Por Jesús Alexis González, 18/01/2013
En concordancia con el documento 1/2 de fecha 11 de Enero de 2013, y ante el irreversible ajuste que ha de experimentar el tipo de cambio
oficial de nuestro signo monetario (devaluación); ajuste que será inducido
ante la notoria depreciación de nuestra moneda (sobrevaluada en más del 80% con
respecto al dólar USA); ante la necesidad de mantener el elevado gasto público;
y ante el tamaño de la deuda pública; todo ello (a pesar de otros males que
inducirá) disminuiría el peso de los compromisos internos, tal como sucedió en
2010 cuando la devaluación del 100% propició una reducción del 22%. Este ajuste
facilitaría igualmente, corregir el exceso
de masa monetaria que está permanentemente presionando al alza especulativa
de la cotización del dólar no oficial o paralelo, al igual que generando
presión inflacionaria.
Sea oportuno destacar, que el varias veces citado déficit fiscal, se
estima para 2012 en un 20% de nuestra
economía (el mayor histórico nacional), equivalente a unos $ 63.000
millones lo que en la práctica se convierte en un “gasto deficitario” financiado con deuda interna, y emisión (nuevamente) de dinero inorgánico.
Factores múltiples condicionan ese déficit fiscal (y la caída al mínimo
histórico de las reservas internacionales), dentro de los cuales valen
destacar: (1) la forma de comercialización de hidrocarburos por parte de Pdvsa
(con obvia anuencia de la Presidencia de la República), donde más del 53% de lo producido no está
generando renta nacional, o lo que es lo mismo, no se revierte en ingresos
(divisas). Tal hecho es posible en razón de: (a) convenios de suministro
sin su contrapartida en divisas (gratuidad y trueque), por un 12% de lo
producido; (b) alto consumo en el mercado interno cercano al 26%; (c) compromisos con el Fondo Chino por un 15%;
(2) el impacto propiciado por el gasto
social clientelar; (3) parte del impuesto que debe cancelar en efectivo
Pdvsa al Estado venezolano (el precio promedio del barril en 2012 fue de $
103,42; y lo presupuestado $ 50,0 para
un excedente de $ 47,6 millardos manejados directamente por la presidencia de
la República), lo está efectuando con pagarés recibidos por el BCV (quien
viene prestando cuantiosos recursos a Pdvsa), para luego imprimir dinero (otra
vez!!!) que entrega al Tesoro Nacional para posteriormente utilizar dichos
pagarés (petrobonos) para generar
liquidez mediante la emisión de títulos valores denominados en divisas, a
los efectos de fondear al Sistema de Transacciones de Títulos en Moneda
Extranjera (Sitme) a través del cual se liquidaron en 2012 unos 34,8 millardos
de dólares (monto muy similar al 2011),
equivalente a un 23% de las divisas asignadas, mientras que Cadivi asignó un 67%, proporción que suponemos
variará en 2013 a favor del Sitme, como
forma de devaluación soterrada, en armonía con la puesta en marcha de la
Bolsa de Valores Pública Bolivariana; (4) Pdvsa está vendiendo al BCV menos del 50% de las divisas que genera por
exportaciones, mientras que la diferencia la entrega al Ejecutivo Nacional para el financiamiento de los distintos
Fondos.
Para el año 2013, con un presupuesto nacional de Bs.398 millardos (un
34% mayor con respecto al 2012) se tiene
previsto un incremento de la deuda (y una nueva Ley Complementaria de
Endeudamiento) mediante la colocación de
bonos de la deuda pública nacional en el mercado interno por un monto
superior a Bs. 116.000 millones (ello mantendrá bajas las tasas pasivas de la
banca, estimulando la propensión
marginal al consumo generadora de una inflación de demanda).
De tal nuevo endeudamiento, Bs. 42,3 millardos estarán orientados (propiciando mayor incertidumbre e indefinición
económica-social) al desarrollo del modelo de economía comunal (¿?).
Nos
permitimos una reflexión final: la
postergación de la toma de decisiones en materia económica, ante el limbo del ejercicio de la primera
magistratura e inestabilidad del entorno político, encontrará al corto
plazo un escenario cuyas características complicará
aún más la posibilidad de asumir los ajustes necesarios. Esta posibilidad,
ya de por sí delicada, puede agravarse en razón a que el inventario de bonos
para el flujo de negociación a través del Sitme alcanza para unos dos (02)
meses (a un promedio de 40 millones de dólares diarios); en un contexto
nacional donde el consumo interno
depende en más del 50% de la presencia de productos importados.
Jesús Alexis González es un colaborador de este Blog
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