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viernes, 1 de marzo de 2019

De asueto en asueto por @CECODAP @FERNANPEREIRAV



Por Fernando Pereira


“La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de la universidad, sino allí, en el arenero. Todo lo que hay que saber sobre cómo vivir y qué hacer y cómo debo ser lo aprendí en el jardín de infantes.
Estas son las cosas que aprendí:

  • ·        Compártelo todo
  • ·        Juega limpio
  • ·        No le peques a la gente
  • ·        Vuelve a poner las cosas donde las encontraste
  • ·        Lávate las manos antes de comer
  • ·        Sonrójate 
  • ·        Dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja cada día un poco
  • ·        Duerme la siesta
  • ·        Cuando salgas al mundo, ten cuidado con el tráfico
  • ·        Tómate de las manos y no te alejes
  • ·        Permanece atento a lo maravilloso
  • ·        Los peces de colores, los ratones blancos e incluso la pequeña semilla del vaso, todos mueren y nosotros también


Recuerda una de las primeras palabras que nos enseñaron: mira

Todo lo que necesitas saber está allí, en alguna parte. La regla de oro, el amor y la higiene básica. La ecología y la política, la igualdad y la vida sana

Toma cualquiera de esos ítems y tradúcelo en términos adultos, sofisticados; aplicados a tu vida familiar o a tu trabajo, a tu gobierno o a tu mundo y se mantendrá verdadero, claro y firme”.

Este maravilloso texto corresponde a Robert Fulgum; lo comparte como su credo después de alcanzar el otoño de su vida.


El mundo al revés

Este artículo sale publicado un día que los niños no estarán en los jardines de infancia, ni escuelas, liceos (aunque deberían estarlo). Las maestras y familias harán malabares para explicarles que el carnaval se adelantó.

Cuesta arriba formar en la construcción de hábitos, el cumplimiento de responsabilidades, el valor del trabajo, la constancia y el esfuerzo para lograr lo que quieres en la vida.

Los niños y adolescentes recibirán todo tipo de explicaciones o quizás ninguna: “Maduro decretó adelantar el carnaval y celebrar la cultura venezolana y ofreció un nuevo bono”.

El mismo Maduro que hace unas semanas vociferaba en la cocina de la casa que la radio reproducía todo volumen en una interminable cadena: “Venezuela debe producir todo lo que necesita y exportar alimentos” “Llamo a la recuperación de la producción” “Llamo a todos los sectores económicos a producir” “Yo me pondré al frente de la batalla de la producción”

“Lo que haces habla tan duro de ti que no escucho lo que dices”

Frase inequívoca de Emerson. Los niños y adolescentes (y los adultos también) aprenden por el ejemplo; por lo que ven; por lo que viven.

Nunca antes se han perdido tantos días de clases por las dificultades con los servicios públicos (agua, transporte, luz), falta de alimentos, ausencia de docentes; por elecciones; decreto de nuevos asuetos.

El sentido común indica que el país necesita trabajar, producir. De la misma manera la vida laboral vive la misma realidad de inasistencias que se suman a las múltiples dificultades que tienen a la producción en barrena.

Valorar el trabajo

María Montessori revolucionó el mundo de la pedagogía con su método que tenía como uno de sus preceptos que el cerebro de los niños es como una esponja, absorbe todo lo que está a su alrededor.

Madres, padres, maestras, profesores tienen que hacer un esfuerzo descomunal en los tiempos que vivimos para que sus hijos, estudiantes, familiares tengan otros referentes. Valorar el trabajo, esfuerzo, estudio como herramientas para tener el timón de la propia vida sin hacer caso a cantos de sirenas que ofrecen la vía fácil, sin sudor y esfuerzo.

No es fácil, el trabajo es nuestro espacio, en casa, en el aula. No nos podemos paralizar porque mientras vamos de asueto en asueto el país va de abismo en abismo. Por eso yo no acato ese asueto porque siendo niño con mis padres aprendí a cumplir mis responsabilidades.

28-02-19




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