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jueves, 6 de agosto de 2020

El virólogo José Esparza ofrece 10 claves sobre el desarrollo de las vacunas contra la covid-19 por @prodavinci



Por Luisa Salomón


¿Qué tan adelantados están los proyectos de vacunas para la enfermedad covid-19? ¿Cuánto tiempo puede tomar su aprobación? ¿Es la vacuna el fin de la pandemia? Estas son algunas de las preguntas que respondió el doctor José Esparza, destacado virólogo venezolano, durante una entrevista con Ángel Alayón, director de Prodavinci.

Esparza es médico egresado de la Universidad del Zulia, PhD en Virología y Biología Celular de Baylor College of Medicine. En más de cuatro décadas de carrera, Esparza ha trabajado como profesor de virología y jefe de microbiología en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), también fue integrante del programa global de la OMS para el VIH/sida y trabajó en el desarrollo de vacunas para esta enfermedad, experiencia que lo llevó a ser asesor sobre desarrollo de vacunas de VIH/sida y sobre Salud Pública y vacunación en la Fundación Bill y Melinda Gates. Actualmente, Esparza es profesor de Virología en la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, y fellow del Instituto Koch, de Alemania. 

¿Qué sabemos sobre los desarrollos de vacunas para la covid-19? Las explicaciones del doctor Esparza en diez claves:

Hay varios proyectos de vacunas en fase de experimentación clínica, pero todavía falta tiempo para su aprobación

Recientemente se ha reportado que hay proyectos de desarrollos de vacunas avanzados que han alcanzado la fase 3, que implica experimentación clínica con voluntarios humanos. Uno de los proyectos es desarrollado en Estados Unidos por la empresa Moderna y el National Institute of Health; el segundo es realizado en Inglaterra por la Universidad de Oxford y la empresa Astra Zéneca. 

Esparza explicó que el proceso de creación de una vacuna pasa por una etapa preclínica en la que se hacen las investigaciones de laboratorio para después avanzar a la etapa clínica, donde inicia la experimentación. Esta etapa implica tres fases: 


Fase 1: En esta fase se aplica la vacuna por primera vez a humanos. La prueba se hace en un grupo de entre 40 y 50 personas sanas y voluntarias. Cuando se prueba una vacuna hay requerimientos éticos, pues no se debe poner en riesgo la salud de los participantes en el estudio. “Tenemos una idea de la dosis que podemos utilizar, que sea lo suficientemente alta para producir una respuesta inmunológica, pero no para producir efectos colaterales”, explicó Esparza.

Fase 2: Es una ampliación de la primera fase, donde se evalúa con más personas la seguridad de la vacuna y su capacidad de producir respuesta inmunológica en el organismo.

Fase 3 (donde se encuentran los proyectos más avanzados): Es una prueba que se aplica con modalidad doble ciego. Los voluntarios son divididos en dos grupos, a uno de ellos le administran la vacuna en desarrollo y al otro le administran un placebo o una vacuna no relacionada. Se le llama doble ciego porque ni los investigadores directos ni el grupo de voluntarios sabe quiénes recibieron vacunas y quiénes placebo. Esta información la tiene un comité evaluador. Se hace seguimiento a los voluntarios por un tiempo, quienes deben hacer su vida normal e incluso cumplir con las medidas de prevención de contagios, y eventualmente se evalúa la efectividad de la vacuna entre quienes recibieron la vacuna y resultaron infectados.

Las vacunas que superaron las dos primeras fases provocaron respuestas inmunológicas en los voluntarios del estudio, pero todavía debe medirse si fue suficiente para proteger del virus. “La fase 3 es la más importante. Hasta que no la pasen, no es una vacuna efectiva … La eficacia mínima que consideraría la FDA en Estados Unidos para aprobar una vacuna es 50%”. 

Esparza explicó que no todas las vacunas previenen necesariamente la infección: “La vacuna puede no proteger contra la infección, pero tener un efecto en el progreso de la enfermedad”. Es decir, los voluntarios podrían infectarse, pero la enfermedad no progresa a niveles críticos. Las pruebas deben ser largas para asegurarse de verificar estos posibles efectos de una vacuna.

¿Por qué toma tiempo el desarrollo de una nueva vacuna?

