informe del alto comisionado de derechos humanos de Naciones Unidas (con base en el cual se instó a la nueva alta comisionada, Michelle Bachelet, a visitar el país); en las estimaciones del éxodo de venezolanos.

“Hay una legislación, en estos momentos, en el Congreso americano; van a introducir un proyecto de ley para la recuperación de la democracia en Venezuela, que incluye el establecimiento de un fondo, de todo el dinero que se pueda recuperar producto de la corrupción abismal”, para “la reconstrucción de Venezuela una vez que restablezcamos la democracia” y para atender la emergencia humanitaria.

El parlamentario critica la posición del Ejecutivo venezolano de plantearles a los diplomáticos extranjeros que se marchen de Venezuela si no están dispuestos a reconocer el nuevo mandato del presidente Maduro.

—¿Usted les diría que se vayan?

—No. En absoluto. Ya le planteamos al cuerpo diplomático, desde la comisión, que su permanencia en Venezuela es muy importante porque son testigos de excepción en esta violación sistemática de derechos.

—Es decir, ¿que pase lo que pase el 10 de enero, que se mantengan?

—Es más: ninguno ha planteado realmente irse por completo. Ellos han planteado reducir la presencia. Pero bajar la santamaría ninguno lo ha planteado.

—El presidente les dijo que se vayan.

—Claro, esa es la situación ideal para ellos. Una situación como la de Corea del Norte, en la que puedes hacer lo que te dé la gana, que es lo que quiere seguir haciendo Maduro y su gobierno: seguir violando sistemáticamente los derechos humanos sin ningún tipo de ojos exteriores que puedan atestiguar lo que está pasando. Eso no creo que pase. Pero sin duda la presión internacional va a seguir aumentando exponencialmente. El Gobierno no se puede seguir excusando en conceptos tan fuera de la realidad política del siglo XXI como el de la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia.

Otra etapa

—¿Pero las sanciones no están haciendo sufrir a las grandes mayorías de la población?

—En absoluto. Hasta ahora las sanciones han sido, fundamentalmente, para funcionarios corruptos y violadores de derechos humanos.

—¿No hay sanciones contra el Estado?

—Estados Unidos ha sancionado ya a 67 funcionarios. La Unión Europea ha sancionado a 18 y Canadá a 14. Hay una resolución de embargo para evitar las operaciones del oro, y todos sabemos quién está manejando el oro en Venezuela: el crimen organizado. Eso no afecta a la población. El oro venezolano en casi 98% sale por el contrabando de extracción. No le queda al país absolutamente nada. Sale por contrabando de extracción controlado por grupos paramilitares y guerrilleros. Ese oro no está financiando ningún programa social, ni están comprando alimentos. Con el oro están financiando una economía criminal. Lo que sí están haciendo con el oro es el ecocidio en el Arco Minero del Orinoco. En la Asamblea Nacional ya aprobamos una ley que deroga el decreto de creación del Arco.

—¿Nada de esto va a cambiar el 10 de enero?

—El 10 de enero se abre otra etapa. Va a aumentar exponencialmente la presión internacional, porque Maduro, a partir del 10 de enero, para la gran mayoría de los países democráticos del mundo va a ser considerado un presidente de facto.

—Pero igual lo van a recibir, van a reunirse con él.

—Eso es lo que hay que ver. La información que tenemos es que, por parte de los países que han desconocido las elecciones del 20 de mayo, ese desconocimiento va a tener acciones concretas.

—¿Hacia dónde van a conducir esas acciones?

—Aspiramos a que esa presión conduzca a una negociación política, cuyo único objetivo es la celebración de elecciones en el cortísimo plazo en Venezuela, con un CNE transparente que podemos designar en la Asamblea Nacional. Y que sean los venezolanos los que puedan expresarse. Queremos una elección transparente, sin partidos políticos ilegalizados, sin presos políticos.

La AN debe ser el centro de la transición

—Para designar un nuevo CNE tienen que ponerse de acuerdo Gobierno y oposición.

—Ahí está la Asamblea Nacional. Eso es lo que estamos buscando: presionar para una negociación. La AN va a ser el centro de gravedad de la transición en Venezuela.

—¿Cómo se pone de acuerdo la AN internamente, si hasta se habló de desconocer el acuerdo interno para la directiva de la AN?

