Moisés Naím 11 de noviembre de 2023
@moisesnaim
Esto
es nuevo. Nunca había pasado algo así. Después del espanto, el dolor y la
indignación, esta fue la reacción instintiva —y correcta— que muchos tuvimos
ante la barbarie desplegada por Hamas.
A
pesar de las incontables tragedias que ha sufrido Israel en sus 75 años de
historia, de ataques sorpresa y atentados terroristas, nunca había vivido un
asalto de corte militar a esta escala, en contra de su población civil.
Las
escenas mostrando terroristas asesinos deambulando tranquilamente por las
calles y asesinando o secuestrando indiscriminadamente a sus víctimas son tanto
crueles como inéditas. Nunca antes el terrorismo había golpeado tan ferozmente
al corazón de la sociedad israelí.
El horror que nos produce la barbarie de Hamas no debe, sin embargo, nublar la visión de otras situaciones inéditas que se están dando en la política israelí. Ya antes del ataque, el país estaba enfrascado en una crisis política sin precedentes. La polarización en Israel es tan profunda que, para formar gobierno, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha estado dispuesto a aceptar las radicales condiciones exigidas por minúsculos grupos políticos.
Nunca
se había incluido en un gobierno israelí a los políticos más virulentos de la ultraderecha
de ese país o a los religiosos ultraortodoxos.
Estas minorías extremistas logran imponer desde el gobierno políticas
radicales que afectan al resto de la población. Hasta ahora Israel no había
tenido que ir a la guerra con una sociedad tan dividida.
Pero
no es solo en el medio oriente donde reina el “nunca antes.” Lo mismo está sucediendo en Estados
Unidos. Allí también un minúsculo grupo
de congresistas republicanos de extrema derecha lograron sacar de su curul al
jefe de la bancada republicana Kevin McCarthy a mitad de su período —cosa que
tampoco había sucedido antes. En España, y otras democracias, la tiranía de las
minorías genera regularmente situaciones nuevas.
Las
situaciones sin precedentes no solo tienen que ver con la política, la guerra o
la economía. La más importante de las situaciones inéditas que hoy vive el
mundo es el cambio climático. Nunca antes la temperatura del planeta había
subido al ritmo que lo hace hoy. Los científicos marcan con verdadera alarma el
avance del fenómeno, que nos lleva a escenarios absolutamente novedosos.
Tampoco
habíamos visto una crisis migratoria de la envergadura de la que se está viendo
en la frontera sur de los EE.UU. o en la cuenca mediterránea de Europa. Y
apenas empezamos a entender las formas en las cuales la depredación ambiental
fomenta niveles nunca antes vistos de emigrantes.
En el
terreno de lo inédito, no todo es malo. Nunca antes la gente —al menos los
privilegiados por el acceso a la tecnología— habían podido trabajar desde su casa.
Los números de quienes ahora trabajan de manera remota son enormes y sus
consecuencias inéditas. La cantidad de oficinas vacías en Londres o Estados
Unidos ha alcanzado su punto más alto en 20 años. Lo mismo está sucediendo con la educación a
distancia o la prestación de servicios de salud Nunca antes la distancia física había sido
tan intrascendente para la vida de tanta gente.
Y en
el campo científico, los nunca antes se multiplican cada vez más
vertiginosamente. Nunca antes la humanidad había tenido la capacidad de editar
con precisión el código genético de los organismos, tal y como lo permiten
tecnologías de punta como el CRISPR/Cas9, que permite alterar el ADN de
cualquier organismo.
Y
nunca antes nuestra capacidad para alterar el código genético había sido lo
suficientemente sutil para permitir la manipulación del ARN-Mensajero con fines
terapéuticos. Esto lo logró Katalin Karikó, la ganadora del Premio Nobel de
medicina del 2023, por las investigaciones que permitieron desarrollar las vacunas
modernas contra el COVID-19. Y ya
comienza a entenderse que la Inteligencia Artificial no es tan solo un software
más, sino que constituye en sí un histórico “nunca antes” que puede acabar con
la civilización tal como la hemos conocido.
En
este mundo sin precedentes, ocurre más de todo, y más rápido. Una geopolítica
fragmentada, y un ecosistema global vapuleado dan pie a riesgos existenciales
para el género humano, al tiempo que los avances de la ciencia y la tecnología
nos empoderan de maneras inimaginables. Esto tendemos a celebrarlo, pero tiene
su lado oscuro: Hamas cometió sus crímenes combinando tácticas medievales con
tecnologías actuales.
Y para
quienes nos toca vivir estos tiempos, esto hace mucho más difícil pensar a
futuro. Porque como seres humanos nuestra tendencia es siempre a tratar de
predecir lo que viene en base a lo que ya ha sucedido. Pero cuando tantas de
las cosas que pasan, son nuevas, esa táctica tiende a fallar.
Mientras
nos quedamos viendo por el espejo retrovisor, el futuro se nos escapa.
Moisés
Naím
@moisesnaim
Invitamos
a suscribirse a nuestro Boletín semanal, tanto por Whatsapp como vía correo
electrónico, con los más leídos de la semana, Foros realizados, lectura
recomendada y nuestra sección de Gastronomía y Salud. A través del correo
electrónico anunciamos los Foros por venir de la siguiente semana con los
enlaces para participar y siempre acompañamos de documentos importantes,
boletines de otras organizaciones e información que normalmente NO publicamos
en el Blog.


No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico