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lunes, 23 de noviembre de 2009
Periodismo libre acorralado
Por Verónica Rodríguez.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
En los últimos días, la situación de la libertad de prensa en Venezuela ha vuelto a ser tema de debate dentro y fuera del país. La 65ª asamblea general de la Sociedad Interamericana de Prensa fue escenario de una serie de denuncias relacionadas con la hegemonía comunicacional del gobierno controlador venezolano.
Se han reportado 107 ataques en contra de la prensa nacional en lo que va de 2009; convirtiéndose éste en el año de mayor violencia hacia la prensa en la historia de Venezuela. Ni siquiera en los tiempos de las dictaduras que reprimían cualquier forma de disidencia se había visto en el país un número tan elevado.
Excusándose en los abusos cometidos por algunos de sus detractores que trabajan en los medios, el Ejecutivo comenzó desde hace tiempo una cacería de brujas: cierre de medios, ataques a las instalaciones de televisoras y diarios, cárcel, exilio, persecuciones, muerte. Una vez más, se demuestra que los poderosos, aquellos que detentan el poder, están más allá de las leyes. Se busca silenciar al periodismo libre, pues a nadie le conviene que se dé a conocer la verdad tal como es.
Cientos de familias han sido afectadas por el cierre de medios; decenas de periodistas son atacados física y verbalmente mientras trabajan y otros tantos han tenido que refugiarse en países vecinos para no ser víctimas del presidio o la muerte. Al parecer, la memoria del venezolano dura poco: después de un tiempo, se olvidan las cosas malas y aquí no ha pasado nada.
La política autoritaria del Gobierno va en detrimento de aquello que tan fervientemente defendió Alexis de Tocqueville: que los excesos de la libertad de prensa no se combaten con el cierre de medios ni atacando a los periodistas; la mejor opción para combatir los males a los que conlleva la prensa libre es una mayor apertura de ésta. Después de todo, en aquellas naciones en las que no existe una verdadera libertad de prensa, los ciudadanos son más oprimidos. Por ello, el periodismo debe cumplir el papel de contrapoder de los gobernantes, para que las conductas indebidas de éstos aminoren. En Venezuela, a través de un control casi supremo sobre las leyes que regulan las libertades de prensa y expresión, el Gobierno se ha ido apoderando cada vez de más medios. Hoy en día 731 medios de comunicación son «rojos rojitos». Entre ellos, se incluyen: 238 emisoras de radio, 28 televisoras, 340 diarios y revistas, y 125 páginas de Internet.
¿De qué sirve tener el control del televisor si todos los canales disponibles son de un mismo color y defienden a capa y espada una misma ideología?
Publicado por:
Planta Baja UCAB
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