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viernes, 22 de enero de 2010
La filantropía del Imperio
Por Antonio Rumbos
Nueva York. El presidente Chávez afirmó que, "hechos los pendejos" y detrás de una pretensión humanitaria, los gringos están ocupando militarmente a Haití al enviar "miles de soldados armados como para una guerra".
La declaración podría ser otra de sus provocaciones habituales, pero brinda una oportunidad ideal para explicar por qué la intervención de las fuerzas armadas gringas es justificada, y además urgentemente necesaria.
Primero, no es exagerado decir que Haití ha colapsado. Los pilares que sostenían la casa presidencial, y no es sólo una alegoría, yacen derrumbados. Se estima que el número total de muertos superará los 100 mil y la Cruz Roja cree que aproximadamente 3 millones de haitianos han sido afectados. Esto sin contar las personas que siguen atrapadas bajo escombros, y que de no ser removidas con cuidado y urgencia, morirán.
Tal situación es por sí misma la más clara justificación moral de la intervención de la fuerza armada gringa, pues ésta es, como sabemos, la mejor financiada y equipada de la historia. Lo que se requiere ahora para salvar vidas no son discursos sino capacidad operacional y desempeño logístico. Los soldados gringos están llevando a cabo una operación humanitaria invaluable, distribuyendo agua y alimentos y rescatando a personas moribundas de entre los escombros. Un despliegue operacional de tal nivel no se podría esperar nunca, en buena fe, de organizaciones humanitarias actuando por sí solas o de las fuerzas armadas de otros países actuando por si solas. La ayuda militar gringa es esencial.
Además, la incidencia de saqueos y robos ha entorpecido las operaciones de rescate y alivio.
Por eso ha sido necesario introducir rápidamente las tropas suficientes para consolidar la seguridad del personal humanitario internacional. La eficacia de las operaciones de todas las partes depende, en gran parte, de la seguridad del ambiente en donde se desenvuelven, y esta depende de la presencia de soldados armados trabajando en conjunto con la policía local. Las 12 mil tropas gringas en Haití sin duda aliviarán el peso con el que han cargado los 9 mil cascos azules de las Naciones Unidas.
En su mensaje anual, el presidente venezolano aclaró que "hasta que no se acabe el imperialismo...tendremos nosotros situaciones y pueblos viviendo las dolorosas situaciones que vive Haití...". Y mientras la Asamblea aplaude esta diatriba masturbatoria, el Cuerpo de Ingenieros del Ejercito de EEUU ¬¬la agencia gubernamental de ingeniería más grande del mundo¬¬ aplica el talento de sus especialistas en el servicio de los damnificados y desamparados de Haití. El primer ministro Jean Max Bellerive, con quien suponemos nuestro presidente quiso solidarizarse, ha firmado un memorando de entendimiento con los "imperialistas", cediéndoles temporalmente el manejo del abrumado Aeropuerto Toussaint L’Ouverture para que puedan administrar mejor la entrada de recursos humanitarios. Según las palabras del ex presidente Bill Clinton, el Gobierno haitiano no podía operar el aeropuerto por si solo porque "no tenía las personas para seguir haciéndolo".
De todas las veces en que nuestro presidente ha condenado a los gringos cuando en verdad merecían ser elogiados, ésta tiene que ser la más mezquina, cínica y demagógica.
Fuente: Tal Cual. Pág. 12 – 13
Fecha: 21/10/2010
Publicado por:
Control Ciudadano
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