Además de medir la efectividad y la eficacia de la vacuna, los ensayos clínicos evalúan su seguridad. Esto es crucial para la aprobación. Esparza explicó que la vacuna de covid-19 podría aplicarse a miles de millones de personas, por eso es importante que no tenga efectos colaterales. Aún si fuera una pequeña fracción del estudio la que desarrollara estos efectos, sería suficiente para retirarla del mercado porque en la realidad afectaría a miles de personas.

“Hay anticuerpos malos, que pueden aumentar la respuesta patogénica del virus, estos anticuerpos aumentadores de la infección pueden facilitar la infección del virus a células que normalmente no se infectan. Lo hemos observado en MERS y SARS”, explicó Esparza. Estos anticuerpos aumentadores de la infección son uno de los efectos colaterales potencialmente predecibles para una vacuna contra covid-19.

“Hay otros efectos que no sabemos que pueden ocurrir. Los voluntarios de las pruebas son sometidos a muchas pruebas de laboratorio para tratar de encontrar efectos que no que pudieron predecir. Por eso es importante una duración apropiada de la fase 3 para asegurar y también para ganar la seguridad de la población”.

¿Cuánto tiempo podría tomar la aprobación de alguna de las vacunas para covid-19?

“Sabemos mucho sobre las vacunas que se están desarrollando en Estados Unidos o Europa porque los investigadores publican la información y es accesible. Sobre las vacunas que se fabrican en China y en Rusia es muy poca la información. En el caso de Rusia, contacté al inmunólogo principal del instituto Gamaleya de Moscú, que está desarrollando una de las dos vacunas rusas. Lo contacté para preguntarle especialmente sobre esta información. De una manera personal, ayer me envió un correo con información sobre esta vacuna, detalles que nadie conoce porque no están publicados. Esa es la gran diferencia de la transparencia en la cual se están llevando las vacunas de Moderna, de Astra Zéneca y de Pfizer y la opacidad de otras vacunas”. 

La transparencia en los estudios permite a la comunidad científica evaluar, comprobar o refutar hallazgos. Esta crónica de Prodavinci cuenta cómo la falta de acceso a los datos de una investigación alertó a un médico investigador venezolano sobre un estudio científico que confirmaba la efectividad de un tratamiento contra covid-19, pero fue publicado sin suficientes evidencias.

“En protocolo normalmente se habla de un año en fase 3. Estas fases tres comenzaron básicamente el mes pasado. En principio, el año se completa en julio de 2021. Pero es posible que un análisis interino de esas pruebas lleve unas recomendaciones de parar la prueba. Eso lo hace un comité de monitoreo de datos y seguridad. Es un comité formado por 5 a 10 personas, totalmente independiente, que tiene acceso a la información del estudio doble ciego. Yo he sido parte de esos comités, de manera que conozco bien cómo funcionan. La responsabilidad es parar la prueba, porque hay efectos secundarios y hay una obligación ética por el riesgo de la salud. Igualmente si se encuentra que la vacuna es altamente eficaz, también uno puede dar la recomendación de parar porque sería no ético continuar la prueba y no darle al grupo de control el beneficio de la vacuna. Es complicado”.

Esparza recordó que el entorno político estadounidense pudiera presionar el proceso y quizás provocar un anuncio adelantado de la vacuna antes de las elecciones presidenciales, previstas para el 3 de noviembre. “No creo que vayamos a tener un resultado concluyente este año, quizás a mediados del año próximo. No puedo asegurar en este momento que van a ser resultados positivos”.

¿Qué se sabe sobre la efectividad de las vacunas en desarrollo?

Las vacunas en desarrollo para la covid-19 son de diferentes tipos:

El proyecto de Oxford y Astra Zéneca funciona con un adenovirus como vector que lleva información genética del SARS-CoV-2, el virus que causa la covid-19.

El proyecto de Moderna y el National Institute of Health de Estados Unidos es una vacuna basada en una proteína estabilizada del SARS-CoV-2.

Los proyectos de vacunas en China se están haciendo con el virus inactivo, o muerto.

“Un problema con las vacunas vectoriales es que cuando se vacuna por primera vez, el individuo desarrolla una respuesta inmune para el coronavirus y el vector. De manera que la segunda vez que se quiera vacunar tiene inmunidad contra el vector y no funciona. La vacuna de Oxford y Astra Zéneca está basada en adenovirus de chimpancés porque los humanos no lo hemos padecido y reaccionamos bien cuando nos vacunamos, creamos anticuerpos. Si la población tiene que revacunarse, tendrá que hacerlo con otra vacuna, no con la de Oxford”.

