Por Radar de Los Barrios, 21/10/2012
Henrique Capriles fue electo candidato en las elecciones primarias del 12
de febrero de 2012, apenas ocho meses antes de las elecciones del 7 de octubre.
La campaña electoral arrancó formalmente el 1ro de Julio, tres meses antes de
los comicios. Hoy, algunos que creyeron que en tres meses de campaña o en ocho
meses de existencia la candidatura de Capriles “debía” derrotar la hegemonía
del proyecto totalitario muestran amargamente su decepción, y manifiestan en
las redes sociales o en el cara a cara familiar su disposición a “no votar más
nunca”, porque supuestamente “hubo fraude” y porque “esta dictadura no se acaba
con votos”. Ironías de la vida: Muchos de los que así
se expresan resulta que desde hace tiempo habían adquirido “paquetes
vacacionales” y comprado los respectivos tickets aéreos para irse de vacaciones
ANTES del venidero 16 de diciembre, fecha de las próximas elecciones
regionales…
LEYENDAS URBANAS NO SUSTITUYEN VOTOS…
Las neo-dictaduras, las dictaduras del Siglo
XXI, efectivamente “no se acaban con votos”… ¡Pero sin
votos tampoco! La legitimidad de cualquier alternativa democrática se
basa precisamente en contar con el apoyo mayoritario de los ciudadanos. Surge
entonces el tema del “fraude”, según el cual “somos mayoría, pero perversas
estrategias tecnológicas impiden que esa mayoría se haga evidente”: Que si el
satélite chino, que si el hacker ruso, que si el cable submarino cubano, que si
millones de votos virtuales almacenados en un “pendrive” rojo-rojito… en fin,
una buena cantidad de teorías conspirativas que se caen todas como un castillo
de naipes cuando se estrellan con esta realidad, sólida como una roca: Ocurre que la inmensa mayoría de las mesas electorales donde
el oficialismo saca la casi totalidad de los votos (resultado estadísticamente
irregular y evidentemente fraudulento)… ¡Son mesas manuales, mesas donde el
“fraude electrónico” no es posible porque simplemente no hay máquinas!
VENTAJISMO = CRIMEN ORGANIZADO
Viene entonces un tercer tópico, bastante mas
serio: El tema del ventajismo elevado a la condición de
política de Estado, transformado no solo en “irregularidad electoral” sino en
delito, y no en cualquier delito sino en crimen organizado, al agavillar a
funcionarios de muy diverso rango y naturaleza con dirigentes del partido en el
poder para hacer uso y abuso de recursos públicos, primero en la campaña
oficialista y luego para la movilización y acarreo de votos del candidato
gobiernero. Esto no es “leyenda urbana”, esto es real, y –crimen al fin-
debe ser denunciado y en cada caso la alternativa democrática debe elaborar un
expediente completo para que –cuando nuestro país vuelva a tener una justicia
independiente- ésta pueda proceder a establecer responsabilidades y administrar
sanciones. Pero, incluso en este caso, no se puede
pasar por alto el siguiente “detallito”: ¡Sólo se pueden acarrear los votos que
se tienen! Sin votos en los sectores populares, no hay “Operación
Remolque” ni “Operación Remate” que valga. La necesidad de construir una nueva
mayoría sigue siendo, entonces, una materia pendiente. Y precisamente en esa
dirección el logro alcanzado en las jornadas de trabajo y lucha que
desembocaron en las elecciones del 7 de Octubre es muy, muy importante.
VERDADERAS RAZONES DEL CRECIMIENTO
En efecto: El logro mas importante de la gesta
de Henrique Capriles NO ES haber logrado elevar
la votación histórica de la oposición en mas de DOS MILLONES de votos; Su éxito
más relevante NO ES haber hecho avanzar el voto
democrático en TODOS los estados del país; Su mérito mas sonado NO ES haber descongelado el esquema “60-40” y colocar
la correlación entre oficialismo y alternativa democrática en 55-45,
prácticamente “mitad y mitad” de la población.
Todas esas verdades cuantitativas son en
realidad CONSECUENCIAS de una nueva realidad
cualitativa, que se expresa en lo político, lo social y aun en lo geográfico:
Capriles sacó a la oposición venezolana del ghetto de estancamiento en el que
Chávez la habia metido desde 1998, y la puso al fin en un camino de
crecimiento. Políticamente, antes de Capriles la
oposición sólo hablaba consigo misma. Con Capriles se inició el
intercambio con sectores independientes o incluso vinculados al chavismo; Socialmente, antes de Capriles la clase media opositora sólo
hablaba consigo misma. Con Capriles se consigue al fin interlocución con
otros sectores sociales, alcanzándose logros tan importantes como el apoyo de
la mayoría de la dirigencia obrera ex-chavista de Guayana; Geográficamente, la oposición sale al fin de sus “zonas de
confort” (¿recuerdan aquella vergonzosa época en que todos los
dirigentes opositores solo querían ser candidatos por Chacao, Baruta o El
Hatillo?), y su campaña privilegia como escenario la Venezuela profunda,
tocando en un ritmo febril municipios, parroquias y pueblos que muchos
caraqueños ni siquiera sabían que existían. Esos logros
cualitativos son los que permitieron que mientras Chávez, con todo el poder del
Petro-Estado a su favor, solo subió unos pocos centenares de miles de votos,
Capriles hizo subir la votación alternativa en mas de dos millones trescientos
mil sufragios.
DESCUBRIDORES DE LO EVIDENTE…
¿Qué tal avance no fue suficiente para ganar?
¡Obvio! Pero no haber conseguido el avance que se
quiere no puede llevarnos a malgastar el avance que se tiene. Una conducta así no se llama “despecho”, “luto”, “guayabo” o
“duelo”. El verdadero nombre de una conducta así es suicidio. Con su
pueblo por pueblo, su casa por casa, su cara a cara, Capriles transformó a la
“oposición” en “alternativa”, y la colocó en el dintel, en la puerta de las
mayorías empobrecidas de este país. La tarea ahora es atravesar esa puerta,
hermanarse con esa mayoría empobrecida y pasar de “alternativa” a fuerza
victoriosa, pues la victoria electoral no es resultado de “campañas
milagrosas”, sino consecuencia de victorias sociales y políticas construidas
con constancia y claridad mucho antes de los comicios.
EL QUE QUIERE BESAR BUSCA LA BOCA…
“¿Y cómo se hace eso?”, preguntarán algunos.
“¿No está probado ya que los pobres votan por Chávez aunque su gobierno los
maltrate?” En realidad lo que está probado es que si la
alternativa democrática desea expresar las aspiraciones de justicia social,
bienestar económico y reconocimiento político de los pobres, debe apelar a
ellos en forma directa. La campaña de Capriles, en vez de hablarle
directamente al sector mayoritario de la población (siete de cada diez
venezolanos vivimos en barrios o urbanizaciones populares) le hablaba a un
“todos” genérico: “Empleo para todos”, “seguridad para todos”, “derechos para
todos”. Una campaña dirigida por una lógica y un imaginario de clase media
supuso que en ese “todos” los pobres “debían” sentirse “incluidos”, cuando en
realidad estaban siendo diluidos. Hasta cuando el discurso del candidato se
refería expresamente a los pobres, el discurso de la campaña seguía referido a
ese “todos” genérico, insuficiente y fantasmal.
En ese sentido, la construcción de una nueva
mayoría sobre la base de este nuevo nexo entre alternativa democrática y
sectores populares que hoy es posible gracias a la gesta encabezada por
Capriles, debe tener muy claro el porqué, el cómo y el para qué de esa nueva
relación. A eso dedicaremos nuestras líneas de la
próxima semana.
Publicado por:
http://elradardelosbarrios.blogspot.com/2012/10/del-guayabo-al-suicidio-o-como.html
Soberana arrechera va ser el 16D
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