Lester Toledo 09 de octubre de 2020
@LesterToledo
El Informe de la Misión internacional independiente de
determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela
desarrollado a petición del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos, ha causado tal impacto por la crudeza, crueldad y vileza que
en esas páginas se revelan, que hasta Argentina, hasta ahora aliado de Nicolás
Maduro, decidió desmarcarse de la dictadura y sacarle el cuerpo.
Esto pasó esta semana durante la sesión regular número
45 del Comité de Derechos Humanos de la ONU.
Allí en Ginebra, en esa sesión histórica se condenó
por mayoría al régimen de Maduro, el informe presentado en la reunión del
Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas obtuvo 22
votos favorables, 22 abstenciones y 3 votos en contra, entre ellos Eritrea,
Filipinas, y la propia Venezuela.
En esa reunión, para sorpresa de muchos, y muy a pesar
de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, Argentina, hasta ahora
considerada aliada natural del régimen venezolano, señaló que iba a “valorar y
apoyar con fuerza” el trabajo realizado por la Alta Comisionada para los
Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet.
El presidente Alberto Fernández, según fuentes
periodísticas argentinas, decidió involucrarse personalmente en el espinoso
tema venezolano. Y para ello sostuvo un encuentro virtual con la misma Michelle
Bachelet.
Y
fue tras esta comunicación que la decisión fue tomada. El jefe de Estado
instruyó al canciller Felipe Solá y al embajador Federico Villegas Beltrán “a
votar y apoyar fuertemente” la resolución 45 que convalidó el denominado
“informe Bachelet”, en el que se expone al régimen de Nicolás Maduro.
Para darle la estocada, los representantes
diplomáticos de Argentina instaron al régimen de Nicolás Maduro a “cooperar
plenamente con el Consejo y con todos sus mecanismos y a implementar
íntegramente las recomendaciones hechas por la Alta Comisionada”.
Y esta polémica decisión surgió de este encuentro
entre Fernández y Bachelet. El presidente argentino prestó oídos a su amiga y
aliada chilena y de quien habría dicho: “Nadie duda sobre su compromiso con los
derechos humanos”.
Y decimos polémica por el ruido y los distanciamientos
que la misma ha causado a lo interno de las esferas políticas argentinas.
Ya vimos a la señora Hebe de Bonafini, quien se ha
manifestado afín a Cristina de Kirchner y de la dictadura venezolana,
pidiéndole perdón a Maduro por esta decisión de Alberto Fernández, declarando
su descontento, pero es que además tal definición política provocó la renuncia
de la embajadora argentina en Rusia, Alicia Castro, por no estar conforme con
el rumbo adoptado por la política exterior trasandina.
Y fue así como una mayoría de naciones votó para
ampliar el mandato de la Misión de Investigación Independiente de Derechos
Humanos para Venezuela durante dos años más, con presentación de
actualizaciones verbales y presentación de informes.
Pero también así fue como un país, hasta ahora aliado
de la dictadura, decidió desmarcarse y no fotografiarse al lado de criminales
de Lesa Humanidad, provocando un tsunami de descontentos y divisiones en su
partido y gobierno.
Amanecerá, vendrán más revelaciones y veremos a otros
desmarcarse de los asesinos que usurpan el poder en Venezuela.
Lester Toledo
@LesterToledo
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