Aunque aún no hay suficiente información para tener certeza, Esparza dijo que es probable que una vacuna contra la covid-19 requiera refuerzos para mantener la inmunidad. 

“Estas tres vacunas occidentales se han probado en animales, en monos macacos Rhesus. He visto los resultados porque están publicados. Es interesante, las vacunas protegen contra la infección. El problema es que los monos Rhesus se recuperan solos, no desarrollan las enfermedades graves de humanos. Entonces no estamos seguros qué tan predictivos son los resultados en monos Rhesus para los humanos. Yo, por lo que he visto y por mi experiencia trabajando 40 años en virus y vacunas, pienso que hay una buena posibilidad de que por lo menos una o dos de las vacunas que están en fase 3 demuestren una eficacia aceptable para su uso”. 

Esparza señaló que también es posible que se haga una aprobación restrictiva o de emergencia. Estas aprobaciones se dan de forma tentativa cuando hay poca evidencia, pero los resultados preliminares muestran que la vacuna tiene eficacia y no causa efectos secundarios. Esta modalidad se puede implementar para algunos sectores prioritarios, como el personal hospitalario, que está expuesto a la pandemia.

Superada la investigación científica, el reto es logístico: producir, distribuir y exportar

Producir en suficientes cantidades, distribuir a todo el mundo, los costos asociados a la producción son algunos de los factores que deben tomarse en cuenta para la implementación de un programa de vacunación. 

“No es solamente la producción de la vacuna, son los frasquitos donde van, los viales, actualmente hay escasez. La Fundación Gates ha donado mucho dinero para que compañías produzcan. Existe una logística muy complicada en la vacuna”. 

Esparza dijo que las empresas farmacéuticas suelen esperar los resultados de la fase 3 para empezar a producir, una vez que saben que la vacuna es eficaz. Sin embargo, el gobierno estadounidense ya invirtió miles de millones de dólares para acelerar el desarrollo, las pruebas clínicas y también la manufactura. Es un riesgo, explicó Esparza, porque se pierde la inversión si la vacuna no pasa las pruebas. 

“La compañía que produce más vacunas en el mundo está en India y ya está produciendo por cuenta propia millones de dosis de la vacuna de Oxford sin saber si funciona”, agregó.  

“Se están produciendo vacunas en países en vías de desarrollo, como India. La vacuna de Pfizer se está probando en Argentina, Oxford en Brasil y al aceptar hacer parte de las pruebas eso pone al país en ventaja para obtener acceso a la vacuna. Sé que hay discusiones confidenciales de al menos dos países latinoamericanos que ya están negociando precios y números de dosis. Compromisos de mercado en avanzada. Adelantado. Pagas para que te lo hagan”. 

Por otro lado, la OMS tiene un programa para recaudar dinero y donaciones para llevar la vacuna a los países en vías de desarrollo. 

¿La vacuna implica el fin de la pandemia?

“Si nosotros cortamos la cadena de transmisión de enfermos a sanos, el virus tiende a desaparecer de la naturaleza. En el caso de la covid-19, la única forma que tenemos hoy en día para cortar la cadena de transmisión es usar la máscara, el distanciamiento… La otra forma es vacunar. Cuando el virus trata de infectar a alguien y ese alguien está vacunado, es inmune, es una calle ciega, el virus no sigue adelante. Cuando una gran mayoría de la población está inmune, ya el virus no puede seguir circulando en la población y tiende a desaparecer”, explicó Esparza. 

Esto se conoce como inmunidad de rebaño. En el caso de covid-19, se estima que es necesario que al menos 60% de la población sea inmune para alcanzar esa inmunidad de rebaño. 

“Hay un esfuerzo, no sé qué tan efectivo será, para llegar esas vacunas a las personas. Creo que no va a ser a tiempo para parar la pandemia. Van a ser las vacunas que nos van a ayudar a recobrarnos de la pandemia y continuar viviendo en la endemia de este virus”. 

Los cambios en los criterios científicos son normales, y necesarios, para el avance de las investigaciones

Esparza dijo que diariamente se publican cerca de 500 estudios relacionados con la pandemia. Recordó que el SARS-CoV-2 es un virus nuevo que los científicos conocen desde diciembre de 2019. 

