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sábado, 12 de enero de 2019

“Vivimos en dictadura y para la transición necesitamos al chavismo” por @victoramaya



Por Víctor Amaya


El presidente de la Asamblea Nacional busca abrir caminos para cesar la usurpación del Poder Ejecutivo por parte de Nicolás Maduro



El sábado 5 de enero Juan Guaidó asumió como presidente del Poder Legislativo, y su primer anuncio fue que desconoce la reelección de Nicolás Maduro. Desde este 10 de enero, por tanto, la Asamblea Nacional, como el grupo de Lima –13 países del continente–, Estados Unidos y la Unión Europea, lo considera un usurpador del Poder Ejecutivo.

“Por primera vez desde 1958 Venezuela tiene un gobierno de facto, que no fue electo por el voto sino que secuestró el Estado para beneficio propio”, dijo Guaidó el jueves 10 al terminar la juramentación de Maduro en el TSJ. Durante su intervención, hizo un llamado a la Fuerza Armada Nacional “para que dé un paso al frente” pues “hoy no hay jefe de Estado, no hay comandante en jefe de la Fuerza Armada”.

Guaidó declaró al Poder Legislativo en emergencia y llamó a la sociedad a buscar “la aplicación efectiva de esta Constitución” admitiendo que “no solo depende de la Asamblea Nacional”. Afirmó que “debemos lograr que las decisiones que tomemos desde este Parlamento se puedan ejercer en simultáneo con el apoyo de todos”.

El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela no puede acceder cuando quiere a su despacho en el Palacio Federal Legislativo, controlado por la Guardia Nacional y que usa también la asamblea constituyente chavista. En la sede de su partido Voluntad Popular, fundado por Leopoldo López, recibió a TalCual.



–Ha dicho que en Venezuela ha iniciado una dictadura abierta. El artículo 333 de la Constitución llama a restaurar el estado de derecho. Una suerte de todo vale. ¿Cómo lo entiende la Asamblea Nacional?

–Estamos en una situación de inhabilidad de la Constitución. No hay presidente electo para el nuevo período constitucional. Hay una usurpación y por eso implementamos la Ley de Transición, para llenar este vacío. El elemento más importante es reunir la fuerza necesaria para que cese la usurpación. Nuestro rol, nuestro reto, es convocar a todos los sectores de la sociedad, Fuerza Armada incluida, para lograr eso, construir un gobierno de transición y tener finalmente una elección libre.

–La encuestadora Delphos dice que el rechazo a Maduro llega a 80%. El Frente Amplio opositor ha ido organizando a sectores en las distintas áreas de la vida nacional, ¿qué falta  en este sentido? ¿Sólo los militares?

–Esa es una pregunta interesante porque tenemos años en esta lucha, y siempre la respuesta es  “cuando salgan los estudiantes, cuando los sectores populares bajen, cuando apretemos el botón rojo, cuando declaremos el abandono de cargo, cuando nombremos a los magistrados”. Siempre pareciera que tuviésemos una resolución absolutista. Vivimos en una dictadura, y para la transición necesitamos de todos incluso el chavismo, el que se ha desprendido y el que todavía queda ahí con temor de expresarse porque no tiene una pista de aterrizaje.

–Han anunciado órgano de transición, ¿cómo se va a estructurar y para qué va a funcionar?

–Debe ser lo suficientemente amplio para consultar con todos los sectores, pero también muy específico para ejecutar decisiones a través de la Asamblea Nacional. Porque al final del día es el órgano legislador, el órgano de elección popular, es la Asamblea la que debe articular y dar forma jurídica y legal a una transición que no está prevista en nuestra Constitución. El artículo 233 dice que en 30 días hay que convocar una elección nueva. Entonces, en este escenario, que el CNE no es válido, que el CNE está secuestrado, en 30 días no pudiera ser. No solamente hay que prever el Poder Ejecutivo, sino también los otros poderes públicos necesarios para que sea una elección libre y transparente. De ahí viene ese consejo de restitución.

–¿Ese órgano cuándo nacerá?

–El martes se introdujo el anteproyecto de la Ley de Transición. La gran diferencia entre el PSUV, lo que queda de él, y los factores democráticos es que nos basamos en la Constitución, en las leyes, entonces debe estar articulado en el marco de las competencias del Parlamento nacional, entendiendo el vacío, entendiendo la usurpación y lo que debemos hacer para representar legítimamente al pueblo de Venezuela, salvaguardar los intereses de la nación y también el patrimonio público.

