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lunes, 4 de julio de 2011
¿Un “puente” para conjurar la inestabilidad política?
Editorial del Equipo Productor
El “Puente”, esa práctica tan criticada y propia de la picardía venezolana, que consiste en tomarse el día laboral que queda, por cuestiones del calendario, entre dos días feriados, algunas veces a cuenta de vacaciones vencidas, otras, las más, justificándolo con excusas variopintas, tales como problemas de salud o familiares, tradicionalmente había sido iniciativa del trabajador; sin embargo, desde el año 2010 hemos asistido a la “institucionalización del puente”, como una medida para que el gobierno resuelva situaciones puntuales.
En este sentido, pudimos observar como el año pasado el Ejecutivo decretó, de manera bastante ambigua, el “megapuente” de Semana Santa, con la finalidad de reducir el consumo eléctrico y tratar de “estirar” las reservas de agua del Guri.
Este año el gobierno nos sorprende nuevamente con una decisión de última hora: dar como día libre el Lunes 4 de Julio, con la excusa de permitir que los venezolanos se preparen para celebrar el bicentenario del 5 de Julio, día de la firma del Acta de Independencia.
¿Para qué celebración nos debemos preparar? El evento del 5 de Julio pareciera haber quedado en el limbo luego del mensaje dado por el Presidente el Jueves 30 de Junio en la noche, es más, antes de este ya la Asamblea Nacional había pospuesto los actos conmemorativos para el 8 de Julio, con la excusa insólita de que fue ese día cuando se terminó de firmar el Acta de Independencia.
Al analizar el contexto en el que se decreta este asueto, podemos entrever que existen causas preocupantes que lo motivaron, veamos pues.
Luego de semanas de especulaciones de toda índole sobre la salud del presidente, originadas por la desinformación oficial que siguió al escueto comunicado leído por el Canciller Maduro, en el que se le informaba al país que el presidente había sido sometido a una intervención quirúrgica para curarlo de un “absceso pélvico”, el Jueves 30 en la noche el propio Presidente, con un semblante aciago, la vos pausada y leyendo el comunicado, informó al país, palabras más, palabras menos, lo que ya era para ese momento un “secreto a gritos”: que se le había extraído un tumor cancerígeno, y que se habían encontrado otras células “extrañas”, motivo por el cual estaba sometido a un riguroso tratamiento para garantizar su recuperación total.
A pesar que en su mensaje el Presidente quiso transmitir la idea de que se encontraba en franca recuperación y en control pleno de sus facultades, así como en control del poder en el país, el efecto en la opinión pública no fue el que esperaba el gobierno. Muestra de ello es que el día Viernes 1ro de Julio en la mañana se transmitió en cadena nacional un video, grabado el día 20 de Julio (¡Un día antes del mensaje de Chávez!), donde el Presidente aparece en una sesión de trabajo, desde Cuba, con el Canciller Maduro, Adam Chávez, Gobernador de Barinas y hermano del Presidente, y el General Henry Rangel, Jefe del Comando Estratégico Operacional. En esta ocasión el Presidente Chávez aparece de mejor semblante y en su actitud característica, por supuesto, recordemos que la grabación se realizó antes que el diera su mensaje el día Jueves.
Ese mismo día, desde un programa matutino el Vicepresidente Elías Jagua anuncia al país que el presidente había decidido decretar el 4 de Julio como día libre.
A todo esto debemos añadir que, al final de la tarde de ese día Viernes 1 de Julio, el periodista Leopoldo Castillo, desde su programa “Aló Ciudadano”, emitió un inquietante editorial donde pedía a todos los sectores del país respetar la institucionalidad y “calma y cordura”, como diría el General Eleazar López Contreras; adicionalmente, aplaudía la decisión del gobierno de declarar como día libre el Lunes 4 de Julio.
En este punto se disparan todas las alarmas: ¿Qué estaba ocurriendo tras bastidores mientras el país se preguntaba por la salud del presidente? ¿Quiénes deben respetar la institucionalidad y mantener la calma y cordura?
Sabemos que el poder político, económico y militar está mayoritariamente concentrado en las manos del gobierno. También sabemos que en este tipo de regímenes personalistas y de tendencias totalitarias, cuando el líder pierde fuerza vital, el poder que detenta se fractura entre las facciones que solo él mantenía unidas.
Es un secreto de dominio público las luchas de poder entre las diferentes facciones que integran el chavismo: militaristas, civiles, pro-cubanos, nacionalistas, etc., etc. Se ha sabido de las frecuentes reuniones de Diosdado Cabello con los militares en las últimas semana; se oyen rumores de los malabarismos para delegar poderes en familiares del Presidente, también del regreso al gobierno de personajes como José Vicente Rangel, que tiene la confianza de los hermanos Castro.
En el programa matutino de Cesar Miguel Rondón, el Viernes 1ro de Julio, Juan Carlos Zapata, periodista que escribe la columna “Crónicas Rojas” en El Mundo Economía y Negocios, señalaba que en este momento el mundo militar estaba preocupado, que volteaba hacia el oficialismo y veía a un líder debilitado y facciones luchando por el poder, luego volteaba hacia la oposición y veía que ésta aún no contaba con un liderazgo definido. Si aderezamos esto con el hecho de que por estos días se producen los ascensos en el mundo militar, y que pudieran quedar expectativas no cumplidas, tenemos más elementos para confirmar la preocupación del Alto Mando Militar.
Por otra parte, tampoco deberíamos descartar que, con el escenario de un Presidente que ya venía debilitado en las encuestas, y que ahora se enfrenta a una grave enfermedad, lo cual le restará más puntos y compromete seriamente su reelección en el 2012, su entorno pudiera estar acariciando la idea de montar un expediente contra aquellas figuras de las oposición democrática que probabilidades presidenciales tiene, de manera de despejar el camino para el 2012.
Todo esto hace especular que lo del 4 de Julio es una jugada del Presidente para crear la expectativa entre sus filas de un regreso sorpresa, y así contener los “demonios” desatados por la lucha de poderes a raíz de su enfermedad. Ya corren rumores de un regreso por pocos días en los que se harían cambios en el gabinete. ¿A caso nuevos enroques?
En todo caso, los venezolanos demócratas esperamos que este “puente” pueda conjurar la inestabilidad política producto de la enfermedad del Presidente y el mal manejo institucional que de ella se ha hecho, y que se respete la ruta democrática e institucional que la gran mayoría del país decidió tomar para cambiar.
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