Manuel Cerdán 08 de mayo de 2019
El ex
comisario José Villarejo, en un escrito presentado en la Audiencia
Nacional, afirma que miembros de Podemos le pidieron ayuda para que
desbloqueara en un banco de un país africano “una importante suma” de
dinero, que procedía del chavismo venezolano, para poder repatriarlo a España.
Villarejo
menciona el nombre de dos “miembros significativos de IU”, Miguel
Rivera y Manuel González, como las personas que se
entrevistaron con él para trasmitirle el encargo. Eran los mismos que habían
hecho, en un primer momento, de puente entre Podemos y los regímenes chavistas
y castristas.
Manuel
González sería otro de los testigos claves para Villarejo. El abogado comunista
y dirigente del PCE en la época de Carrillo fue para el ex comisario el
intermediario que “abrió los contactos a Monedero y otros dirigentes de
Podemos en el entorno de la cúpula bolivariana y obtuvo, sin embargo,
un trato desabrido, una vez que consiguieron ganar la confianza de Chávez”.
Suficiente documentación en la causa
Según
Villarejo, “a través de González pude conocer toda una serie de informaciones
referidas a la formación política Podemos, la mayor parte de la cual se
encuentra acreditada en la documentación que obra a disposición de esta causa”.
Por la
confesión del propio González, el agente encubierto del DAO pudo conocer que
Chávez nombró al director del DGCIM (Dirección General de Contrainteligencia
Militar), que cambió varias veces de nombre (DIM, DGSIM, DGIM…), como
interlocutor del presidente con Monedero, Iglesias y otros dirigentes de
Podemos para que le certificara que los acuerdos se estaban cumpliendo.
El
policía jubilado señala a Maduro como el hombre de confianza de Chávez que se
encargaba entonces de controlar a los “grupos de desestabilización
política”, entre ellos Podemos.
Para
Villarejo parte de la financiación de estos grupos se hacía en efectivo, “usando
para ello incluso la valija diplomática y en otros casos a través de
la estructura de sociedades instrumentales así como parte del entramado de
cuentas bancarias que disponía PDVSA como
primera empresa estatal responsable del petróleo”.
Al
frente de PDVSA se encontraba Rafael Ramírez quien, según
Villarejo, “manejaba fondos casi ilimitados y con el escaso control de
canalizarlos a través de una división denominada ‘PYCP’, eufemístico nombre que
responde a ‘Protección y Control de Pérdidas’”.
Los testigos principales
El
comisario en prisión le pide al juez que le tome declaración a Ramírez por
videoconferencia, ya que en la actualidad reside en Italia. Así mismo, su
hombre de confianza, Rafael Reiter, fue detenido en España y el
Gobierno español aprobó su extradición a Estados Unidos. Sería otro buen
testigo para la pieza número 11.
Según
el ex comisario, que permanece
en prisión preventiva desde noviembre de 2017, entre los documentos y
grabaciones que los agentes de la Unidad de Asuntos Internos se llevaron de su
domicilio el día de su detención, existen suficientes pruebas que podrían
demostrar las entregas de dinero del régimen chavista a
Iglesias, Errejón, Monedero y otros fundadores de Podemos.
Villarejo
señala en su escrito al juez García Castellón, el titular del
Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, que “si
existe un verdadero interés en llegar hasta el fondo de esta criminal
financiación a dirigentes de Podemos, aunque no acepten ni quieran dar
credibilidad a la documentación que se me incautó, al menos podrían tomar
declaración sobre ello a algunos de los personajes mencionados”.
Y el
funcionario policial, que ocupó un puesto de primer nivel en la Unidad de
Inteligencia de la Policía, dependiente de los DAO’s -directores adjuntos
operativos- Fernández Chico (con el ministro del
Interior, Pérez Rubalcaba) y Eugenio Pino (con el
ministro Fernández Díaz), aporta al juez una lista de ex
altos cargos de Venezuela con quienes mantuvo entrevistas durante sus
investigaciones secretas sobre Podemos.
Según él, todos eran “conocedores de los pormenores de la relación
Maduro-Podemos”.
Villarejo
facilita los nombres de quienes podrían convertirse en testigos de la causa
número 11 de la operación Tándem, algunos de los cuales se
encuentran en prisiones españolas.
Información de primera mano
El
comisario, otrora agente encubierto y experto en redes de blanqueo de dinero,
reconoce ante el magistrado de la Audiencia Nacional que investigó a Podemos en
el apartado de su financiación y que dispuso de información de primera mano por
sus trabajos de Inteligencia desde su cargo de jefe de la Brigada de la DAO.
Villarejo
asegura que Venezuela puso en marcha “un programa para financiar
organizaciones políticas desde el extranjero”. Afirma que tuvo conocimiento
de que “países como Venezuela, Cuba e Irán especialmente, habían organizado
este programa de ayudas a grupos con vocación subversiva en
lugares de interés estratégico”.
Y
entre esas naciones, según el ex comisario, habían escogido España “como un
banco de pruebas” para “movilizar movimientos populistas que alteraban la
convivencia y la estructura política en vigor”.
Villarejo
detalla al juez cómo conoció en 2004 al almirante venezolano Carlos
Molina-Tamayo que después del intento de derrocamiento de Hugo Chávez se
refugió en España. Años después el alto militar bolivariano le confirmó “la
existencia del programa” y que en Madrid se había elegido de la mano de
veteranos militantes de izquierdas a “un grupo de jóvenes con gran formación
política que podían actuar con la apariencia de comunistas pero
siguiendo directrices de los postulados de agitación de la extrema izquierda”.
Según
Villarejo el almirante venezolano le hizo referencia “a significativos
datos que señalaban a Monedero, Errejón, Iglesias y otros líderes de
lo que con el tiempo sería el partido político Podemos”. Molina-Tamayo, que
según Villarejo se encargaba en el Gobierno de Chávez de la compra de
armamento, le ofreció presentarle a otros compañeros que se dedicaban
expresamente al control, ayuda táctica y económica a organizaciones “como
Podemos, así como grupos como Hezbolá y otros”.
El ex
comisario se refiere en su denuncia a la existencia “ De una serie de reuniones
en el G-2 (los
servicios secretos cubanos) y el SEBIN (la inteligencia venezolana) con
miembros destacados de Podemos, una ve que supieran imponerse a los
introductores españoles del Partido Comunista que habían sido los que les
presentaron en Venezuela”.
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