–¿Hay urgencia en lograr su conformación?

–Es que yo creo que no hay que esperar al órgano. El mismo órgano es una construcción política que abre los brazos a todos los sectores. Ahí está el Parlamento nacional, ahí está el liderazgo estudiantil, ahí está el Frente Amplio, ahí está la sociedad. No podemos seguir esperando a que alguien salga, a que alguien baje o a que alguien se aparezca. Yo creo que tenemos que asumir nosotros la responsabilidad, todos los sectores.

–El chavismo ha hablado de la posibilidad de disolver el Parlamento y convocar a elecciones. La idea no fue disputada por Nicolás Maduro. En ese escenario, ¿qué haría la directiva del Parlamento?

–Sería un organismo ilegítimo de un presidente usurpador que convoca a… No sé cuántos errores hay en esa ecuación que no se puede producir.  De nuevo, está secuestrado el estado de derecho y lo importante es rescatarlo. No está en manos de Maduro hoy desconocer al Parlamento, a la política, a la democracia. Es una especie de harakiri político para él. Creo que no tiene hoy el pulso del país, no tiene incluso el pulso interno de su partido, pues hay mucho descontento y divisiones, y al no proteger a nadie hay dudas incluso con respecto a su liderazgo.

–Pero eso también se dijo cuando se anunció la constituyente en 2017.

–Él cruzó esa línea y produjo la crisis económica más grande del continente.

–Pero sigue en Miraflores.

–Como dictador, claro. Ahí el tema es la resolución del conflicto y que cese la usurpación. Entonces, si es determinístico, como lo estas planteando, sigue ahí a sangre y fuego. ¿Cuánto más es sostenible, para él y para su grupo? Sigue sentado ahí y parece que el rancho está ardiendo, si queremos verlo de una manera coloquial.

–El punto nueve del comunicado del Grupo de Lima, que apoya el reclamo territorial de Guyana, ha sido el detonante de toda la retórica desde el gobierno sobre soberanía y traición a la patria. ¿Cómo se entiende ese punto nueve en la Asamblea Nacional?

–Muy controvertido, y en desacuerdo además. Hicimos un llamado al Grupo de Lima sobre ese punto que es muy controversial para el país y que hay que llevarlo con mucha cautela e independencia. El Parlamento ha hecho miles de reclamos y acuerdos. Yo estuve en Anacoco ejerciendo soberanía, no diciendo que la ejerzo a diferencia de quien lo vociferaba, en este caso Padrino López, porque nosotros sentimos la soberanía, la tierra y la patria. Si el suyo fuera un discurso serio, real, bueno se plegaría al parlamento nacional que ha hecho miles de reclamos, ha hecho el seguimiento clave. Entonces no creo que el asunto de la soberanía que ellos plantean sea real, ojalá lo fuera.

–Cuando nació el Grupo de Lima había buena comunicación entre la Asamblea Nacional, la oposición y esos países, había coincidencias y parecía que esa comunidad respondía a las iniciativas que tenía la oposición puertas adentro del país. Ahora esa dinámica cambia y hay diferencias entre unos y otros. ¿Qué pasó con la comunicación entre la Asamblea Nacional y el Grupo de Lima?

–Nos tomó por sorpresa a todos, en Venezuela. Hay que mejorar la comunicación, hay que entregarles además el acuerdo que se produjo en la Asamblea Nacional, para que realmente entiendan nuestras diferencias con ese punto nueve.

–Vimos a dos diputados del polo patriótico incorporarse al parlamento. ¿Hay conversaciones con  más integrantes del chavismo disidente? 

–Parte fundamental de este proceso es la base del chavismo que se ha desprendido. La incorporación de Eustoquio (Contreras) no es una gestión nuestra, sino un tema de respeto a la Constitución.

–¿Hay algún acercamiento del chavismo que sí sea gestión de ustedes?

–Ya se ha visto materializado con Nicmer Evans, con el grupo de (el exministro chavista Miguel) Rodríguez Torres. ¿Ha sido suficiente para lograr el cambio, la transición? No.

–¿Y negociaciones con el propio chavismo en el poder? ¿Con quién hay que hablar del chavismo en este momento?

–No lo tengo claro, si te soy sincero. Yo creo que generar las garantías de salida, hablar de justicia transicional, de plan país, esos son elementos  importantes que pueden terminar de desprender lo necesario para generar la transición.