“Eso me recuerda mis días tempranos con la epidemia de VIH/sida, cuando también se publicaba mucho. En realidad, la mayoría de esa información no pasa la prueba del tiempo. Es decir, dentro de meses o años mucho de eso se olvida, porque no se confirma que la observación estuviera suficientemente basada en los hechos. Pero no importa, así es como avanza la ciencia. La información que se publica hoy en día estimula a otros investigadores a tratar de confirmar o refutar esa información y poco a poco vamos adquiriendo conocimiento científico sólido. 

[Los científicos] tenemos que cambiar de opinión. Cuando empezó la pandemia realmente no teníamos mucha idea sobre cuál era la frecuencia de transmisión, hoy en día estamos debatiendo el uso de diferentes tipos de drogas. Cuando uno comienza a enfrentar un problema, tiene que enfrentarlo con todas las armas, pero poco a poco tiene que que ir dejando las que no funcionan. Los cambios no son basados en caprichos del investigador o del político, sino en nueva información que vamos obteniendo poco a poco”.

Es necesario mantener el distanciamiento y los niños sí se pueden contagiar de covid-19 

Mientras se aprueba la vacuna, se deben mantener las medidas de prevención. Debido a la extensión de las medidas de cuarentena –en Venezuela ya van cinco meses–, muchas personas relajan los controles, especialmente con familiares y conocidos. Pero es en esos círculos donde deben mantenerse más.

“Hay estudios publicados que muestran que la mayoría de las infecciones ocurren a nivel de los hogares. No es que uno va a un supermercado, a un restaurant, y se contamina. Son contactos familiares. De manera que está bien irlos a visitar y verlos por el vidrio de la ventana, saludarse desde lejos y darse un abrazo simbólico”.

Estados Unidos está desarrollando un debate importante sobre el regreso de los niños a clases y el riesgo de contagios en las escuelas. “En la última semana se han publicado dos artículos que no dejan duda de que los niños se infectan, pueden transmitir. Niños de cualquier edad tienen la misma cantidad de virus que los adultos”, explicó Esparza. 

En Venezuela ya se ha reportado un caso de contagio infantil de covid-19. Esta crónica de Prodavinci cuenta la historia de Dylan, un niño de un año que tuvo covid-19 y desarrolló síndrome de Kawasaki.

Esparza dijo que abrir las escuelas arriesga nuevos contagios y la expansión de la epidemia desde los niños hacia sus hogares, donde están sus padres o abuelos. Pero, por otro lado, mantener cerradas las escuelas afecta la formación de los niños, su estabilidad psicológica y para muchos la escuela provee alimentación.

Venezuela necesita transparencia y confianza para atender la epidemia

El doctor Esparza es integrante de la Academia de Medicina de Venezuela, por lo que suscribió las recientes recomendaciones publicadas por las academias venezolanas para atender la epidemia de covid-19 a Venezuela. 

“Cuando la gente me pregunta cuál es el principal problema en la lucha contra la covid-19 en Venezuela, yo digo que es la falta de transparencia. Es imposible montar una respuesta que tenga el apoyo de la comunidad si la gente no cree al gobierno, no cree lo que está pasando, no cree los números. No pasa solo en Venezuela, en otros países también. Se requiere la participación, el compromiso de la comunidad, para controlarla. Ese compromiso requiere confianza, disciplina, que aceptemos las recomendaciones de usar máscaras y distanciamiento, aunque interfiera con nuestra vida diaria”.

“Un problema en Latinoamérica, no solamente en Venezuela, es que hay gente que hace su vida con el trabajo informal. De manera que hacer una recomendación de cuarentena puede ser muy bonito desde el punto de vista teórico, pero desde el punto de vista práctico es imposible. En salud pública tenemos un dicho: uno no puede hacer una recomendación de salud pública que no se pueda cumplir. El incumplimiento resquebraja la credibilidad del sistema”. 

“Una ventaja si se quiere, de Latinoamérica y Venezuela, es que somos una población joven. La mortalidad de España e Italia fue sobre todo en personas de mayor edad, yo estuve chequeando recientemente la demografía venezolana y en la mayoría son personas jóvenes. Yo esperaría una mortalidad y letalidad muy por debajo de la que hemos visto en Europa”. 

En el canal YouTube de Prodavinci puede ver completo este seminario web



05-08-20




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