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domingo, 18 de julio de 2010
La política en contra del ciudadano
Por Francisco Touceiro
Hemos sido testigos de cómo la voluntad popular expresada el pasado 23 de noviembre de 2008, momento el que fue escogido Antonio Ledezma como alcalde mayor de Caracas, ha venido siendo desconocida con el mayor descaro, al punto de que hoy, casi dos años después de aquella fecha, la Alcaldía ha sido desmantelada, dejándola como una institución vacía, sin prácticamente ninguna competencia.
En virtud del nuevo ordenamiento jurídico vigente, la Alcaldía se ha reestructurado sobre la marcha; sin embargo, su actividad se sigue viendo limitada por el Ejecutivo Nacional. Según me explicó Víctor Guido, coordinador de Programas y Proyectos de la Gerencia de Gestión para las Comunidades de la Alcaldía Metropolitana, la ley deja a potestad del Ejecutivo la interpretación discrecional de su contenido, lo que dificulta la ejecución de los programas y proyectos que planifica la Alcaldía. «Es un proceso de ensayo y error», se implanta el programa y comienza su ejecución y es el Ejecutivo quien permite que se mantenga u ordena su paralización.
El proceso de ahogo a la Alcaldía Metropolitana, cuyo presupuesto se ha reducido al 0,5% del que tenía asignado originalmente, según nos comentó el entrevistado, termina perjudicando como siempre a los ciudadanos. Vale la pena preguntarse: si el ganador en aquellas elecciones hubiese sido el candidato oficialista, ¿estaríamos frente a la misma situación?
Nos encontramos ante ese típico juego al que nos tiene acostumbrados el gobierno central, donde «la voz del pueblo es la voz de Dios» mientras la misma les favorece; pero si se manifiesta en su contra, se busca cualquier vía para vulnerarla y terminar imponiendo su voluntad. ¿Dónde queda entonces el derecho a elegir de los ciudadanos?
Pero vayamos un poco más allá. La Alcaldía ha intentado adaptarse al nuevo contexto que se le ha impuesto. Elaborando planes y programas que van destinados a todos los habitantes de la Gran Caracas, tanto para quienes los eligieron como autoridades como para los que no lo hicieron. Sin embargo, las trabas continúan: los planes de fumigación contra el dengue han sido suspendidos y la instalación de semáforos inteligentes corrió con la misma suerte.
El ciudadano de a pie, sin importar su tendencia político-partidista, es quien sufre las consecuencias de la polarización en el país, sobreviviendo en una ciudad con cada vez menos opciones, donde hablar del derecho elegir puede sonar en algunos casos hasta irónico.
Publicado por:
Planta Baja UCAB
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