–¿En el caso de una negociación con sectores del gobierno, qué se pondría sobre la mesa, una elección general que incluya a la Asamblea Nacional?

–Con eso sí hemos sido meridianamente claros y es importante: Elección libre, gobierno de transición, cese de la usurpación. Yo creo que esa es la fórmula para cualquier mecanismo que podemos implementar para un cambio en el país.

–¿Cómo incorporar al chavismo en esa ecuación? Planteado así se entiende como: entrega del Poder Ejecutivo para elegir a quien lo asumirá después. ¿Qué plantear para que haya incentivos al otro sector?

–Precisamente con garantías de salida,  justicia transicional, porque además una elección libre no tiene porqué ganarla la oposición. Y algo importante de una elección libre es que el que pierda no va a la cárcel, no se le desconocen las competencias, tiene una nueva oportunidad, tiene las garantías  constitucionales completas. No es arrebatar sino volver a la Constitución, al estado de derecho.

–Dijo que la cadena de mando militar está rota a partir del 10  de enero. ¿Ha habido eco, respuesta desde el sector militar?

–No hay un eco directo porque no tenemos contacto directo.

–¿Quieren tenerlo?

–Yo quiero tener contacto con todos los sectores de la sociedad que estén dispuestos a colaborar con la restitución de la democracia.

–¿Están buscando contactos con los cuarteles?

–En este momento, no.

–¿La Asamblea Nacional quiere, aspira o busca, de alguna manera, guiar qué tipos de presiones debe ejercer la comunidad internacional al gobierno de Venezuela?

–Lo importante es que cualquier ejercicio de presión o soberanía sea desde Venezuela. Ahora, hay países que tiene jurisdicción propia y que son libres, y de allí derivan las sanciones a violadores o corruptos.

–¿Cuál cree es el tipo de presión internacional que más afecta al gobierno?

–Yo creo que las sanciones lo afectan muchísimo, en lo personal y en lo político.

–Usted milita en Voluntad Popular, un partido político que ha sido calificado como del ala radical, más beligerante. ¿Esa posición se sopesa o se entona de manera distinta desde la presidencia de la Asamblea?

–No, da más responsabilidad. Nosotros siempre hemos buscado articular con todos los factores, y la oposición firme nos ha traído costos que hemos asumido con intereses, y no va a ser distinto en este momento, creo yo. Lo que sí es importante asumir es que el Parlamento son todos los sectores, es la minoría también, es la caja de resonancia del país, que hace leyes, que hace contraloría, pero que también ha vivido un momento inédito, que es no tener un Poder Ejecutivo en simultáneo. Creo que da más responsabilidad la carga histórica que la partidista.

–Y sobre esa carga histórica, ya tiene su primer meme, cuando le acercan muchos micrófonos y da un paso atrás. Luego, se ha dicho que si Freddy Guevara hubiera podido, sería él presidente del Legislativo. ¿Cómo llevar esa presión, esa responsabilidad histórica que le ha tocado?

–Yo tengo nueve años siendo parlamentario. Fui parlamentario suplente en el periodo anterior, fui presidente de la Comisión de Contraloría, fui vicepresidente de la Comisión de la Política Interior, jefe de la fracción de la Unidad, y en estos momentos, presidente de la Asamblea Nacional. En cada una de las etapas hemos cumplido nuestro rol. Hemos entregado las tareas, hemos hecho las denuncias pertinentes, logramos mantener la unión de los partidos durante 2018, facilitar procesos para que se mantuviera el pacto parlamentario y el acuerdo de gobernabilidad que da  respaldo y respeto hoy al parlamento en el mundo. No va a ser distinto hoy, vamos a entregar la tarea.

–¿Qué le respondes a sus compañeros de sector político que han comenzado a presionar fuertemente señalando cómo debe actuar Juan Guaidó ahora que es presidente de la AN?

–Bueno, eso es parte del debate. Hay que articular y producir política, porque al final la política no es de una persona sino la expresión de un colectivo, de un sentir, y una necesidad del momento que vive el país.

–La presidencia de la AN de Henry Ramos fue de mucha confrontación; la de Julio Borges fue de mucha relación internacional, reuniones con grandes líderes; la de Barboza fue un signo de interrogación. ¿Cómo va a ser la presidencia de Guaidó?

–Esperemos haber sentado las bases de la transición en el país. Ese es el objetivo.

11-01-19






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