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viernes, 22 de julio de 2011
Enfermedad o estrategia
Por Valentín Arenas, 21/07/2011
Para unos el Presidente Chávez está enfermo de gravedad, en tanto para otros se trata de una simulación, una mentira más, para romper el celofán. Mientras no exista un parte médico confiable cada quien es libre de pensar lo que quiera. De lo que no hay duda alguna es que, ante la pérdida de popularidad, creciente y mantenida, el anuncio de la enfermedad, sea o no real, está siendo manejado por el Teniente, asesorado por supuesto por Fidel, para compensar “el desastre” de una gestión de gobierno que parece diseñada para destruir a Venezuela y para mantener el financiamiento a Cuba, lo que significa, desde ya, una segura derrota electoral.
Esta estrategia comete el error de subestimar la inteligencia del venezolano y aprovecharse de la fraternidad de este pueblo. El auténtico humanismo del venezolano, pertenezca a cualquier tendencia política, se hizo presente cuando conoció su enfermedad y le deseó una pronta recuperación. La posibilidad real de abandonar la vida, si la enfermedad es cierta, o de utilizar una gravedad que no es tal, si fuera falso, ambas por igual, generan un sentimiento de compasión que lo ayuda a reforzar su aspiración a reelegirse el año próximo.
Una actuación escénica se monta por un buen actor en muy poco tiempo, sobre todo, si cuenta con la hegemonía comunicacional, para repetir en el cargo después de haber estado destruyendo al país durante casi trece años, algo realmente imposible. El cambio en la consigna de la revolución, hecha por el líder-actor, es bien elocuente. La consigna "Revolución o Muerte" resulta ahora demasiado trágica cuando se padece una enfermedad grave. La muerte mientras más lejos esté, mejor. Por eso cambió la consigna por: “Viviremos y Venceremos”, que su acólitos parecen no haber asimilado seguramente porque no padecen de cáncer.
Finalmente, con la misa oficiada por Monseñor Mario Moronta el martes pasado pareciera que quiso enviarle a todo el pueblo de Venezuela un mensaje de fraternidad, paz y perdón. Sin embargo su presencia en una misa “televisada” no es suficiente para enviarle al país un mensaje de arrepentimiento sincero frente a la violación de tantos derechos humanos a quienes, por ser disidentes políticos, están presos, pero no pierden su condición de hijos de Dios. Esa misa necesita ser ahora complementada con la liberación de los presos políticos, quienes están enfermos en su mayoría, para que se confirme así la autenticidad de su arrepentimiento.
Al autor de la vida y la muerte nadie lo engaña. Ése no lee periódicos ni ve cadenas sino mentes y corazones. Por cierto ¿cómo le consta a Monseñor Moronta que Chávez está arrepentido de fomentar el odio entre los venezolanos para darle la comunión? ¿No habrá manejado publicitariamente este actor a Monseñor? Su actuación no reconoce límites.
alenri@gmail.com
El autor es Profesor de Instituciones Políticas de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Caracas, Venezuela.
Publicado por:
http://forumvenezuela.blogspot.com/2011/07/enfermedad-o-estrategia.html
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