—En absoluto. El acuerdo está blindado. El 5 de enero el presidente de la Asamblea va a ser el diputado Juan Guaidó. La primera vicepresidencia la asume Acción Democrática, y la segunda le toca a Un Nuevo Tiempo.

—¿No habrá cambio?

—No debería haber cambio. Hay algunas voces, que no tienen la fuerza parlamentaria para imponer un desconocimiento. Pero las fuerzas fundamentales del Parlamento estamos de acuerdo, y todos vamos a votar por esa nueva directiva. La AN es el único organismo legítimo a partir del 10 de enero; el único con legitimidad de origen. Tiene que ser el centro de gravedad para la transición. Si a través de la presión internacional, la presión interna, se logra la negociación, es muy sencillo: ellos tienen 55 diputados…

—¿Usted es partidario de que se incorporen?

—Claro. Que vayan a votar; designamos –como dice la Constitución– un comité de selección de nuevos rectores del CNE y designamos a cinco personas que realmente sean independientes, que sean apartidistas. Así podemos estar convocando un proceso electoral para el segundo semestre de este año.

—¿Y mientras tanto quién gobierna?

—Eso es parte de la negociación. Si el Gobierno accede a una negociación de esa naturaleza, pudiese ser que Maduro gobierne hasta que vayamos a unas elecciones que estamos seguros de que las va a perder. Pero tienen que entender que perder unas elecciones en Venezuela no tiene que constituir necesariamente una tragedia, porque así lo entienden ellos. En una democracia normal hay alternabilidad en el poder, y hoy día ellos saben muy bien que la mayoría del pueblo venezolano quiere un cambio, y ese cambio tiene que expresarse electoralmente. La presión internacional está orientada en ese sentido. Lo ha dicho la alta representante de la UE, Federica Mogherini.

—Pero ella habló de un grupo de contacto.

—¿Y ese grupo de contacto para qué es?

—¿Ustedes quisieran hablar con ese grupo de contacto?

—No se ha establecido todavía. Lo que sí te puedo decir es que nosotros estamos absolutamente negados –y así se lo hemos dicho a la comunidad internacional– a cualquier tipo de “diálogo” cuyo objetivo sea oxigenar a Maduro, o darle estabilidad en el caos a Maduro, o con el cual Maduro pueda comprar un poco más de tiempo.

—¿Diálogo es? ¿Negociación es para?

—Para nuevas elecciones en condiciones internacionales, como las que tuvieron Brasil y México.

—Dirigentes del chavismo insisten en que la AN debe salir del desacato.

—Ese desacato fue un invento ilegal e inconstitucional del o desde que está en política. Aquí el que está en desacato es el Gobierno nacional.

—¿Cómo se ponen de acuerdo para destrancar eso?

—Como ellos controlan el TSJ, si hay un acuerdo político, una negociación para ir a elecciones, evidentemente eso incluye el reconocimiento inmediato de la AN, porque ellos inventaron la figura del desacato para pasarle por encima a la voluntad popular que eligió 112 diputados en 2015.

—¿Repetir las elecciones en Amazonas?

—¿Qué pasa cuando supuestamente hubo fraude en una elección en cualquier parte del planeta? Se repiten las elecciones en el corto plazo. No vas a repetir las elecciones cuando faltan dos meses para que termine la legislatura.

Problema global

—¿Vienen días decisivos?

—Sin duda. Y la situación económica es otro factor que va a generar una gran presión.

—Maduro se puede juramentar ante el TSJ.

—Eso también es inconstitucional. La Constitución dice taxativamente que el presidente de la República tomará su juramento ante la AN.

—Puede haber una decisión del TSJ que diga otra cosa.

—Eso es parte de la sumatoria de violaciones de la Constitución. Violándola, pueden hacer lo que les dé la gana.

—Hay dos caminos: o el presidente busca el acuerdo político para elecciones, o continuar en esta situación.

—Y no va a ser reconocido por nadie.

—Pero será presidente por la vía de los hechos.

—Eso es lo que estamos enfrentando en Venezuela. Una dictadura que no reconoce la Constitución y las leyes. Esa dictadura está originando que 8 millones de venezolanos puedan estar fuera de Venezuela, lo que afecta a los países de la región y la estabilidad global. Ya esto pasó de ser un problema estrictamente venezolano para ser un problema regional y global. La presión va a aumentar, y nosotros vamos también a presionar. No nos vamos a rendir nunca para restablecer la democracia en Venezuela.

03-01-19




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico