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miércoles, 17 de febrero de 2021

Mónica Montañés: “Migrar es un ejercicio de humildad muy duro”, por @cdmmarys


Catherine Medina Marys 16 de febrero de 2021

@cdmmarys

La autora presentó el año pasado Los distintos un cuento infantil contado a dos voces por dos niños que deben abandonar España a causa de la Guerra Civil y encuentran refugio en Venezuela. El título fue reconocido recientemente por la New York Public Library como uno de los cuentos infantiles más destacados de 2020

Mónica Montañés habla de Los distintos con la ternura propia de una mamá refiriéndose a su hijo recién nacido. Este, su último libro, comenzó a gestarse en Valencia, Carabobo, durante la Feria del Libro de la Universidad de Carabobo (Filuc), y vio la luz el año pasado en Valencia, España, país donde reside actualmente.


El año pasado, la New York Public Library reconoció a Los distintos dentro del conteo de libros más destacados de 2020. “¡Yo no sabía que me podía ganar eso!”, confiesa Mónica con una gran sonrisa.

A través de Zoom, muestra su libro con orgullo. Lo toca, explica lo suave que es y lo tierno de su forma cuadrada. “No es porque sea mi libro, pero es que es bonito. Es hermoso. Y puedo decirlo porque yo no intervine en que fuera tan bello. Eso es gracias a la edición y a sus dibujos”, describe halagada, feliz.

Los distintos, su último libro, está dirigido al público infantil, fue ilustrado por Eva Sánchez y editado por Ediciones Ekaré. Consiste en la historia de Socorro y Paquito, dos hermanitos españoles que deben huir de la Guerra Civil y empezar una vida nueva en Venezuela.

El libro tiene 52 páginas y puede examinarse en la página de Ekaré. Aún no ha llegado a Venezuela y su recepción en el público extranjero ha sido tan inesperada como positiva. Su autora cuenta que colegas periodistas lo han leído para hablar con sus padres o abuelos de ese tema. “La guerra fue un tema del que no se habló nunca en familia”, explica.

Otro hallazgo: editores le han contado a Mónica que el libro lo compran abuelas y abuelos como regalo para sus nietos. “Los distintos está sirviendo como una excusa para que estos adultos, que al momento de la guerra eran niños, puedan contar su historia a través de la mía”, relata.

La historia de Paco y Socorro

En la Filuc del año 2016, se rindió un homenaje a los bibliotecólogos. Mónica Montañés fue invitada para hablar sobre su tía Amparo Montañés, destacada y reconocida en el área. “Hablar de ella fue fácil, porque ya yo venía de hablar con mi abuelo sobre su vida en la guerra”, cuenta.

“Siempre es el hombre el que carga con un peso heroico en las guerras, pero nunca se habla del papel de la mujer, que se quedaba sola, encargada del hogar y de los niños”, relata Mónica, cuya obra dramática ha estado influida por el agobio, las preocupaciones y dificultades que enfrenta la mujer contemporánea.

Y es que, a medida que Mónica tejía la historia de su abuelo, comenzaron a relucir (con frecuencia) las voces de su abuela, su padre José y su tía Amparo como personajes. Entonces un buen día, Ekaré le pidió a la autora que escribiera un cuento donde se observara la migración, la guerra y la posguerra desde los ojos de un niño. Así nacieron Los distintos.

Con frecuencia, los recuerdos de la tía Amparo y el padre de Mónica no solo eran distintos, sino que se contradecían. Para ella, el hecho de que discutieran sobre la veracidad de sus recuerdos “era muy rico, ya que pude tener versiones distintas. Era como ver a dos niños, cada uno contando cosas distintas”.

Por eso, Los distintos se cuenta a dos voces, siendo estas las de Paquito y Socorro, cada uno representando a los familiares de su autora. Ahora, el reto era escribir como un niño. “Mi reto más importante fue escribir como escribiría un niño, con las cosas que le preocuparían a un niño. No quería parecer un adulto haciéndose pasar por dos niños”, rememora Montañés.

En el imaginario de su padre, todas las anécdotas de su niñez tenían que ver con la comida o con la ausencia de comida. La tía de Mónica, en cambio, era de esas niñas a las que no les gustaba comer. En Los distintos, la autora recrea estas situaciones, aderezadas con las preocupaciones propias de un niño: la hora de la merienda, los compañeritos, sus horas en el colegio.

“Cuando al fin mi abuelo pudo pedirle a su esposa que se reunieran, envió una carta desde Venezuela. Ni mi abuela, y mucho menos los niños, sabían qué país era ese. Tuvieron que buscar un mapamundi”, cuenta Montañés con una sonrisa gigante.

De hecho, hay un cambio palpable en Los distintos cuando Paquito y Socorrito dejan España con su mamá y viajan en barco a Venezuela. “Eva Sánchez dibujó las páginas del cuento donde se habla de la Guerra Civil y la situación en colores pasteles, opacos. Y en el momento en el que se embarcan a Venezuela, el libro se llena de colores vibrantes”, cuenta.

Montañés explica que la pequeña familia de su padre nunca se lamentó, ni sentía esa añoranza opresiva que suelen tener algunos migrantes cuando piensan en su tierra natal. Más bien, acogieron todo lo venezolano. Su padre, el niño comilón, le contó que, al recibirlos en el puerto, su abuelo los llevó a comer a un restaurante.

“Mi papá decía que las cestas de pan iban y venían, como si el pan creciera en los árboles. Era la primera vez que podía comer pan sin tener que obedecer al racionamiento”, recuerda Mónica. Su tía, en cambio, se maravilló ante la existencia de los refrescos, que otro inquilino de la pensión donde vivían llevaba cada viernes sin falta, para los niños.

La Mónica migrante

Mónica Montañés se fue a vivir a España en diciembre de 2017, con una maleta y nada más. “Migrar es un ejercicio de humildad muy duro”, afirma con un tono serio. Es la primera vez, en toda la entrevista, que no deja escapar alguna sonrisa, algún comentario gracioso. “Todos estos años de espera para que Los distintos viera la luz han sido como una ramita que me ayudó a aferrarme de algo”.

De tener una sólida reputación en Venezuela como escritora del célebre monólogo El aplauso va por dentro, o de telenovelas como Guerra de mujeres, Para verte mejor o Voltea pa’ que te enamores, pasó a ser una desconocida que rentaba cuartos de la empresa Airbnb, una plataforma que se dedica a la oferta de alojamientos a turistas y particulares.

Cuando le preguntan en qué ha trabajado, se sorprende. “Ay, ¡he hecho de todo!” y ríe, como lo ha hecho en toda la entrevista. “Me ha tocado estudiar, hacer otro tipo de cosas distintas a las que había hecho en Venezuela”, el país donde se cimentó su fama, donde están sus amigos, donde siguen cayendo mangos en el piso y su dueño es quien los recoge.

Con frecuencia y mientras trabajaba con su hija para Airbnb, se preguntaba si alguno de sus huéspedes sabría quién era ella. “Y era entonces cuando me respondía que seguía siendo una escritora, porque hay un libro mío en camino”.

Es escritora. Nunca dejó de serlo. Lo es en España, lejos de su hogar, pero en el país de su familia que, como ella, tuvo que empezar desde cero en otro lugar.

Tomado de: https://elpitazo.net/entrevistas/monica-montanes-migrar-es-un-ejercicio-de-humildad-muy-duro/

  

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