Por Marino J. González R.
Los efectos de la
pandemia se profundizan en América Latina. En el séptimo mes desde el registro
del primer caso en la región, cinco países se encuentran en los diez primeros lugares
de mortalidad por covid-19. Entre los cinco primeros países, solo Bélgica no
está en la región. Al primer lugar ocupado por Perú desde hace varias semanas,
se suman Bolivia, Chile, Brasil, y Ecuador. Por otra parte, México, Panamá, y
Colombia completan el grupo de ocho países entre los de mayor mortalidad en el
mundo.
Tampoco se aprecian
mejoras significativas en la tendencia de los casos de covid-19. En el grupo de
países con la mayor tasa de casos por población, esto es, superior a 100 casos
nuevos diarios por millón de habitantes (Argentina, Costa Rica, Colombia,
Brasil, Perú, Panamá, y Paraguay), la diferencia con respecto a los países más
exitosos puede oscilar entre 15 y 100 veces. Igual situación se presenta en los
países con tasas entre 30 y 99 casos nuevos diarios. El único país de este
último grupo que ha mostrado una reducción significativa de casos en estas
semanas es El Salvador.
Este escenario de
estabilización tiene efectos significativos para las condiciones generales de
vida en América Latina. En primer lugar, por las afectaciones, en términos del
número de casos y fallecimientos. En segundo lugar, por el impacto prolongado
en la dinámica económica, tan importante para reanimar el crecimiento y las
posibilidades para garantizar la protección social.
A todo lo anterior se
deben agregar las secuelas en las personas que han sufrido la enfermedad. A
pesar de no contar con datos exhaustivos, se puede estimar que la proporción de
personas que requirieron hospitalización pudiera estar en algún punto entre 20
y 40% (al menos esa ha sido la proporción en algunos países con estadísticas
detalladas). Siendo que, hasta hoy, en la región se han registrado casi 9
millones de casos, equivalente al 30% de los casos mundiales, el número de
pacientes que requirieron hospitalización pudiera estar entre 1,8 y 3,6
millones.
Hasta la fecha, los
estudios clínicos agregados de pacientes hospitalizados por covid-19, indican
que cerca de 10% requirió el ingreso a unidades de cuidados intensivos.
También se ha destacado
que cerca de 10% presentó complicaciones cardiovasculares en el transcurso de
la hospitalización. El 8% tuvo complicaciones hepáticas, y el 4% complicaciones
renales. Sin agregar otro tipo de complicaciones, es evidente que los pacientes
que fueron hospitalizados por covid-19 requerirán seguimiento riguroso para
determinar la persistencia o aparición de secuelas. Y en el caso de
presentarlas, es muy probable que requerirán cuidados por tiempos prolongados.
Esto implica atención personalizada para varios millones de personas en los
próximos años.
Aunque no se dispone
todavía de estudios sobre la magnitud de las secuelas post-hospitalización,
todo indica que los sistemas de salud deberán generar las rutinas necesarias
para detectarlas y garantizar la disponibilidad de tratamientos, que a su vez
requerirán recursos considerables (dada la relevancia de las complicaciones que
se pudieran manifestar). A todo ello, habría que sumar las secuelas en las
personas que no requirieron hospitalización. Incluso en pacientes con
sintomatología leve no hospitalizados, se han observado secuelas
significativas.
El control de la
pandemia, esto es, la minimización del número de casos de covid-19 y su
detección precoz, apunta justamente a reducir los impactos desfavorables de las
secuelas. De manera que no es solamente el esfuerzo que se debe realizar en la
actualidad, sino también los servicios de salud que requerirá la población
infectada que presentará secuelas.
El objetivo de
minimizar el número de casos requiere contar con sistemas de salud con la mayor
capacidad de anticipación de problemas en personas, familias, y comunidades. Es
evidente que la pandemia está reduciendo esta capacidad.
El control es apenas la
primera etapa en la atención de una previsible y extraordinaria demanda de
servicios, con las consiguientes exigencias de personal calificado, métodos
diagnósticos y recursos terapéuticos. La pandemia, sin dudas, se ha convertido
ya en el factor determinante en la gestión de los sistemas de salud de la
región en los próximos años.
16-09-20
https://talcualdigital.com/las-secuelas-de-la-pandemia-por-marino-j-gonzalez-r/
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