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domingo, 26 de abril de 2020

“Saberse nada delante de Dios”, por @sJosemaria




San Josemaría 25 de abril de 2020
@sJosemaria

Es muy grande cosa saberse nada delante de Dios, porque así es. (Surco, 260)

Déjame que te recuerde, entre otras, algunas señales evidentes de falta de humildad:

–pensar que lo que haces o dices está mejor hecho o dicho que lo de los demás;

–querer salirte siempre con la tuya;

–disputar sin razón o –cuando la tienes– insistir con tozudez y de mala manera;

–dar tu parecer sin que te lo pidan, ni lo exija la caridad;

–despreciar el punto de vista de los demás;

–no mirar todos tus dones y cualidades como prestados;

–no reconocer que eres indigno de toda honra y estima, incluso de la tierra que pisas y de las cosas que posees;

–citarte a ti mismo como ejemplo en las conversaciones;

–hablar mal de ti mismo, para que formen un buen juicio de ti o te contradigan;

–excusarte cuando se te reprende;

–encubrir al Director algunas faltas humillantes, para que no pierda el concepto que de ti tiene;

–oír con complacencia que te alaben, o alegrarte de que hayan hablado bien de ti;

–dolerte de que otros sean más estimados que tú;

–negarte a desempeñar oficios inferiores;

–buscar o desear singularizarte;

–insinuar en la conversación palabras de alabanza propia o que dan a entender tu honradez, tu ingenio o destreza, tu prestigio profesional...;

–avergonzarte porque careces de ciertos bienes... (Surco, 263)


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