Globovisión, capitalismo salvaje?

Sabíamos que este día llegaría, Globovisión se convirtió en la poderosa voz de la oposición, enfrentados permanentemente con el gobierno rojo, nunca se atrevieron a cerrarla, por temor a un estallido social de gran magnitud, por temor a perder muchos más puntos en las encuestas, por temor a que muchos de los seguidores rojos le dieran la espalda al proceso. Por supuesto en realidad no hacía falta cerrarla, habían otros métodos más sutiles para silenciar o al menos apaciguar la voz de este importante medio de comunicación y expresión.

Como todos sabemos hay dos empresarios poderosos que conforman la mayoría accionaria de Globovisión, ellos son Nelson Mezerhane y Zuloaga, Alberto Federico Ravell era accionista minoritario y como conocedor del medio, fue nombrado Director de la televisora.

El gobierno rojo uso la misma estrategia que aplicaron con el caso de RCTV, Conatel no cerró a RCTVI, fueron las cableras de televisión por suscripción las que la sacaron del aire, usando una vil maniobra y con la complicidad de las cableras, amenazadas por CONATEL con grandes multas y revocación de su permiso de operación, tratando de proteger sus fastuosas inversiones, como lo expreso el Presidente de CAVETESU Mario Seijas, se doblegaron y arrodillaron ante el amo todopoderoso el Estado.

En este caso el régimen uso toda su fuerza contra Nelson Mezerhane, le quitó Avila Mágica en una jugada insólita y después le enfiló las baterías al Banco Federal, ocasionando una ola de rumores que resultaron en una corrida de depositantes de la cual no se ha podido recuperar. A Guillermo Zuloaga le aplicaron la justicia roja y le decomisaron una cantidad importante de vehículos a sus agencias Toyosan y Toyoclub, le abrieron expedientes judiciales a él y a sus hijos y lo colocaron contra la pared.

Siendo estos personajes los accionistas mayoritarios, no nos queda la menor duda que le exigieron al Director de la Planta un poco de moderación y menos ataque al gobernó rojo, a lo que Alberto Federico se negó rotundamente, para nosotros ese es el meollo de la historia. La diferencia fundamental entre unos y el otro, es que Ravell por encima de periodista es un político comprometido con la democracia y las causas justas, que conocía perfectamente el rol que Globovisión estaba jugando y estaba dispuesto a arriesgarlo todo por el país, en cambio Nelson y Guillermo por encima de todo son empresarios y excelentes representantes del capitalismo, es decir la defensa de sus intereses por encima de todo y no estaban dispuestos a jugar duro, pues eso conllevaría a perder una plática.

La salida de Alberto Federico Ravell de Globovisión significa para nosotros una pérdida importante de la causa democrática, de una tribuna abierta que le estaba haciendo mucho daño al gobierno, falta saber si Leopoldo Castillo continuara al frente de su programa “Alo Ciudadano” lo cual dudamos y estamos seguros que en los próximos días y semanas veremos a Globovisión reformar su programación para hacerla más aceptable al régimen rojo.

Ravell sabe que ante un gobierno autoritario, despótico y militarista es necesario jugar duro con desprendimiento de las cuatro puyas que se gane en el puesto. La política ante regímenes como el actual es despiadado, oscuro, donde la apuesta es alta, en cambio los empresarios no están dispuestos a dejar el pellejo en esta lucha y mucho menos a perder su dinerito capitalista ganado con el amor y la lealtad de sus seguidores.

Le proponemos a la Junta Directiva de Globovisión que le abra las puertas a los verdaderos luchadores de este país que somos muchos, que coloque en venta acciones de la Empresa y que sea el soberano opositor quien mayoritariamente sea dueño de la televisora, si ustedes tienen miedo de perder su plática, pues bien retírense y vendan acciones a sus empleados y un público bien seleccionado hasta por lo menos el 51% de las acciones, o si el miedo se los impone vendan todo y retírense del negocio, les garantizo que harían el negocio del siglo, no es de eso de lo que se trata Nelson Mezerhane y Guillermo Zuloaga, del capitalismo salvaje.

José Sierra